Mamá psicóloga -
Capítulo 127
Capítulo 127:
POV Lucas
Tengo que admitir que me siento feliz de estar aquí, de hacer esto y de poder formar parte de la vida de esta mujer encantadora y sus bebés.
“Te prometo que vamos a ser felices”
“Confío en ti…”, susurra ella mientras nos ponemos en pie.
Mi amigo me felicita mientras mi hermana charla con Beatriz.
La veo rebuscar algo en su bolsa y me doy cuenta de lo que pretende cuando saca su cámara fotográfica.
“Creo que deberíamos tomar unas fotos”, nos dice.
“Quizás eso, ablande un poco a mamá cuando se entere de que se casaron a escondidas”.
Beatriz me mira preocupada, le hago un pequeño gesto para decirle que no le preste atención y por diez minutos somos obligados a posar para mi hermana.
Salimos del juzgado unos minutos después, me despido de mi socio antes de subirme al auto y Lucía saca una segunda bolsa de la suya, está mucho más pequeña.
“¡Tachan!”
Coloca la bolsa en el regazo de Beatriz.
“Este es mi regalo de bodas, espero que les guste”
“Gracias, yo… Beatriz no puede terminar sus palabras porque mi hermana abre la bolsa por ella dejando a la vista una caja rosa bastante pequeña. Mi nueva esposa toma dicha caja en mis manos mientras observo a mi hermana”.
“¿Dónde conseguiste eso?”
“Le pedí a alguien que los entregara en la mañana mientras ustedes dormían”.
“¿Conseguiste argollas de matrimonio en medio de la noche?”
“Tengo una amiga joyera”, me informa.
“Son exclusivas y únicas, así que úsenlas”.
Mi hermana sonríe, me acerco a mi mujer para tomar las alianzas y coloco una de ellas en su dedo antes de ofrecerle la restante.
Ella muerde ligeramente su labio inferior observándola.
Toma nerviosamente la alianza antes de colocarla en mi dedo, haciéndome sentir desbordante de emoción.
Me inclino sobre ella para besar sus dulces labios y realmente desearía poder hacerlo mucho más, pero las palmadas de mi hermana me hacen separarme de mi nueva esposa.
“Mamá nos está esperando”, dice Lucía.
“No tarden más, Luc”.
“Cierra la boca, Lulu”.
Prendo el auto, conduzco en silencio hacia la propiedad de mis padres, sujetando con una de mis manos la de Beatriz y después de unos veinte minutos estaciono frente a la mención de mis padres.
Beatriz coloca una de sus manos en el Rosario. Bajo del auto mientras mi hermana hace lo mismo, ni siquiera hemos bajado completamente del auto cuando mi madre abre la puerta principal.
“¡Mis niños!”, corre hasta nosotros.
“¡Oh querida que linda sorpresa!”
Dice sonriéndole a Beatriz, mi esposa trata de responder, pero el grito de mi madre al tomar una de sus manos la deja sin ninguna posibilidad.
Sus ojos se mueven de la alianza en su dedo hasta la mía antes de fruncir el ceño.
“¿Se han prometido?”, dice feliz.
“Oh cielos, esa es una maravillosa noticia yo…”
“No mami, no se han comprometido”
Mi hermana me da un pequeño codazo en las costillas.
“Venga Luc, cuéntale a mamá”.
“¿Contarme que cariño?”
“Maldita sea Lulu”, musito antes de mirar a mi madre.
“Nosotros acabamos de casarnos madre”.
“¡Que!”
Mi madre se tambalea.
“¿Matrimonio?”, balbucea.
“¿Cuándo?, ¿Cómo?, ¡Sin nosotros!”
“Vamos adentro mamá”, respiro hondo.
“Hablemos con calma y dejemos que Beatriz, repose las piernas, no quiero que esté mucho tiempo de pie”.
POV Beatriz
No sé cómo debo sentirme y si realmente acabo de hacer lo correcto, miro la mano que sujeta la mía notando la alianza en su dedo idéntica a la que llevo.
La mujer que ahora es mi suegra sigue haciendo un puchero de disgusto mientras el padre de Lucas la abraza intentando de algún modo reconfortarla.
Me pregunto si Lucas hará eso por mí en el futuro.
Admito que me encantaría que eso pasara, pero también me recuerdo que es demasiado pronto para pensar en esas cosas.
Nos acabamos de casar solo porque sería lo mejor, porque nos sentimos bien juntos y aunque admito que tenerlo en mi vida con tan largo período de tiempo es un alivio que trae felicidad, sigo sintiendo que un matrimonio es algo más.
¡Cielos apenas hace un mes que nos conocemos realmente!
“No puedo creer que no nos dijeras qué te casaste Lucas”.
“Madre fue algo imprevisto, solo lo decidimos y…”
“¿Y no pensaste en tu madre?”
La voz de mi ahora suegro es un poco herida.
Lucas suspira antes de responderle una vez más con una tranquilidad que solo es capaz de sentir él en una situación como esta porque, aunque estoy completamente en silencio, mi interior está a rebosar de emociones y preocupaciones.
“Padre solo fue el casamiento civil”, mira a su madre.
“Puedes tomarte el tiempo de hacer lo que quieras para la boda en la iglesia”
Lo miro ante esas palabras.
“Incluso podríamos esperar a que el bebé nazca porque ya estamos legalmente casados”.
“Si mami, es mejor así, los bebés nacerán dentro de un matrimonio”
“¿Pero por qué no me invitaron?”, mi suegra niega.
“¿Por qué sigues alejándome de tu vida, Lucas?”
“Mamá; yo no estoy…”
“Le pedí a Lucas volver air a terapia”, lo interrumpo.
“Me dijo que nos casáramos y que comenzaría así, que por eso nos apresuramos”, lo miro.
“¿Verdad?”
“Sí, sí… yo…”
“¡De verdad comenzarás a ir a terapia mi niño!”
Mi suegra se pone en pie, abraza a Lucas como si tuviera seis años y después de soltarlo me toma a mí en su lugar.
Sus ojos se llenan de lágrimas antes de sujetar mis manos como si fuera la mujer más importante del mundo.
“Como puedo agradecerte todo esto”, dice.
“Realmente no puedo creer que hayas conseguido que Lucas aceptara ir de nuevo con un terapeuta”.
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