Mamá psicóloga -
Capítulo 130
Capítulo 130:
POV Beatriz
“La verdad están más inquietos de lo habitual”, admito tocando mi v!entre.
“Pero Lucas dijo que a esta fecha del embarazo es normal”.
“Mi esposa tuvo unos momentos difíciles en su embarazo anterior”, comenta mi jefe.
“Pero con Lucas como papá debes estar más que cuidada, él realmente es un buen doctor”.
“Lo sé, es el mejor hombre que he conocido hasta ahora”
Charlo un poco más con mi jefe.
Este me sonríe mientras me muestra algunas fotos de su hijo de dos años antes de marcharse.
Reparto el salario entre los trabajadores antes de checar la hora.
Decido darles el día libre a todos ellos para que puedan disfrutar de su salario.
Cuando estoy completamente sola en la repostería me siento en la mesa donde he tenido que sentarme con más frecuencia ahora que mis pies duelen debido al aumento de peso en mi cuerpo.
Me inclino en la silla con una pequeña sonrisa en mis labios, mi corazón se siente lleno de felicidad mientras observo el anillo de bodas que decora mi dedo corazón.
Cierro mis ojos un momento, aunque la tristeza de que mis padres sigan sin importarle en lo más mínimo mi situación tengo muchas cosas más por las que ser feliz.
Tengo una nueva vida, una sin reglas o restricciones que me ha enseñado que el mundo no es tan terrible como mi madre me le hizo ver.
También tengo una encantadora suegra que me llena de regalos y mimos. Por no hablar del hombre encantador con el que me acuesto y despierto todos los días.
No sé si realmente me ama o si simplemente estamos juntos porque nos necesitamos, pero sin duda es maravilloso, cenar con él, charlar.
Verlo, planear nuestro futuro con detalle, sin importarle que realmente sea el padre de mis hijos, solo me hace creer aún más que cielos lo puso en mi camino para ayudarme.
Escucho mi móvil sonar en mi bolsa detrás del mostrador, camino con pereza hasta ella para tomar la llamada que no es de otra persona que mi suegra.
Suspiro antes de contestarle porque estoy segura de que está a punto de invitarnos a cenar.
“¿Hola Liz, cómo estás?”
“Como están esos bebés, nena”, me dice.
“Traté de llamar a Lucas, pero no contestó mi llamada, así que supongo que supuse que podía decirte a ti”
Su voz es animada.
“Podrían venir a comer hoy, así te veo un poco que hace días que no nos vemos”.
“No lo sé”, respondo con sinceridad.
“Lucas está muy ocupado estos días, así que no sé si…”
“Sé que puedes convencerlo”, insiste.
“Extraño a mis hijos, pero ninguno tiene tiempo de venir a verme”.
Cierro mis ojos cuando me doy cuenta de que una vez más he caído en su chantaje emocional, le prometo intentar que Lucas acepte ir a cenar con ellos, así que Lizbeth se despide de mí después de unas rápidas palabras de despedida.
Tomo mi bolsa para regresar a mi mesa y colocarme los zapatos que tuve que sacar de mis pies debido a lo terriblemente incómodos que se han vuelto para mis pies hinchados.
Me aseguro de guardar todo antes de salir de la repostería.
Mi esposo no contesta su teléfono, así que decido caminar hasta su clínica.
La brisa del otoño refresca mi rostro, paso una mano por mi v!entre mientras camino tranquilamente por la acera.
La clínica está bastante calmada debido a la hora, pero me doy cuenta de que hay unas cuatro parejas aún esperando en la entrada.
Me acerco al mostrador donde la mujer que sigue tratándome como si fuera una piedra en su trabajo teclea alguna cosa.
“Mi esposo está ocupado”.
La mujer alza sus ojos hasta mí, puedo ver su expresión de desagrado que es mucho mayor que la que puso cuando se enteró de que estábamos casados.
Le sonrío amablemente ignorando por completo esa expresión.
“Espere un momento, señora”
La veo alzar el teléfono, me observa mientras murmura alguna cosa y luego de unos minutos me responde con absoluta molestia en su voz.
“Puedes pasar, pero espero no se demore, estamos muy ocupados”
Observa más allá de mí”
No sé si te diste cuenta”.
Asiento antes de caminar hacia la oficina de Lucas.
Toco rápidamente antes de abrirla y mi esposo está ahí, detrás de su escritorio, con su bata médica mirándome como si fuera su vida entera.
El sí es más de lo que alguna vez pedí, es alguien tan importante para mí que ni siquiera puedo negar que estoy un poco enamorada.
¿Es eso algo bueno?
Realmente no lo sé, pero tampoco es importante ahora porque él está aquí conmigo y va a estar conmigo durante muchos años.
Mi marido se pone en pie, camina hasta donde estoy para darme un pequeño beso en los labios.
“¿Cómo estás?”
Acaricia mi v!entre.
“¿Por qué viniste hasta aquí andando en lugar de ir a casa?”
“Tu madre llamó”, le explico.
“Dijo que quería que fuéramos a cenar con ella y quería decírtelo”.
“Beatriz, no sé si podamos, estoy bastante ocupado y no sé si terminaré a tiempo para llegar a la casa de mis padres”.
“¿Por favor?”
Hago un puchero.
“Quiero ver a tu madre, hace más de dos semanas, que no nos vemos y la echo de menos”.
Lucas suspira.
Luego mira su reloj antes de caminar hacia su mesa y regresa hasta mí para llevarme con él hasta la entrada de su consulta.
Abre la puerta mientras me besa delicadamente en los labios.
“Espera por mí y trataré de terminar lo antes posible”, acaricia mi rostro.
“Si quieres algo pídeselo a Claudia”
La mención de la molesta mujer me hace imposible no hacer una mueca de disgusto, me digo que prefiero quedarme en silencio a pedirle alguna otra cosa porque probablemente escupa en la comida o el agua que pida.
Lucas vuelve a su consulta mientras me siento en la sala de espera, con mi móvil diciéndome que después de todo mi vida sí que ha dado un giro para bien y estoy más que feliz por ello.
POV Lucas
Realmente no quería venir a casa de mis padres porque estoy aun molesto con el hecho de que siguen ayudando a mi tío abuelo.
Al parecer eso de que hierva mala nunca muere es cierto porque ha pasado estos malditos meses como si realmente no estuviera muriéndose.
Incluso cuando ya ni siquiera lo están tratando con medicamentos más allá de los utilizados para calmar el dolor.
Miro a la mujer a mi lado, su mirada está fija en su teléfono móvil y me siento un poco mal por hacerla esperar hasta ahora en mi clínica.
“¿Qué tal te fue con Paulo?”
“Oh, fue excelente, vamos a expandir el negocio”, me dice.
“Estoy buscando un auto, vamos a dar servicio a domicilio”.
.
.
.
Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.
Reportar