La segunda oportunidad en el amor -
Capítulo 1688
Capítulo 1688:
Su pierna izquierda comenzó a palpitar. Los ojos de Leonel se clavaron en una mesita de centro que tenía enfrente. Había una foto de él y Alexis. Estiró la mano y la cogió suavemente, rozando con el pulgar el cristal.
Siguió bebiendo hasta que el dolor de la pierna quedó mitigado por el alcohol. Pero ninguna cantidad de alcohol podía hacerle olvidar a Alexis.
El personal de la casa encontró a Leonel desmayado por la bebida y se puso rápidamente en contacto con Noreen. Esta no tardó en llamar a Jamison Glyn, el médico de Leonel. Jamison se apresuró a llegar en plena noche, dispuesto a echarle la bronca a Leonel. Estaba furioso de ver a Leonel en tan mal estado.
Cuando Leonel volvió en sí, le dolía la pierna izquierda. Aunque Jamison estaba enfadado, le puso a Leonel una inyección de analgésico, pero no sirvió de mucho.
Jamison frunció el ceño y dijo: «Los analgésicos ya no sirven. Si sigues así, la pierna te va a quedar inútil».
Leonel sabía que eso significaba que estaría en una silla de ruedas de por vida. Pero a estas alturas, no le importaba.
El tiempo pasaba. Leonel se encontraba de vez en cuando con Alexis. A veces en fiestas, a veces por sus hijos. La mayoría de las veces, estaba en su silla de ruedas.
Leonel había dejado de evitar a Alexis. A menudo le acompañaba Hester, lo que parecía infundirle valor para enfrentarse a Alexis cuando ella estaba cerca. Desde el divorcio, sus encuentros eran siempre cordiales pero distantes. Leonel pensó que era lo mejor para todos.
Cuando el verano tocaba a su fin, Alexis apareció con alguien nuevo. El tipo era guapo y tenía un aire de respetabilidad. Leonel sabía que era alguien a quien la familia Fowler le había tendido una trampa. Alexis ya no decía que no a las citas. Había empezado a salir con él.
Su estilo se volvió más pulido y su maquillaje siempre estaba a punto. Alexis empezó a mirar a Leonel con frialdad, como si fuera una cara más entre la multitud. Cualquier calidez o afecto que alguna vez tuvo por él había desaparecido.
Esto golpeó duramente a Leonel. Pero sabía que era parte de liberarla. Quería que ella siguiera adelante y encontrara la felicidad, aunque eso lo destrozara.
Se encontraba ahogándose en un mar de gratitud y dolor, lo que le llevó a beber en exceso. Noreen tenía que vigilarle a menudo, preocupada por si cometía alguna imprudencia. Pensó que a su jefe le vendría bien un poco de terapia.
Una noche, Leonel se encontró con Alexis en un evento elegante. Bailó un par de veces con su nuevo chico y luego abandonó el salón con él, de la mano.
Mientras se alejaba con aquel impresionante vestido rojo, Leonel sintió una punzada aguda en el pecho. Pero se quedó en un rincón, observando en silencio. Se le revolvió el estómago.
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