La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 943
Capítulo 943:
Esta vez, con Marcus acunando a Matthew en sus brazos, la presencia de Julie llamó la atención, silenciando la habitación a su entrada.
«Julie, ¿quién es este caballero?», preguntó uno de los asistentes, observando la serenidad de Marcus.
En un tono bajo, pero orgulloso, Julie presentó a Marcus: «Este es mi yerno, el padre de Matthew».
La asistente hizo una pausa, visiblemente impresionada. «Parece muy distinguido. También me resulta familiar».
Julie esbozó una sonrisa cortés pero insincera. «Acaba de regresar del extranjero. La vida ha sido modesta para él en Duefron».
Esto pareció tranquilizar a la asistente, que tal vez pensó que si Marcus era realmente notable, no optaría por su modesta marca de ropa infantil. Le presentó algunos de los artículos más caros de la tienda, entre ellos un par de zapatos de edición limitada que costaban más de cuatrocientos dólares.
Por lo general, Julie evitaba compras tan extravagantes.
Sin embargo, con la presencia del padre de Matthew, pensó que Marcus se permitiría un gran gesto de opulencia.
Para su sorpresa, la actitud de Marcus distaba mucho del derroche que ella esperaba. Probó meticulosamente diferentes zapatos a Matthew, seleccionando cuidadosamente las prendas como si gestionara un presupuesto.
Es cuidadoso. La consideración pintó a Marcus bajo una luz diferente para Julie.
Parecía menos el heredero adinerado estereotipado y más un padre devoto, centrado en los aspectos prácticos de la comodidad y la idoneidad más que en el mero lujo.
Mientras Marcus se quitaba el abrigo y le ponía los zapatos a Matthew, asegurándose incluso de que los cordones estuvieran bien atados, sus acciones hablaban de un hombre asentado en la realidad de la paternidad. Incluso pidió la opinión de Matthew sobre el aspecto y el ajuste de los zapatos, haciendo hincapié en la comodidad y la preferencia del niño por encima del prestigio del gasto.
Durante media hora, Matthew se probó afanosamente varios conjuntos y zapatos.
El dependiente, cada vez más inquieto, finalmente presionó: «¿Va a hacer una compra?».
Marcus, una vez seleccionadas todas las piezas que le sentaban perfectamente a Matthew, alborotó cariñosamente el pelo del chico. «¿Cuáles te gustan más?», preguntó.
Aferrado a sus favoritos, Matthew miró a Marcus con una sonrisa radiante, capaz de calentar el más frío de los corazones.
Con una suave sonrisa, Marcus decidió: «Nos quedamos con estos, entonces».
Levantándose, Marcus sacó su teléfono del abrigo e hizo una llamada.
«Sylvia, estoy en el centro comercial de Bellville. ¿Podrías venir a pagar la cuenta? Sí, me he dejado la cartera por las prisas».
La expresión de la asistente se agrió ante estas palabras.
Justo cuando estaba a punto de irritarse, una compañera susurró con urgencia: «Ese hombre podría ser el director general del Grupo Fowler. Su familia es la propietaria de este edificio».
Atónita, la dependienta reconsideró a Marcus y su actitud cambió radicalmente.
Su sorpresa era palpable. El director general del Grupo Fowler, del que se sabía que tenía pareja, aparecía ahora con un niño. ¿Podría ser este niño su hijo?
La idea era electrizante.
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