La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 944
Capítulo 944:
El encargado de la tienda, percibiendo el cambio de ambiente, intervino con una mirada severa que sofocó más habladurías. Era experto en manejar este tipo de situaciones, proporcionando rápidamente refrescos como zumo de naranja, café y un plato de fruta para sus invitados VIP.
Incluso cerró temporalmente la tienda al público para garantizar su intimidad.
Marcus, acostumbrado a tales deferencias, permaneció impasible.
Julie, sin embargo, se encontró entre la diversión y la preocupación, preocupada por la reacción de Melissa a su extravagante juerga de compras.
Mientras tomaban un café, Marcus mencionó despreocupadamente: «Tarde o temprano habrá que informarla».
Su enfoque no consistía en ocultar secretos a Melissa, sino en establecer un vínculo con Matthew en sus propios términos.
Quince minutos más tarde, Sylvia entró en la tienda, con una ligera queja sobre el lugar elegido por Marcus.
Sin embargo, su estado de ánimo cambió al instante al ver a Matthew, un chico muy parecido a Marcus, a su lado.
Al recuperar el aliento, Sylvia abrió los ojos de par en par.
Marcus, que estaba tumbado mientras Matthew se entretenía con un juguete en el regazo, levantó la vista cuando Sylvia se acercó. Su voz, ligera y curiosa, rompió el silencio. «¿Dónde está su madre?
«Trabajando hasta tarde», respondió Marcus con tono uniforme.
Matthew, captando la conversación sobre su madre, le dirigió a Sylvia una sonrisa encantadora. «Mamá está trabajando», anunció con orgullo.
Sylvia se sintió totalmente cautivada por la dulce disposición del chico.
Tras un momento de cautivación, Sylvia recordó su misión y procedió a gestionar la transacción con una mezcla de eficacia y calidez.
Sylvia también se tomó un momento para amonestar discretamente a los dependientes.
Tras completar su tarea, se acercó a Matthew, poniéndose en cuclillas a su altura con evidente cariño.
Matthew, imperturbable ante las caras nuevas, la saludó cordialmente.
En voz baja, Sylvia observó: «Se parece mucho a Melissa».
Una suave sonrisa adornó el labio de Marcus. El sonido del teléfono de Julie interrumpió el momento, probablemente una llamada de Melissa. Con un deje de decepción, Marcus pasó suavemente los dedos por el pelo de su hijo.
Como era de esperar, Melissa estaba de camino para recoger a Matthew.
Julie, compungida, informó a Marcus: «Tengo que llevarme a Matthew ahora, señor Fowler».
Aunque Marcus se resistía a despedirse, sabía que no era el momento adecuado.
Acarició la mejilla de Matthew y le susurró: «Vete a casa con Julie. Pórtate bien».
Matthew, aún demasiado joven para comprender el peso del día, simplemente sintió el calor del afecto de los que le rodeaban. Besó cariñosamente la mejilla de Marcus a modo de despedida.
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