La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 644
Capítulo 644:
Alexis, nervioso, respondió: «Leonel, no hablemos de eso».
Sorpresivamente, él asintió. «De acuerdo. No tenemos por qué hablar de eso. Pero si no puedes concebir, ¿volverás a seducirme de nuevo con el mismo propósito? Si no consigues quedarte embarazada, ¿seguirás volviendo y utilizándome sólo como un medio para conseguir un fin, despreciando mis sentimientos, sólo necesitándome por mis espermatozoides? ¿Has pensado en cómo podría herirme o tal vez simplemente no podría importarte menos?».
Sus palabras fueron directas.
Le dejó claro que sabía algo.
Alexis se dio cuenta de que Leonel sabía la verdad sobre su encuentro sexual de la noche anterior.
Se hizo un pesado silencio antes de que ella finalmente preguntara: «¿Qué sabes exactamente?».
Leonel la observó en silencio por un momento, y luego respondió suavemente: «Todo». Pero, ¿y tú, Alexis? ¿Qué sabes de mí?
Confundida, ella le miró, sin saber qué quería decir con eso.
Leonel acortó la distancia que los separaba. Estaba a un paso, su aliento le acariciaba la cara, una mezcla de calor y frío.
«Hace tres años me hice una vasectomía.
Y nunca me sometí a una operación de reversión. ¿Lo sabías?
Alexis, es imposible que te quedes embarazada. Tus esfuerzos de anoche fueron inútiles».
Sus palabras estaban cargadas de humillación descarnada.
Alexis, frente a él, tragó saliva, con la respuesta atrapada en la garganta.
Leonel, con las emociones a flor de piel, le puso delante una pila de documentos. «¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué elegiste manejar la situación de Evelyn solo, en el extranjero? Me has ocultado la verdad. Buscabas intimidad sólo para concebir… ¿Y si el próximo hijo también tiene complicaciones? ¿Qué se supone que haremos entonces? ¿Qué? Dime, ¿qué debo hacer? ¿Qué le pasaría al bebé?».
Avanzó hacia ella, con la voz tensa. «¿Cuánto tiempo esperas que Calvin esté a tu lado?».
La tensión entre ellos era palpable, ambos visiblemente agitados.
Alexis, normalmente tan serena, encontró que su fuerza decaía en presencia de Leonel.
Bajó la mirada, su voz apenas por encima de un susurro, «¿Y cuánto tiempo estarás conmigo?
Prometiste no involucrarte con ella, pero al segundo siguiente estabais abrazados dentro del coche.
Leonel, ya no puedo confiar en ti».
Un profundo silencio los envolvió.
Leonel se dio cuenta de que sus problemas iban más allá del paso del tiempo.
Había grietas profundas en su relación, una falta de confianza fundamental.
Alexis ya no lo deseaba como antes. Su necesidad de tener un hijo de él no equivalía a amor.
Y aunque Leonel albergaba amor por ella, estaba contaminado por el resentimiento.
Encendiendo un cigarrillo con dedos temblorosos, el humo creciente creó una nebulosa barrera entre ellos. Preguntó, con la voz ronca: «¿Qué hacemos ahora?».
La necesidad de tener un hijo por el bien de Evelyn se cernía sobre ellos.
Pero Leonel era inflexible; no quería que su intimidad fuera un mero medio para un fin.
El anhelo de Leonel por Alexis era palpable. Ansiaba su regreso, independientemente de su voluntad.
Su deseo no era sólo por su presencia física, sino por aliviar su soledad. Aunque ella le odiara a muerte, su mera presencia sería suficiente.
Alexis permaneció en silencio, con la mirada fija en él mientras esperaba su decisión.
Se dio cuenta de que no tenía nada que hacer en esta situación.
Leonel, consciente de su situación, respondió con frialdad: «Recoge tus cosas y múdate esta noche. Además, concertaré una cita para revertir la vasectomía y facilitar tu embarazo lo antes posible».
Su tono dejó a Alexis sin saber si estaba siendo sarcástico.
Sin mucho tiempo para reflexionar, Alexis se limitó a asentir, con la mirada perdida en el piso de arriba, donde probablemente dormía Evelyn.
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