Capítulo 544:

Girando el rostro hacia un lado, murmuró-: El médico encontrará una solución cuando llegue el momento, Leonel. No es más que un incidente desafortunado. Hacía tiempo que no experimentaba hemorragias».

Él permaneció en silencio, simplemente acunándola en su abrazo.

Pasó el tiempo antes de que Leonel, en tono bajo, preguntara: «¿Tú también deseas tener un hijo conmigo?».

Alexis, sintiendo una mezcla de vergüenza e irritación, afirmó: «Estoy siendo sincera».

Su actitud se volvió seria. «Yo también soy sincero, Alexis. ¿No quieres casarte conmigo? Podríamos empezar nuestros días juntos, compartiendo el desayuno por la mañana antes de ir a trabajar por separado. Incluso te prepararía la cena por las noches. ¿No te entusiasma esa perspectiva?».

«Suena encantador».

Sonrió y añadió: «Sin embargo, la compatibilidad es fundamental. La familiaridad no garantiza que todo vaya bien».

Leonel le dio un suave beso en los labios.

«¿No tenemos buena relación?».

«¿Te refieres a nuestra compatibilidad en la cama?».

Juguetón, Leonel le dio una palmada en el trasero y le aconsejó: «Las damas deberían ser más elegantes. No nos detengamos siempre en esos asuntos».

Alexis lo envolvió en un abrazo.

Sus manos vagaban libremente. «Entonces, ¿qué? ¿Te gustan las mujeres más reservadas?».

En realidad, lo que Alexis quería preguntarle era si ésa era la razón por la que había salido con Serenity.

Sin embargo, Alexis se abstuvo de enturbiar el ambiente en ese momento.

Conociendo íntimamente a Alexis, ¿cómo podía ser ajeno Leonel? Simplemente sonrió y se volvió para ocuparse de la cocina. Incómodo, Alexis se retiró a la sala de estar. Al cabo de un rato, no pudo evitar preguntar: «¿De verdad está bien si no volvemos a casa del señor Gibson?».

«Ya les haré una visita en otra ocasión».

El sonido de la voz de Leonel resonó desde la cocina.

«De acuerdo», consintió Alexis.

Treinta minutos después, terminó de cocinar y se unió a ella para cenar.

Alexis sospechaba que estaba preocupado. Tal vez su leve pérdida de sangre era la fuente de su persistente preocupación. Este fue un raro momento en el que ella realmente trató de animarlo un poco.

Después de la ducha, se vistió sólo con una camisa blanca.

Sentada en el sofá de cuero de ébano junto a la ventana, Alexis se secó el pelo con delicadeza. Su esbelta figura desprendía un aire de pureza.

Leonel regresó más tarde, ocupado en asuntos de negocios, y la encontró en ese estado.

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