Mamá psicóloga
Capítulo 126

Capítulo 126:

POV Beatriz

“Voy a ducharme”, le digo alejándome de él.

“Te espero en la habitación”, niego.

“Quiero decir me voy a…”

“No te avergüences, Beatriz”, me pide.

“Solo fue un beso”.

No quiero responder así que me escapo, como le dije, tomo una ducha y me meto a la cama porque estoy demasiado avergonzada para volver a la sala.

Tomo los libros de embarazo que compré hace unos días para entretenerme hasta que escucho la puerta abrirse.

Lucas entra desatando su camisa, lo observo a escondidas disfrutando del masculino cuerpo bien formado del hombre a unos metros de mí y finjo no mirarlo cuando se voltea hacia mí.

Lo veo meterse a la ducha con el corazón acelerado. Creo que pasan unos diez minutos antes de que Lucas salga del baño, se coloca su pijama antes de meterse a la cama junto a mí.

“¿Qué querías hablar?”, murmura llevándome hasta sus brazos.

“Y quiero que dejes de ser tan vergonzosa”, murmura contra mi mejilla.

“Vamos a hacer mucho el amor si quieres ser mi esposa, así que deberías acostumbrarte a esto”.

Su boca vuelve a tomar la mía, esta vez el beso se vuelve más caliente y sensual, mi piel una vez más se siente caliente, pero me digo que debo decirle lo que he estado teniendo todo el día en mi cabeza dando vueltas sin parar.

Carraspeo para recuperarme del ardiente calor que hace jadeante mi respiración.

Observo con firmeza mis manos para evitar mirar su mirada.

“Pensé en lo que dijiste”, le informo.

“De hecho, por eso hablé con tu hermana hoy, necesitaba un consejo antes de tomar una decisión”, me armo de valor para mirarlo.

“Quiero que sepas que realmente estoy agradecida contigo por todo, que creo que eres un hombre maravilloso que puede hacer feliz a cualquier mujer y que…”, dudo.

“Que espero que las cosas realmente salgan bien porque…”, me encojo de hombros.

“Realmente quiero casarme contigo”.

“¿De verdad?”

Responde él abrazándome aún más fuerte, sus labios se mueven hacia los mío sin darme tiempo a nada más y después de unos minutos estoy siendo empujada contra el colchón.

Su cuerpo cubre el mío haciendo que el deseo lata vibrante en mi interior. Mis labios se dejan llevar por él.

Aunque no deberíamos, nos dejamos llevar por el deseo que nos quema, olvidando incluso que su hermana está aún en la sala de estar.

Me despierto con el olor del desayuno, más allá de la habitación, bajo de la cama con prisas, al darme cuenta de que son casi las ocho de la mañana y me encuentro con Lucas junto a su hermana en la cocina bebiendo un café.

Mi cuñada luce como alguien que está sufriendo una fuerte resaca, pero las dos botellas de vino vacías sobre la mesa me dicen que son las culpables de su rostro.

“¡Porque no me despertaron!”, digo acercándome a la mesa.

“Voy a llegar tarde al trabajo”.

“Vamos air a casa de nuestra madre”, dice entonces mi futura cuñada.

“Luc dice que dijiste que sí a ser su esposa”

Ella bebe su café antes de hacer una mueca de desagrado.

“Felicidades por pertenecer a la familia cuñadita”.

Realmente no sé qué decir, pero Lucas no permite hacerlo, ya que me toma en sus brazos antes de darme un pequeño beso en los labios.

Me sigo sintiendo avergonzada, pero de alguna forma mi corazón se siente todavía más emocionada y porque no decirlo, feliz, estoy más feliz de lo que podría explicar.

POV Lucas

“No puedo creer que mi hermanito se esté por casar”

Mi hermana sonríe desde la parte trasera del auto mientras la mujer a mi lado se pone un poco más roja.

“¡No puedo creer que seré tu testigo sin decirle a mamá y papá!”

“Silencio Lucía o te dejo en la acera más próxima”.

“No me harías eso”

Ella se reclina en el asiento trasero.

“Eres más dulce que un pan, así que no me amenaces hermanito”

Quisiera decir que no, pero debo admitir que no dejaría a Lucía en medio de la carretera.

Paso una mano por mi rostro antes de mirarla desde el retrovisor genuinamente curioso.

“Porque no me dices que te mantiene lejos de tu perro y tu casa de ensueño Lulu”.

“Tenía que comprar suministros especiales, no hay nada ahí”.

“No me mientas Lucia”

“No me preguntes cosas Lucas, que no quiero responder”.

“Como quieras”.

Muevo mis ojos hasta Beatriz.

Ella juguetea nerviosamente con sus manos mientras ese delicado vestido blanco premamá que lleva solo la hace ver más bonita a mis ojos.

Muevo mi mano hasta ellas. Acaricio ligeramente la suave piel de sus manos, Beatriz me observa y puedo ver la preocupación en sus ojos.

Su mano se mueve hasta el rosario que tomó del auto de mi hermana antes de irse, sé que está nerviosa.

He notado que ella hace eso cuando está preocupada y no quiero preocuparla, ya que esta decisión es algo bueno para los dos, estoy más que segura.

“No te sientas angustiada, esto es lo correcto”.

“No lo sé, nunca pensé que me casaría de esta forma o sin mis padres”.

“Lo importante es hacerlo oficial”, admito.

“Estamos juntos en eso, así que sonríe, las novias tristes no les gustan a los jueces y van a pensar que te secuestré”.

Ella sonríe ante ese comentario.

Sonrío a su par antes de ver la mueca de mi hermana antes de conducir rápidamente hasta el juzgado.

Mi hermana es la primera en salir del auto cuando llegamos al parquin.

Sonrío al verla usar ese juego de falda rosa que deja ver lo bonita que es realmente mi hermana, pero la angustia en su rostro es evidente.

“Venga Lulu, vamos a terminar con esto para que podamos ir con nuestros pares”, tomo la cintura de Beatriz.

“Te prometo que vamos a hacer felices, Beatriz”.

“Venga tortolitos”, masculla mi hermana.

“Mi perro me ha de estar extrañando”.

Sigo a mi hermana hacia la oficina del juez con Beatriz a mi lado, debemos esperar unos diez minutos en los que llega mi otro amigo y realmente tenemos una reunión sencilla antes de firmar el acta de matrimonio.

“Bien, oficialmente los declaro marido y mujer”

El juez sonríe entregándome el acta de matrimonio.

“Puede besar a la novia”.

Sonrío a la mujer sentada a mi lado.

Tomo su mano antes de atraerla hacia mí para besarla tiernamente en mis labios.

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