Mamá psicóloga
Capítulo 111

Capítulo 111:

POV Lucas

“Tampoco estaba de acuerdo con ayudarlo, no quería saber de ese hombre por todo lo que sucedió, pero mi conciencia no me permitiría dormir tranquila si lo dejaba morir en algún lugar de estado”, niega.

“Nadie merece morir cruelmente Lucas, nadie”.

“¿Estamos hablando del mismo hombre?”

Respondo bebiendo el amargo café que me dio mi falsa novia.

“Porque el que yo estoy mencionando es el tipo que por conseguir la empresa mató a mi madre embarazada, a mi padre, intento matarte a ti y nos mantuvo a Lu y a mí traumatizados solo porque le convenía”.

“Lucas, sigue siendo un ser humano, no vamos a meterlo en casa o algo parecido, solo trataremos de que tenga mejores condiciones”, me dice.

“Pudimos no haberte contado, pero queríamos que ustedes lo supieran, queríamos…”

“Te lo hubiese guardado madre, odio saber que ese hombre está a punto de salir de prisión, da igual si está muriendo o no, es simplemente incomprensible para mí, así que olvidémonos de esto y solo infórmame cuando muera”.

“Pero…”

“Nada de peros madre, nadie deja de ser mala o solo porque está muriendo, yo no voy a perdonarlo y estoy seguro de que Lulu tampoco, así que no vayas a su casa a perturbarla”.

“¡Lucas!”

La mujer a mi lado me golpea ligeramente el hombro.

Miro a mi madre que ha comenzado a llorar y trato de tocarla, pero ella se aparta negando con una mano.

Sus ojos se apartan de mí por unos minutos y cuando me miran me siento como un completo desgraciado, pero no puedo mentirle sobre esto o lo que pienso.

“No quiero hacerle daño, las amo, tú eres mi hijo y sé por lo que han pasado, así que espero comprendas en algún momento porque accedí a aportar algo para cuidar de tu tío, pero espero que no sea tarde cuando lo descubras Lucas”.

Mi madre se pone en pie, le sonríe a Beatriz antes de caminar hasta la puerta para marcharse.

Después de esto, un fuerte golpe de esta hace que el silencio caiga en la habitación.

Me inclino hacia ella listo para darle una explicación, pero Beatriz me detiene negando con su rostro para tener ella la palabra.

“No trates de justificarte, no me digas absolutamente nada porqué comprendo cómo te sientes”

Ella toma una de mis manos con las suyas.

“Ahora, termina tu café y alístate para el trabajo, dije que llegarías tarde hoy”.

“No voy air al trabajo hoy”, respondo poniéndome en pie.

”Y creo que deberíamos decidir que vamos a hacer de ahora en adelante”.

“¿Hacer?”, responde la mujer frente a mí.

“¿Sobre qué?”

“Quiero algo más que besarte, pero no puedo ofrecerte una relación, así que quiero saber en dónde nos deja eso porque estoy seguro de que te sientes de la misma forma”.

Ella abre y cierra su boca.

Traga grueso sin mirarme y cruza sus manos frente a su regazo antes de hablar mirando directamente al suelo para esquivar mi mirada.

“Eres… eres el tipo de hombre que me gustaría”, responde.

“Y quiero también ver que se siente… que se siente estar sin alguien como tú, pero me siento mal por ello Lucas”, esta vez sí que me mira.

“Estoy embarazada de alguien más, me voy ahinchar como una pelota de palta y ni siquiera puedo decir que me valga por mí misma porque estoy viviendo bajo tu techo y con tu dinero”, niega.

“No sé qué hacer, solo sé que quiero quedarme contigo y confíes en mí”

No sé qué decirle ante esas palabras, así que simplemente camino hasta ella salvando la distancia entre los dos y tomo sus brazos antes de mirarla directamente a los ojos.

“¿Que tal si solo nos dejamos llevar? Qué te parece si hacemos todo lo que queramos y ya”.

“Pero me pondré fea, yo…”

“Nunca serás fea, eres se%y ahora y lo estarás aún más en unos meses, así que deja de pensar en eso y tampoco me importa que tengas a los bebés de alguien más, te dije que te veo como una mujer capaz de salir adelante”.

POV Beatriz

No puedo negarme, estoy sintiendo las mismas cosas que él en este momento y la verdad tuve mucho tiempo para pensar en la mañana mientras hablaba con su madre.

Entiendo perfectamente la postura de ambos, pero prefiero apoyar a Lucas en esta decisión, así que solo le prometí a su madre, estará aquí para él.

El hombre en mis pensamientos sonríe ligeramente, camina hasta la cocina para servirse algo de comer y me siento congelada por un instante ante el hecho de que estoy a punto de embarcarme en una relación extraña y muy nueva para mí.

Me dejo caer sobre el sofá, Lucas regresa con un bol de helados en la mano y se sienta a mi lado.

Prende la tele mientras me ofrece la primera cucharada del helado.

Sonrío aceptando el postre, sigo nerviosa, pero él no parece tener muchas intenciones.

¡Debería no tener intenciones!

No soy una descarada que va por ahí deseando que la toquen, me digo que debo alejar esas ideas de mi mente, me recuerdo que apenas ha empezado el día y mi estómago gruñe deseando un poco más de helado.

Lucas me consiente, prácticamente me como todo el bol de helado por mi cuenta.

Mi acompañante se pone en pie después de una hora de completo pero acogedor silencio.

“Creo que deberíamos ir al hospital”, me mira.

“¿Que te parece si hacemos una ecografía de los bebés?”

“No quiero ir hoy”, admito.

“En realidad la cita es la próxima semana, pero si quieres irte al hospital puedes hacerlo”, admito dándome cuenta de que es lo que quiere.

“Me quedaré aquí todo el día, de mañana y tengo que comenzar el trabajo oficialmente”.

“No me malentiendas Beth”, me dice él.

“Estoy tratando de no lanzarme sobre sí ahora mismo y hacerte el amor sobre el sofá hasta que perdamos la cabeza”

Me sonrojo ante esas palabras.

Miro al hombre frente a mí antes de ponerme en pie en un arranque de valor absoluto y lo beso en los labios antes de dejar salir mis verdaderos pensamientos.

“No parece mala idea”, prácticamente le grito.

“Sería genial que me enseñaras como hacer realmente el amor con alguien”.

Escapo de ahí después de esas palabras.

Corro hasta la habitación sintiendo mi rostro en llamas, pero no soy capaz de cerrar la puerta porque Lucas aparece frente a mí.

Me toma de la cintura, me besa en los labios con fuerza y soy llevada hasta la cama sin que sus labios dejen los míos.

Es un beso dulce o cariñoso, es ardiente, es furioso, cargado de deseo y cosas que ni siquiera puedo explicar.

Su mano se mueve hasta el broche de la bata de dormir que llevo, me siento avergonzada cuando la abre por completo antes de deslizar los tirantes por mis hombros.

Trago grueso cuando intento cubrirme, pero él no me lo permite, sus dedos se deslizan desde mi cuello hacia mis pechos, agradezco que estén más hinchadas gracias al embarazo, pero sigo sintiéndome incómoda.

Lucas lleva una mano a su pantalón, lo baja de un solo tirón y puedo ver su dura carne ahora con mucha más claridad.

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