Capítulo 1675:

Nunca se le pasó por la cabeza que después de causarle tanto dolor, él siguiera con otra mujer e incluso la presentara como su novia. La hizo sentir como si todas las maravillosas emociones y dulces momentos que habían compartido no significaran nada para él.

Nunca pensó que Leonel la trataría así. Estaba muy triste, pero mantuvo la espalda recta mientras se alejaba de su vista y salía de su vida.

Nunca pensó que su historia acabaría así. Sin embargo, estaba decidida a dejarlo atrás y no darle más vueltas.

Mientras tanto, Leonel la observaba en silencio.

Habían crecido juntos, así que la conocía muy bien. Sabía lo que estaría pensando en ese momento. Seguramente estaría pensando en lo despiadado que era él, en que todo lo que una vez compartieron no significaba nada para él.

Incluso cuando ella desapareció de su vista, Leonel se quedó mirándolo.

Antes de darse cuenta, su mano había aplastado el vaso que sostenía, y el líquido rojo manchó su mano.

No sabía si era vino o sangre.

Hester corrió rápidamente en su ayuda, en parte por preocupación y etiqueta, pero también por la intención de congraciarse. «Sr. Douglas, déjeme vendárselo», le ofreció.

Era una mujer astuta. Aunque sabía que Leonel la estaba utilizando en su beneficio haciéndola pasar por su novia, se dio cuenta de que no había nadie a su alrededor que cuidara de él. A pesar de su discapacidad, seguía siendo muy rico y guapo.

Hester había trabajado duro durante más de diez años y sólo podía permitirse una pequeña casa en Duefron. Sabía que si conseguía casarse con Leonel, podría entrar en la clase alta.

Por eso, mientras ayudaba a Leonel con su herida, apretó intencionadamente su suave cuerpo contra él, con la esperanza de seducirlo.

Pero Leonel la apartó bruscamente, y ella se tambaleó hacia atrás, casi cayéndose.

Mirándola, le dijo fríamente: «Asegúrate siempre de conocer tu lugar».

Hester se sintió avergonzada, pero tras un momento de silencio, suavizó su tono y le ofreció: «Al menos, déjame ayudarte a subir al coche».

Pero Leonel se negó.

Su pierna había mejorado mucho en los últimos días, y ahora podía caminar solo, aunque con dificultad.

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