Capítulo 1753:

Después de unos momentos juguetones, Leonel frotó cariñosamente la nariz de Alexis.

«Ya es hora de levantarse. Los niños están todos despiertos. No te quedes mucho tiempo en la cama», instó con dulzura.

Alexis permaneció en silencio.

Las lágrimas brotaron de sus ojos, pero Leonel no la presionó en busca de una razón. En lugar de eso, colocó a Cordelia en el suelo con delicadeza, luego levantó la cara de Alexis y colocó su cabeza en su regazo.

Mientras yacía allí, las lágrimas comenzaron a fluir, humedeciendo los pantalones de Leonel. Él era plenamente consciente de su llanto, pero prefirió limitarse a acariciarle el pelo, reconfortándola en silencio.

Después de un rato, dijo suavemente, con la voz rasposa por la emoción: «Alexis, si sigues así, me va a ser muy difícil contenerme».

Alexis se ruborizó.

Se apoyó en sus firmes muslos y murmuró: «Es temprano y ya estás pensando en esto. Nuestra hija sigue aquí. Eso es inapropiado».

Leonel miró a su hija.

Cordelia gateaba inocentemente por el suelo.

Leonel tocó suavemente la mejilla de Alexis y le ofreció una sonrisa tranquilizadora. «Hace dos años que no tengo intimidad con nadie. No pasa nada si no estás preparada, pero ¿está mal que siquiera piense en ello? No hay nada malo en fantasear, ¿verdad, Srta. Fowler?»

Ciertamente, no había nada malo en ello. Alexis estaba abierto a la idea cuando estuviera listo.

Leonel no se oponía a avanzar demasiado deprisa; simplemente no quería precipitar las cosas. Era consciente de asegurarse de que ambos se sintieran cómodos y disfrutaran de la experiencia, sobre todo teniendo en cuenta sus errores pasados que, obviamente, habían traumatizado a Alexis. Si la intimidad sólo le resultaba gratificante a él, su cercanía no tenía sentido.

Decidió no expresar estas preocupaciones a Alexis. En su lugar, la consoló en silencio, dándole suaves palmadas en la espalda para mostrarle su apoyo y comprensión.

Al final, Alexis se quedó en la cama en lugar de levantarse a desayunar. A pesar de los intentos de Leonel, se quedó bajo las sábanas y se negó a levantarse, actuando como una mocosa malcriada. Finalmente, Leonel le dio un codazo antes de darse por vencido.

Al mediodía, el sol brillaba con fuerza.

Leonel había preparado un almuerzo especial para la reunión, con Evelyn y Daniel ayudando significativamente. A Cordelia, Leonel le quitó los zapatos y el abrigo y la puso suavemente en brazos de Alexis para que durmiera una siesta.

En la cocina, Leonel demostró sus habilidades culinarias.

A pesar de los años que había estado separado de Alexis, su habilidad para cocinar se había mantenido aguda.

Evelyn seguía como siempre, mientras Daniel luchaba con la vergüenza de haber mostrado sus emociones el día anterior. Le preocupaba que Leonel le tuviera en menos por ello.

El adolescente no dejaba de lanzar miradas furtivas a Leonel.

Leonel se dio cuenta, pero fingió no darse cuenta. Invitó a Daniel a aprender a cocinar, colocándolo a su lado. Daniel se emocionó interiormente, aunque exteriormente se mostró tranquilo.

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