La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 743
Capítulo 743:
Sus intenciones no estaban guiadas por una agenda en particular. Simplemente se dedicó a besarla, a tocarla tiernamente y a pasar momentos íntimos con ella.
Finalmente, Alexis susurró: «¿No mencionaste que estabas cansada?».
Lleno de afecto, Leonel la miró a los ojos.
Colocada debajo de él, Alexis sintió su suave tacto cuando se inclinó y le plantó un beso en los labios. «Alexis, estoy preocupado por ti», expresó con sinceridad.
Ambos ansiaban tener pronto un hijo.
Sin embargo, Alexis no se sentía bien últimamente, y Leonel le sugirió que se tomara un descanso.
Además, no quería que sus momentos íntimos fueran unilaterales, donde sólo él obtuviera placer.
Considerando esto, no pudo evitar preocuparse.
Le preguntó en voz baja: «¿De verdad no te sientes bien cuando lo hacemos?».
Un momento de sorpresa cruzó el rostro de Alexis, que empezó a comprender.
Sonrojada, le rodeó el cuello con los brazos y le mordisqueó los labios juguetonamente. «Son cosas distintas», bromeó.
Leonel se dio cuenta de que se sentía bien cuando estaban juntos.
Tal vez la profunda conversación había provocado cierta excitación en él, pero consciente de su bienestar, se abstuvo de ir más allá. En cambio, se contentó con besarla y acariciarla para satisfacer sus deseos.
A pesar de su matrimonio, esta noche se sentía como un gran avance. Aunque sólo fuera un poco, Alexis se abrió a Leonel, y su excelente humor eclipsó cualquier frustración física.
Para asegurar su comodidad, se excusó al baño para su satisfacción personal.
Después, Leonel volvió a la gran cama del dormitorio principal.
Mirando a la niña entre los dos, refunfuñó: «¿Cuándo tendrá Evelyn edad suficiente para dormir separada de nosotros?».
Bajo las sábanas, Alexis le agarró la mano con ternura.
Dijo suavemente: «Creo que tendremos que esperar hasta que tenga cinco o seis años».
Sin embargo, para entonces, podrían tener un hijo de dos o tres años, manteniendo un trío en esta cama.
Leonel suspiró pesadamente.
Se reclinó y dirigió la mirada hacia el techo.
En la noche oscura, el aroma de una fragancia femenina emanaba de Alexis.
Llevaba tres años sin ese aroma, y con frecuencia le quitaba el sueño. Ahora, por fin, había regresado.
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