La promesa del padre de mis trillizos -
Capítulo 4
Capítulo 4:
POV Eva Dreyfus
Al leer aquello siento que me da una opresión en el pecho, que me cuesta mucho respirar, siento que me puedo desmayar, todo a mi alrededor está frio y caigo sentada en el banco, comienzo a tranquilizarme para tomar un respiro porque creo que me iba a dar patatús.
[Eva Dreyfus, toda una traidora, padre e hija son el mismo tipo de persona, ramera del primer mundo, avariciosa y mal portada…]
Me callo y dejo de leer todo el odio que me están echando por culpa de ese mal nacido que no respectó mi privacidad, además de que él mismo también me apuñaló por la espalda de la forma más baja.
Sigo tomando aire porque me duele la cabeza, por dentro, las rodillas y el cuello, estoy muy adolorida como para pasar otro mal rato, aunque eso es lo que me espera, tomo el teléfono otra vez y llamo a mi tía para confrontarla.
“Hola tía, buenas tardes, ¿Cómo estás? — Le pregunto con educación, al instante ella resopla y sé que es de indignación.
“¿Cómo qué cómo estoy?, tú eres loca, Eva eres una estúpida por haber dejado a ese muchacho del demonio a cargo de las empresas de tu padre, eres una boba…”
Antes de que siga insultándome, respiro y tomo fuerzas para no derrumbarme solo para preguntarle algo.
“Tía.. ¿Me puedo quedar en tu casa?”, interrogo con voz quebradiza, ella se ríe del otro lado de la línea, lágrimas salen de mis ojos.
“Eva, tú solo disfrutabas del dinero y la comodidad que te daba tu padre y ahora que no las tienes me llamas a mí porque no tienes a dónde ir, ahora que no tienes familia, ¿Dónde está tu orgullo?, cuéntame de eso. Además tú sabes que no somos muy ricos como para acogerte”.
Me sigue sermoneando y solo puedo mirar hacia abajo. Aunque no la tengo en frente, no puedo evitar la vergüenza que me da escuchar lo que me dice.
“Amor, solo te puedo tener en la casa tres días porque se nos vence en contrato de arrendamiento porque hemos decidido vivir en la casa de campo de nuestra familia, ya tenemos todo listo para irnos, asi que ven que aquí sin importar lo demás te esperamos”.
Me acepta cambiando su tono de voz a uno más reconfortante, lo que logra pintarme en el rostro media
sonrisa.
“Gracias tía, ya voy para allá”.
Le agradezco y ella misma cuelga, me siento tan mal que ni siquiera puedo volver a ver el teléfono, llevo con mucho esfuerzo mi mano frente a mí para poder llamar a un Ub3r.
Confirmo el precio y me levanto para ir caminando poco a poco hacia fuera del parque. Tomo mi bolso, que pesa como un costal de treinta kilos de papas, y me dirijo hacia las afueras del parque.
No tardaría mucho, asi que me apresuro en estar en la principal. Ahora no puedo llorar porque tengo que asegurarme de poder idearme un plan de cómo le voy a hacer después de esos tres días en el apartamento de mi tía.
Me voy secando las lágrimas para que nadie me pregunte por qué estuve llorando. No obstante, tengo el alma rota por dentro. Siento que he perdido mi corazón porque ni siquiera siento nada en específico y ya no tengo tantas ganas de vivir.
´Quisiera que mi madre estuviera viva para que me ayudase… Me hace falta mi mamá…´
Otra vez quiero llorar, pero me privo de ese lujo. Veo que está estacionado un Mercedes Benz y tiene la misma matrícula que me dijeron que tendría el coche que pasaría por mi, aunque se supone que sería un sedan. ´Creo que es el carro, supongo que se equivocaron de marca´.
Abro el sobre de dinero que me dejó el hombre misterioso, saco la cantidad debida de dinero y guardo este sobre dentro de mi falda. Dentro de esta tengo un bolsillo secreto que me permite guardar con mayor seguridad mi dinero.
Asi que abro la puerta del auto y me subo con toda la confianza, aunque siento un tirón en el estómago, lo que me indica que algo anda mal.
Veo por el retrovisor al conductor y no es el mismo que muestra la app, asi que abro la boca de asombro y él se da cuenta.
Justo desde atrás me tapan la boca para que no grite y siento que me golpean por detrás de la nuca, es como si me hubieran sacado el aire, mis ojos se van hacia atrás y no sé más de mi.
Siento como me están chorreando agua en la cara hasta en un momento que esta entra por mi nariz y me obliga a abrir los ojos. Toso porque siento que casi el agua ha entrado por mis pulmones y veo la sombra de alguien que está parado frente a mí.
Elevo mi mirada poco a poco por su cuerpo hasta encontrarme con la mirada de superioridad de Daniel, él tira el balde a un lado y se apoya sobre sus piernas, atrás de él hay una ventana y por lo que veo está amaneciendo.
´Asi que esté mal nacido me ha tenido toda la noche aquí secuestrada´.
“Muy buenos día Eva, ¿Cómo has amanecido hoy?, veo que estás toda mojada”.
Me saluda con palabras sarcástica para terminar riéndose de mi.
“He amanecido mal porque tú estás frente de mí y me has mojado”.
Le respondo cortante dedicándole una mirada muy fría, mi corazón está acelerado por la adrenalina que va bajando poco a poco por el susto que me ha dado.
Él chasquea los dientes y justo se abalanza sobre mi, pone su mano sobre mi cuello, lo que me hace toser por el dolor y la incomodidad que siento en el mismo, él me sostiene una mirada sádica que jamás le había conocido.
“Pues, si, he sido Pero ahora que ya estas despierta quería venir a conquistarte, también negociar y bueno… Si, se presenta otra cosa, no me molestaría”.
Menciona con mucho apresuro y sensualidad.
Me está tratando de seducir, pero ahora me da mucho asco, le miro indignada por sus alegatos. Trato de golpearlo, pero me doy cuenta que me han esposado a la cama, asi que debo de mantener la calma.
“Chica, no muevas mucho las muñecas ni los brazos que te vas a lastimar, si eres buena, te quitaré las esposas, pero primero, no nos desviemos del tema”.
Me puntualiza aun manteniéndome inmóvil. Yo no le digo nada, este mal nacido no merece que gaste mis palabras en él.
“Sabes… Me arrepiento mucho de haber anunciado a viva voz mi compromiso con Pilar, es que es muy pronto, ya que yo solo estoy enfadado contigo porque otro hombre hizo algo que yo quería hacerte, no obstante, ¡Me traicionaste, carajo!, me habías jurado fidelidad al comprometernos y me saliste con esto…”
“Agh… Y no sé quién es el desgraciado con el que estuviste”.
Me aprieta y me vuelve a aflojar el amarre que tiene su mano contra mi cuello.
“No te odio, más bien para serte sincero, yo te amo solo a ti porque Pilar fue tan fácil de conquistar asi como tú, pero tú me resultas más interesante, asi que ven y acércate”.
Me obliga a acercarme a sus labios gracias a su mano en mi cuello.
Presiona sus labios contra los míos y los mueve bruscamente, una y otra vez, siento que me pasa toda la lengua hasta el paladar, lo vuelve hacer hasta que me quedo sin aire y le pateo con mi pierna su entre pierna, lo que lo deja sin aire.
Él se separa al instante de mi y yo también vuelvo a recuperar el aire, vuelvo a toser por la molestia que ha dejado la presión que ha ejercido sobre mi cuello, él tan solo se levanta fuera de la cama y me observa con los brazos cruzados.
“Ya veo que me he ido muy directamente al grano, pero, te propongo una cosa porque sé que es lo que sientes por mí y como acabo de corresponderte, este es uno de mis tratos para ti”.
Mientras que me voy incorporando para sentarme en la cama, él se vuelve a lanzar contra mí y me mantiene inmóvil una vez más.
“Cómo ya me comprometí con Pilar, aunque también te quiero a ti, te sugiero que seas mía, que seas mi amante. Sé que Pilar también es una pequeña rica con padres ricos, pero, sencillamente, yo no la amo, yo te amo a ti”, me asevera tratándome de conversar con el ceño fruncido, sus ojos buscando respuestas en los míos.
“Entonces, ¿Por qué estás con ella?, ¿Por qué te acostaste con ella y no con otra?, ¿¡Ah!?”
Le pregunté con voz quebradiza tratando de alzar mis hombros y cuello hacia él para verle más de cerca, unas lágrimas salen de mis ojos lentamente.
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