Capítulo 1676:

Aparte de Alexis, no le importaba lo que los demás pensaran de él. Desde que la persona a la que más quería le había abandonado, no le quedaba nadie ni nada por lo que preocuparse.

Así que salió cojeando de la sala del banquete a la vista de todos. No utilizó su silla de ruedas, ni Noreen estuvo a su lado. Estaba solo.

Hester se quedó allí de pie, sintiéndose muy avergonzada. Pero al cabo de un rato recibió una llamada de Leonel, pidiéndole que se reuniera con él en el aparcamiento.

Hester se apresuró a ir.

Mientras tanto, Alexis estaba sentada en su coche en el aparcamiento, a punto de marcharse.

Por el rabillo del ojo, vio a Leonel y a Hester saliendo al aparcamiento. Leonel caminaba inestablemente mientras su novia le sujetaba el brazo para sostenerle.

Alexis supuso que tal vez la pierna le había vuelto a fallar.

Los observó en silencio, pero sintió que ya no tenía motivos para preocuparse por él.

Para ella, estaba claro que Leonel ya no quería tener ninguna relación con ella. Por lo que podía ver, le gustaba mucho su novia actual. Después de todo, Hester era una mujer hermosa y elegante.

Al cabo de un rato, Alexis arrancó el coche sin saludar ni decir nada a la pareja. Sentía que así era como debían terminar las cosas entre ellos, pero sus ojos estaban ligeramente húmedos.

Mientras tanto, Leonel ya se había detenido. Sabía que todo había terminado entre él y Alexis. Sabía que ya no tenía ninguna oportunidad.

Pero en el futuro, podría cuidar de los niños a pesar de estar lisiado, y no tendría que preocuparse de que Alexis descubriera la verdad. Entonces podría decirle a todo el mundo que su amor por ella sólo había sido un impulso momentáneo, del que se arrepintió después, y que ahora ya no la quería.

De hecho, le diría a cualquiera que quisiera escucharle que se había enamorado de otra persona.

Alexis se alejó del hotel con los dedos delgados agarrando el volante. A pesar de sentirse tranquila, algo le nublaba la vista.

Sí, lágrimas.

Parecía que no podía evitar llorar por Leonel, aunque sabía que se había acabado.

Incapaz de controlar sus emociones, se detuvo al borde de la carretera para recogerse, temiendo causar problemas de lo contrario.

Con el motor apagado, sus manos temblaban sobre el volante.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar