Capítulo 748:

Inicialmente anticipando la muerte, su rayo de esperanza por la vida ahora resurgió.

La infusión alimentó el optimismo de que, con otro intento, el médico podría tratar con éxito su enfermedad.

Apretó con urgencia la mano de Darwin, suplicando: «Darwin, por favor, intentémoslo una vez más. ¿Qué tal si exploramos otra sesión?».

Darwin se mostró indeciso.

Finalmente, se acercó a la ventana y se quedó contemplando en silencio mientras jugueteaba con un cigarrillo.

Reconociendo la naturaleza incurable de la enfermedad de Serenity, se enfrentó a la idea de que un tratamiento adicional sólo intensificaría su sufrimiento.

En realidad, albergaba resentimiento hacia ella.

Sin embargo, en la actualidad, se encuentran dependiendo el uno del otro como dos indigentes que intentan sobrevivir.

Un sentimiento distorsionado e inquietante le obligaba a creer que si Serenity perecía, la vida tenía poco sentido para él. A pesar de carecer de verdadero afecto por ella, sus emociones hacia ella estaban enredadas en una red de confusión y negatividad.

Al observar su reticencia, Serenity se levantó de la cama, se acercó a él y le agarró por la cintura. «Darwin, te lo imploro. No quiero sucumbir a la muerte».

Darwin reconoció la esperanza inquebrantable de Serenity en el regreso de Leonel.

Serenity se aferraba a la creencia de que, en ausencia del cambio de opinión de Alexis, Leonel elegiría estar con ella.

Sin embargo, Serenity sólo estaba delirando. Dado el estatus de Leonel, tenía la capacidad de atraer a cualquier mujer deseable.

La pregunta era: ¿por qué Leonel desearía a una mujer sin útero, incapaz de tener hijos y marcada por los estragos del cáncer? ¿Una mujer que ni siquiera le interesaba?

Darwin percibía constantemente la perspectiva de Serenity como gravemente ilusa.

Sin palabras, Darwin se enfrentó a la puerta batiente de la sala.

En un giro sorprendente, entró Leonel.

Tras la escolta de Alexis y Evelyn a la empresa, Leonel regresó al hospital y entró en esta sala en particular.

La entrada de Leonel provocó una mezcla de sorpresa y alegría entre los ocupantes de la sala.

El más sorprendido fue Darwin.

En los últimos años, Darwin había temido mucho a Leonel.

Por el contrario, fue Serenity quien se deleitó con la alegría. Suponiendo que la visita de Leonel era para ella, soltó a Darwin y exclamó: «Leonel».

Serenity intentó sujetarlo, pero dos guardaespaldas vestidos de negro intervinieron rápidamente, arrastrándola lejos. «Señora Larson, haga el favor de comportarse adecuadamente», le instó uno de ellos.

Desconcertada, Serenity miró los 200.000 dólares y preguntó: «¿No ha proporcionado Leonel este dinero?».

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar