Capítulo 5:

POV Eva Dreyfus

“Porque como es rica y está totalmente enamorada de mí me ayuda financieramente, recuerda que mi familia se está esforzando mucho para pagar mi carrera de arquitectura y ya sabes”

Dice acentuando mucho la última:

“Que es muy cara”.

Me vislumbra de su necesidad.

´Es cierta una vez le pagué un semestre para que pudiera continuar, aunque estudia en una de las mejores universidades de aquí de España, pero, he visto cómo se esfuerza mucho para pagárselo´.

“Eso no es motivo suficiente porque si, aunque veo que jamás va a pasar… lo hubiéramos confrontado juntos…”

Me calla poniendo su mano sobre mi boca, frunzo mi ceño, en verdad es que siento mucho frio por el agua que me echó y la ventana abierta.

“No lo entenderías, como siguiente hombre de mi casa, veo como caemos una y otra vez en la misma carrera del ratón, entonces, no importa lo que tengo que hacer, quiero asegurarme de mi estatus que sea noble y asegurarme de que todo ande bien, para poder asi reclamarte como verdadera mujer y dejar a Pilar”, me confiesa.

Siento una opresión en mi pecho y como mi estómago se revuelve por sus esquizofrénicas palabras.

Trago grueso y miro hacia otra parte para poder pensar en todo y a la vez no pensar en nada.

“¡Vamos amor! Créeme, te dije que eres mi dama y mi único gran amor, por eso sé mi amante”.

Otra vez me endulza el oído y debo de admitir que me gusta bastante como lo hace, aprieto mis ojos y muerdo mis labios.

“Sin embargo, en realidad eres un egoísta que no es capaz de respetar a ninguna mujer, ni siquiera a la que dices amar, ¿Y sabes por qué es eso?, por tu gran narcisismo, porque ahora necesitas que la gente de mi padre te defienda porque tu posición como director de las empresas de mi padre aún no está segura”, le grité totalmente enfurecida por sus idioteces.

“Todavía, esto si te lo puedo apostar por hecho y lo pongo allí en la mesa, hay muchos partidarios que consideran que Alfonso Dreyfus fue acusado injustamente y cada vez se van a hacer más y más hasta que descubran la mentira que tratas vender como verdad”.

Le argumento tenazmente y él se pasa las manos por su cabellera castaña, nervioso y dando vueltas por lo que estoy diciendo.

“Eva, por favor, no digas locuras que te pueden escuchar, no obstante, no me cambies el tema de conversación, yo vine aquí a negociar contigo asi que agradece que no te lo impongo, si eres mi amante o no. No te lo había dicho si eres mi amante y me ayudas”.

“Buscaré y moveré cielo y tierra para quitar la demanda en contra de tu padre, entonces, ¿Qué dices?”, me inquiere con una voz extrañamente motivadora y convencional, se cruza de brazos y se acerca mi pero yo no estoy dispuesta a acercarme a él porque a mi cuerpo le gusta lo que podría llegar hacer conmigo.

“No, no seré tu amante y vete a tomar por saco todo lo que dices”.

Le niego su propuesta porque lo más que sea, si se la aceptaba, iba a perder todo mi valor como mujer al aceptar minucias de amor de este cabrón.

Él se muerde los labios, lo que hace que me dé un vuelco en el corazón: él es un morenazo formado por el gimnasio, de un metro ochenta. Me lleva suspirar, pero, sé que es todo un maniático.

“No entiendo por qué me dices que no. si, tienes que soportar que Pilar ahora es mi mujer oficial y tú serías la otra, porque él que rompió la relación no fui yo”, aclama cortante.

“Fuiste tú con tu infidelidad de la noche de tu cumpleaños, asi que tienes que aguantar por tus estupideces y para salvar a tu padre de que pase más tiempo en prisión”.

Me marea para que le diga que si.

Pero, para recordarme mi posición, empiezo a negarle con la cabeza, a lo que él pone sus manos a cada lado de mi cabeza para que deje de negarle, obligándome a verle a los ojos.

“Además, cumplirías mi deseo, ver dos mujeres peleándose por mí sería un sueño hecho realidad, mírame bien Eva, yo te amo, pero lo has hecho mal, asi que solo pagarías unas consecuencias insignificantes para por fin estar juntos”.

Subraya todo conmovido por mis lágrimas tanto que me las seca, pero, es que no puedo dejar de llorar porque me siento tan débil.

“Me niego, me niego, ¡Estás loco!”, le escupo en frente de su cara, pero, no hace nada más que abrazarme lo que me rompe por dentro en mil pedazos.

Siento un tipo de deber, que lo tengo que cuidar porque me recuerda a mi padre.

Me niego a seguir regañándolo, aunque sienta ira en mi interior, ya que sin los cuidados especiales, la crianza y el ascenso que tuvo mi padre, no habría sido más que el hijo de un oscuro granjero cafetero.

“¿Cómo me vas a pedir que sea tu amante?, eso está fuera de mis manos, me niego, antes muerta que ser tu p%ta amante, esa propuesta puedes metértela por donde no te pega el sol y te puedes ir a la p%ta m!erda”.

Le agredo verbalmente.

“¡Tú y toda tu p%ta familia!, ¡Pueden irse a la m!erda tú y toda tu triste historia egocéntrica, desgraciado!

Él se levanta todo cabreado y extiendo su mano hacia mi, no me lo vi venir. Su mano impactó contra mi cara haciéndome voltear, siento que mis mejillas han chocado contra mis dientes y me obliga a escupir la sangre que brota dentro, le vuelvo a mirar con el ceño fruncido hecho un demonio.

“No vuelvas más nunca en tu vida a insultar a mi familia, a mí me puedes decir de mal nacido hasta abajo, pero con mi familia no te metas y si te llegas a revelar conmigo ¡Te lo juro Eva Dreyfus! No tendrás descanso de mi, asi que quédate quieta”.

Me amenaza y ambos nos miramos a los ojos con mucho odio.

“Por favor que alguien vigile a Eva hasta que la primera reunión de los accionistas de comienzo”, grita hacia la puerta para luego alejarse de mi y salir del cuarto.

Me levanto y corro silenciosamente hacia la puerta que ya está cerrada.

“Si, es que necesito desesperadamente convencer a Eva de que me apoye para que ella comparezca en esa reunión para desanimar a los que están del lado de Dreyfus que son muchos”, aclara supongo yo al equipo que tiene a cargo para cuidarlo, suspiro y me doy vuelta para poder apoyar mi espalda hacia la puerta y deslizarme hasta el piso.

POV Niccolo Di Pascuale

Estoy casi abordando mi avión para devolverme a España, escucho mi teléfono sonar, veo que es Lion, mi informante que está en Barcelona.

“Dime”, le expreso mientras que veo que avanzo en la fila para entrar al avión.

“Disculpe molestarlo, señor Di Pascuale: quería informarle que Eva, la chica que me mandó a monitorear, fue recogida ayer alrededor de las cinco de la tarde por un Benz oscuro y que fue aparcado minutos después de llegar a su destino al frente del piso recién comprado por Daniel Zambrano”, se reporta formalmente.

“Es decir, ¿Eva corre peligro?”, inquiero con un tono neutro, sin embargo, ya siento que mi ansiedad por llegar rápido a España está en aumento. Entro al avión, le muestro mi boleto a la azafata y me dice en donde sentarme.

“Podría decirse que si, porque una mujer vio como adentro del auto golpearon a Eva por atrás de la nuca”, me hace saber y al oírlo cierro mis puño y aprieto mi mandíbula.

“Pues, ya estoy en camino para España, muchas gracias Lion. sigueme informando si hay algo nuevo”.

Con esta despedida formal me despido de él y veo que a mi lado se sienta Víctor que no se ha despegado ni un minuto de su móvil.

Dos horas y media desbordamos el avión y justo estamos cruzando el aeropuerto para salir del mismo cuando veo en la pantalla de uno de los televisores una noticia en particular que capta mi atención.

[Daniel Zambrano, ex prometido de Eva Dreyfus tras acusaciones contra el CEO Dreyfus que fue apresado poco después, estaría tomando la autoría de las empresas Dreyfus, al mismo tiempo que anuncia su nuevo compromiso con la hija del futbolista Albores García].

“Oh, Dios mira eso…”, expresa horrorizado Víctor.

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