Capítulo 649:

«No es así», respondió ella, con la voz ligeramente temblorosa.

La noche anterior había sido diferente. Había habido un objetivo específico en mente, y el alcohol había embotado sus inhibiciones.

Pero ahora, ambos estaban sobrios, sin deseos impulsivos, y su hijo dormía cerca.

Su rostro se sintió caliente con su proximidad, apenas a un centímetro de distancia.

Leonel, observando sus labios temblorosos, preguntó en voz baja: «¿Has hablado de este acuerdo con Calvin?».

Alexis levantó la vista hacia él.

Leonel le tocó ligeramente el lóbulo de la oreja, que parecía enrojecida. «Estando conmigo, ¿no le debes tanto? Después de todo, es tu actual novio», dijo, la última palabra teñida de amargura.

Quería preguntar más, impulsado por las preocupaciones que cualquier hombre podría tener en una situación así.

Comprendiendo las preocupaciones típicas de cualquier hombre en su posición, Alexis recuperó la compostura y ofreció una ligera sonrisa. «No es necesario. Es asunto mío», dijo.

Leonel asintió con la cabeza. «Es cierto», concedió.

Luego, mientras se acercaba al pomo de la puerta, añadió con decisión: «Quiero que compartamos habitación. Además, mañana tengo programada una operación en el hospital y quiero que estés allí conmigo.»

Alexis empezó a objetar. «Es sólo una operación menor»

«Pero te quiero allí», interpuso Leonel con firmeza.

No se trataba de miedo o de una necesidad genuina de su presencia. Simplemente anhelaba que ella estuviera a su lado en cada momento significativo del futuro. Su determinación dejaba claro que no habría escapatoria a este nuevo acuerdo.

Alexis prefirió no discutir más, comprendiendo la necesidad de su cooperación.

Leonel cerró la puerta y se apoyó en ella, observando la habitación que ahora compartía con dos ocupantes más.

Ignorando un solo ladrido del cachorro, se acercó a la cama y besó suavemente la frente de Evelyn.

La niña se agitó en sueños, acurrucada en una almohada, con su diminuta y regordeta figura adorablemente acurrucada.

Leonel la observó con ojos tiernos, creyendo que podría hacer esto para siempre.

Pensó si Waylen habría sentido lo mismo por sus propios hijos.

Si Alexis y él tenían otro hijo, Leonel esperaba que fuera varón, resistente y duradero, a diferencia de Evelyn, que requería cuidados constantes.

Después de ducharse en la habitación de invitados, Leonel regresó y encontró a Alexis todavía en el baño, claramente estancada.

Se acomodó en la cama, acunó a Evelyn con un brazo y con el otro se ocupó de sus asuntos en el teléfono.

La iluminación de la habitación se suavizó a un cálido tono amarillo, creando una atmósfera tierna.

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