Capítulo 545:

Experimentó una momentánea sorpresa.

Posteriormente, se acercó y la liberó sin esfuerzo del secador de pelo. Apagándolo temporalmente, le planteó roncamente la pregunta: «¿Te apetece?».

Luego reanudó el funcionamiento del secador.

Alexis levantó la cabeza para mirarle, pero él la bajó suavemente. «Compórtate.

Rápidamente, giró, se arrodilló en el sofá y le rodeó la cintura con los brazos.

La mirada de Leonel tenía una profunda intensidad.

Tras una breve pausa, apagó metódicamente el secador y lo dejó a un lado. A continuación, la besó y deslizó la mano por debajo de su camisa. En un susurro, declaró: «Esta camisa me pertenece. Debo reclamarla».

No sólo le pertenecía la camisa, sino toda su esencia.

Leonel sabía muy bien cómo complacer a Alexis.

Se esforzaba por asegurar su felicidad, aunque eso significara que la lujuria lo carcomiera y que se le formaran gotas de sudor en la frente. Su prioridad era siempre hacerla sentir bien.

Abrazándole con fuerza, Alexis ordenó: «¡Vamos a la cama!».

Los dos cuerpos juveniles se apretaron el uno contra el otro poco a poco, pero él se detuvo en el momento crucial.

«Los condones aún están en el coche», admitió Leonel, con una pizca de vergüenza adornando su semblante.

Alexis lo silenció con un beso, apretando sus labios contra los de él.

En una fase segura de su ciclo, prestaba poca atención a las precauciones anticonceptivas.

Sin embargo, Leonel insistió. Tras unos besos prolongados y asegurarse de su placer, se levantó. «Voy a recuperarlos».

Una vez que partió, un escalofrío se apoderó de Alexis.

A su regreso, su intimidad se desarrolló con menos urgencia que antes.

En voz baja, Alexis preguntó: «¿Pasa algo?».

Apoyándose en ella, Leonel, con voz ronca, sugirió: «Tal vez deberíamos abstenernos esta noche. No me siento muy bien».

Alexis no insistió.

Después de ducharse, se acurrucó contra su pecho y preguntó en voz baja: «¿Sigues preocupado por ese asunto? De momento no esperamos un hijo. Hablemos de ello más tarde, ¿de acuerdo?».

La perspectiva de Alexis era directa.

Si finalmente decidían tener un hijo, consultar a un médico siempre era una opción.

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