Capítulo 747:

Además, anhelaba observar las hermosas nubes del exterior.

Mientras Leonel contemplaba a su inocente hija, una sensación de pesadumbre desapareció de su semblante. A la vuelta de Alexis, volvió a su aspecto habitual, exudando madurez y dulzura.

Presentando los resultados del laboratorio de Evelyn, Leonel aseguró: «Goza de buena salud».

Alexis examinó el documento con atención. Finalmente, abrazó y besó con ternura a Evelyn, que le correspondió con un beso.

Más tarde, Leonel tenía una reunión programada en el Exceed Group. Al entrar en el coche, se abrochó el cinturón de seguridad y propuso: «¿Por qué no venís Evelyn y tú conmigo a la empresa? Después de la reunión, os invito a comer».

Emocionada, Evelyn aplaudió y exclamó: «Papá va a llevar a mamá a una cita».

Divertida, Alexis preguntó: «¿De dónde has sacado esas frases?».

Mirando a Alexis con intensidad, Leonel cuestionó: «Entonces, ¿qué dices? Vamos a un restaurante francés. Ofrecen excelentes opciones también para los niños. De hecho, es el restaurante que tiene tu mamá». Mirando a Alexis a los ojos, sugirió: «¿No quieres tocar el piano?».

Reflexionando sobre el pasado, Alexis afirmó sin rodeos: «No tengo interés en tocarlo».

Mientras Leonel ponía en marcha el coche, recorriendo la salida del hospital, lucía una sonrisa renovada. «¿Cuántos años han pasado? ¿Por qué vuelve sobre eso? Francamente, sus habilidades con el piano no estaban a la altura de las tuyas».

Alexis se quedó sorprendida.

Comprendió que cuando Leonel mencionaba a Serenity, era un sutil intento de calibrar si aún albergaba resentimiento.

Sin embargo, en esta coyuntura, Alexis no le dio mucha importancia.

Tal vez el nacimiento de Evelyn había consumido demasiado tiempo y energía de Alexis a lo largo de los años, dejándola sin energía para armar un escándalo por esos asuntos. Alexis incluso creía que en situaciones en las que sorprendiera a Leonel engañándola, mantendría la calma y se limitaría a aconsejarle que tuviera cuidado y usara protecciones.

Una suave carcajada se le escapó a Alexis mientras sus propios pensamientos la divertían.

Girando la cabeza, Leonel le preguntó el motivo de su diversión.

¿Cómo podía decírselo? Al darse cuenta de algo, Leonel le lanzó una mirada de advertencia. «Sra. Douglas, no la traicionaré. Le conviene abandonar esos pensamientos».

A Alexis le hizo gracia.

Tras una breve pausa, Leonel planteó una pregunta repentina. «No te había visto antes en el hospital cuando volví de desayunar con Evelyn. ¿Dónde te habrás metido?»

Alexis hizo acopio de una sonrisa y respondió: «Sentí molestias estomacales y fui al baño».

Imperturbable, Leonel mantuvo la compostura.

Aconsejó en tono amable: «En ese caso, evita los platos picantes para almorzar más tarde».

Alexis asintió con un simple: «De acuerdo».

En el departamento de hospitalización del hospital, Serenity recibió una agradable sorpresa cuando Darwin reapareció con doscientos mil dólares. Dadas sus circunstancias actuales, era innegable que el dinero representaba una suma considerable para ellos.

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