Mamá psicóloga
Capítulo 107

Capítulo 107:

POV Beatriz

Sonrío ante el significado de esa frase en latín.

Me doy la vuelta para ir en busca de alguien para pagarlo y prácticamente se detiene mi corazón cuando el señor de unos ochenta años aparece tras de mí.

“Oh, qué buen gusto muchacha”, me dice con una sonrisa.

“Ese reloj es muy especial, de los mejores que tengo aquí”.

“Oh, mmm, supongo que será caro entonces”

El desánimo me llena.

“¿Cuánto cuesta?”

“Son ochocientos dólares”.

Abro mi boca ante sus palabras.

Muerdo el rostro interno de mi mejilla pensando si debería o no comprarlo, pero me digo que este hombre ha sido un ángel para mí, así que puedo agradecerle con algo como esto y sería poco.

“Lo llevaré”, respondo.

“¿Puede ponerlo en una caja, por favor?”

“Por supuesto querida”.

El tendero sonríe.

Lo sigo hasta el mostrador junto a la puerta y lo veo buscar algunas cosas en la parte baja de su mostrador.

Entrego la tarjeta que me dio Lucas prometiéndome pagarle, apenas tenga dinero.

El hombre cobra antes de colocar el reloj de bolsillo en una mullida caja que prácticamente parece su empaque original.

El hombre coloca la caja frente a mí, pero antes de que pueda tomarla coloca una pulsera sobre la caja.

“¿Qué es esto?”, murmuro observando la pulsera del mismo material que el reloj, la frase en ella es un poco diferente pero igual de bonita.

‘Semper fortis’

“Esta pulsera es un regalo”, responde.

“Cuando compré este reloj, la persona que lo vendió me pidió que no los separara y estoy segura de que alguien que tomó interés en este reloj merece este bonito regalo”.

“Oh, gracias, pero es demasiado yo no…”

“No puedes negarte, no puedes separar a este reloj de la pulsera”.

Sonrío ante esas palabras.

Tomo ambas cosas en mis manos y salgo de la tienda sintiéndome mucho más emocionada que antes.

Conduzco hasta casa emocionada por ver a Lucas, pero en casa solo me espera Rick, recostado en el sofá.

Dejo las bolsas sobre uno de los muebles, camino hasta la cocina checando el móvil mientras lo hago y no hay ningún mensaje.

Dudo si debería o no llamarlo, pero cuando por fin lo hago no me responde así que asumo que realmente está ocupado.

Estoy bastante cansada, así que decido comer un poco de postre antes de servirle de comer al gato para después ducharme y acostarme a ver la televisión en el sofá.

El sueño se hace tan fuerte que ni siquiera me doy cuenta cuando me duermo, pero me despierto cuando Rick comienza a maullar a mi lado.

Me doy cuenta de que prácticamente ha amanecido, las ganas de hacer pis son fuertes, así que prácticamente corro hasta el baño.

Aprovecho para asearme de una vez antes de volver a la cocina y preparar algo de desayunar.

Chequeo mis mensajes y descubro un rápido texto de Lucas enviado a las cuatro la mañana.

[No volveré a casa hasta mañana en la noche, ten buen día]

Mi corazón se entristece ante el hecho de que no podré verlo, me imagino que ha estado toda la noche trabajando.

Preparo algo de comer para el desayuno antes de colocarlo todo en un taper.

Me arreglo llevando uno de los nuevos vestidos que compré el día de ayer y decido llevar la ropa antigua a la iglesia porque después de todo Lucas tiene razón, estoy empezando de nuevo, así que puedo empezar dejando esta ropa atrás.

Salgo de casa justamente a las seis con veinte de la mañana, conduzco hasta el hospital con mientras el sol sale lentamente en el horizonte y sonrío entrando en su oficina llevando el reloj que compre junto a la comida.

“¿Qué haces aquí?”, murmura el hombre visiblemente agobiado, sentado entre un mar de papeles sobre su mesa. Lucas se pone en pie con prisas, se acerca a mí y cuando duda si besarme o no me inclino para besarlo rápidamente en la comisura de sus labios.

Él sonríe ligeramente. Un agradable silencio se mueve entre los dos mientras nos miramos. Suspiro con una sonrisa antes de hablar.

“Traje algo para desayunar, ayer no fuiste a casa y probablemente solo comiste el almuerzo que tuvimos”

“¿Compraste la ropa, verdad?.

Él mueve sus ojos por mi vestido.

“Estás mucho más hermosa ahora”.

“Compré algo para ti también”, digo rápidamente.

“Un regalo para ti, no es mucho, pero espero que te guste”

POV Lucas

Después de una mañana agobiante, de una noche de insomnio y la agradable noticia de que mis esfuerzos dejaron como resultado que un nuevo bebé viniera al mundo que Beatriz entrara a mi oficina, vistiendo ese vestido rojo sutilmente apegado a sus curvas es todo lo que puedo desear.

¿Por qué?

Porque ella es perfecta y trae toda esta extraña aura a mi vida que no me deja hacer otra cosa que sonreír.

Ella deja la bolsa de plástico sobre mi mesa, abre el taper a rebosar de sándwiches y tomo uno antes de sentarme con ella en uno de los sofás de mi oficina.

Ella saca algo de su bolsa, una caja de madera que luce antigua.

“La verdad no es mucho pero me pareció bonito así que lo compré para ti”.

“No tenías que…”

“Oh, lo quería comprar”, responde.

“Es un regalo para ti”.

Tomo la caja en mis manos después de terminar mi sándwich, la abro con cuidado y me quedo conmocionado ante el reloj dorado de bolsillo dentro del acolchado forro del interior.

Pasa una mano por las letras talladas en él mientras Beatriz susurra esas mismas palabras.

“Siempre y para siempre”, dice cuando la observo.

“Es latín, lo aprendí en el colegio y cuando vi el reloj pensé que sería un bonito gesto, ya que lo único que queda en esta vida cuando llegamos o nos vamos es el tiempo”

Sonrío ante sus palabras.

“Aunque el reloj también es bonito”

Dice apresuradamente, tomo la mano de la mujer junto a mi y la llevo a mis labios, mis ojos titan entonces la pulsera colgando de su muñeca.

“¿Y esto?”

“¡Oh, es un regalo que viene con el reloj!”, responde con prisas.

“El señor de la tienda me lo regaló por…”

“¿Qué dice?”

Cuestiono tocando las letras en ella, mi compañera se sonroja antes de responder con voz nerviosa.

“Siempre fuertes”, me mira.

.

.

.