Capítulo 1689:

Sabía que tenía que dejarla marchar, pero no podía evitar obsesionarse con cada uno de sus movimientos. Vigilaba sus citas, adónde iban y qué hacían.

Incluso seguía sus estancias en hoteles. Hasta ahora, no habían reservado una habitación juntos.

Sabía que no estaba bien, pero no podía parar. A veces, se despertaba de sueños de Alexis con otro hombre, imaginándolos juntos.

Las emociones de Leonel empezaron a descontrolarse. Casi pierde el control durante una reunión de negocios con uno de sus socios. Noreen tuvo que apartar a Leonel antes de que hiciera algo de lo que se arrepintiera. Pensó que a Leonel le vendría bien un terapeuta.

Esta noche, en el banquete, Leonel volvió a encontrarse con ese socio. El hombre no tenía muchas ganas de enfrentarse a Leonel, mantenía las distancias y murmuraba insultos.

«¿Qué tiene de especial Leonel? Antes era algo, seguro, ¡pero ahora no es más que un lisiado rico! Ese accidente lo dejó apenas capaz de volver a caminar con una pierna destrozada, ¡y sigue actuando como si fuera un cachondo! Dice que tiene gota, pero sólo está encubriendo su discapacidad.

Todo lo que hace es intentar quedar bien con las mujeres para alimentar su ego herido. Apuesto a que ni siquiera se acercaría a su ex mujer. Seguro que ahora es un inútil en la cama. Era un desperdicio».

A la vuelta de la esquina, Alexis estaba junto a la ventana. En realidad no salía con nadie; ella y su «nuevo novio» sólo eran socios.

Fingían ser pareja para evitar interminables citas a ciegas. Miraba los fuegos artificiales en silencio, sin meterse en lo que no le importaba.

Pero cuando el socio de Leonel pasó por allí, oyó cada palabra que escupía. Dijo que Leonel tenía la pierna destrozada. Dijo que se debía a aquel accidente. Dijo que Leonel no tenía gota, que sólo era una tapadera.

En ese instante, todo el mundo de Alexis se detuvo. Sólo podía pensar en Leonel. Su corazón se aceleró y sus puños se cerraron con tanta fuerza que sus nudillos se volvieron blancos.

Sus manos empezaron a sangrar, pero ni siquiera se dio cuenta. Tenía un trastorno de la coagulación, lo que la hacía peligrosa, pero su mente estaba demasiado abrumada para preocuparse.

Sólo podía concentrarse en la verdad. Leonel había sacrificado su pierna izquierda para salvarla. Por eso necesitaba una silla de ruedas. Por eso cojeaba a cada paso.

Por eso no podía sostener a Cordelia y caminar. Por eso dijo que tenía novia y le dijo que siguiera con su vida también.

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