La promesa del padre de mis trillizos
Capítulo 22

Capítulo 22:

POV Eva Dreyfus

Le vuelve a alegar con temple Niccolo a Pilar y ella se enfurece más de lo que está obviando sus últimas intenciones con Niccolo.

“Entonces, veremos qué pasa, los veré en la junta”, luego de eso se quita de la puerta pasando por un lado y golpea mi hombro.

Sin darle importancia a eso, camino como si nada y me siento en un extremo de la mesa y vemos qué personas están aquí.

…

´Vas a comprar toda la empresa para complacer a la dama que tiene adelante, Agh… Esa voz de Pilar resuena muy fuerte en mi cabeza, sé que es cierto, Niccolo se está esforzando de cualquier forma para ganar mi corazón, aunque yo en su posición vería la empresa de mi padre como un gran negocio´.

Porque no soy estúpida, la empresa de mi padre sin importar dónde está él, es una gran empresa que muchas sanguijuelas como Daniel y sus partidarios quieren tener para si mismos.

La reunión comenzó a la diez, hace media hora, después de que todo el mundo ocupará sus asientos y charlaran entre ellos.

Ahora ha quedado todo en silencio.

Mientras nadie se atreve hablar, ni siquiera el zángano de Daniel que antes de venir para la sala tenía muchas cosas que decir, observo dos asientos vacíos, el de mi madrastra y el de mi hermanastra, porque el asiento de mi padre lo ocupa el mal nacido aquel.

Carolina se casó con mi padre luego de dos años después de la muerte de mi madre, el trato con ellas era simple, pues vi que son capaces de abandonarme.

Al final estoy sola con mi padre y mis dos tíos, aunque aunque tengo a Niccolo y a Paola, de igual modo siento que falta mucha convivencia para poder establecer bases sólidas con ellos.

Aprieto mis labios, porque a esas estultas les gusta el dinero.

´Entonces para tenerlo deben de pasar cosas tan difíciles como estás, deben de tener mucha vergüenza´.

Me levanto porque al final es mi empresa, si a mi padre le sucede algo, obvio tendría apoyo de mis tíos que me aman, aunque ellos dos no tuvieron hijos, de igual manera me quieren a mí como a una.

“Yo Eva Dreyfus como accionista minoritaria con un tres por ciento de la empresa Dreyfus Caffee´s INC., apoyo a Niccolo Di Pascuale como mi orador en la junta anual obligatoria de accionistas o mejor dicho, AGM”.

Luego de pronunciar aquello con temple, miro a cada uno de los presentes a los ojos para finalmente sentarme.

Le regalo mi mirada a Daniel nada más con el fin de ver cómo se pone y está apretando los dientes, al igual que los puños y parece que quiere darle un puñetazo a alguien.

Todos los ojos se posan en unos de mis tíos que se levanta mientras toma unos papeles y acomoda sus gafas para lectura, esperamos que hable.

Pongo mi mano en la mesa expectante, sé lo que va a decir mi tío Drogo.

“Después de esa valiente intervención, el señor Niccolo Di Pascuale ya es el portavoz del cuarenta y ocho por ciento de las acciones y actualmente el señor Daniel Zambrano también es porta voz del cuarenta y ocho por ciento de las participaciones. Ahora están empatados”, objeta mi tío bajando los papeles un segundo para mirarle las caras a cada uno.

Niccolo tiene una actitud positiva y sería a la vez, lo que me intriga bastante. Frunzo el ceño otra vez y miro hacia Daniel que tiene una actitud de total alerta y está con la guardia a máximo.

“Pero, ninguno de los dos puede hacerse con el control absoluto de la empresa a menos que…”, mi tío pone una mano en su mentón mientras que se detiene pensar.

“Claro está esa posibilidad”.

Mi tío vuelve a subir la mirada.

“De que encuentren a otro accionista minoritario”, declara mi tío Drogo para sentarse.

Al mismo momento todos presentes en el salón comienzan a murmurar, quiero ver a Niccolo, sin embargo no lo hago porque estoy muy nerviosa, porque las últimas personas que quedan son mi madrastra y su hija. ´Y lo más seguro es que al preguntarle escojan a Daniel, porque me odian´.

Pongo el codo sobre la mesa para poder poner mi mano en mi quijada y respirar angustiada, ya que no quiero que gane Daniel.

“¡Esperen!”, Daniel rompe la cadena de murmullos, llamando la atención.

“Tengo el apoyo de otros accionistas aquí, serían mi ex suegra y mi ex cuñada, han acordado apoyarme para que yo tenga el cincuenta y dos por ciento y Niccolo el cuarenta y ocho por ciento, por lo que al final yo tendría el control de la empresa”, sentencia Daniel levantándose de su asiento.

Justo abro muy bien los ojos, tomo postura y le miro mientras que niego con la cabeza.

´No puedo creer que lo que yo haya sospechado en mi cabeza se haya hecho real, ¡No puede ser!´.

Estoy por levantarme a contradecirle lo que acaba de alegar, justo en este instante Niccolo coloca su mano mi hombro, le miro buscando respuestas en sus ojos.

Él, simplemente con mucha calma, levanta la mano. Me vuelvo a asentar y él se levanta, espera unos segundos a que todos le presten atención.

“Supongo que hablo por la gran mayoría al preguntarte directamente, ¿Cómo vas a demostrar que tus alegatos tienen base tajante frente a todos nosotros? Si las socias de las que hablas no han venido a la Junta”, inquiere con temple Niccolo mientras pone las manos sobre la mesa altivo mirando inquisitivamente a Daniel, dejándolo mudo.

“Me dejaron una grabación, se las pongo ahora”, sin tiempo que perder Daniel, manosea su teléfono. Siento que ya estoy perdida, mi mundo se puso chiquito instantáneamente, me lleva la m!erda.

´La p%ta que los parió, carajo. ¡Mierda!, ahora sí estoy por perder con lo que contaba mi padre, me siento tan asqueada´.

[Nosotras apoyaremos a Daniel Zambrano como portavoz de nuestras acciones, ¡Si!]

Me vuelvo a enrojecer, veo a Niccolo con impotencia porque no puedo hacer nada, sin embargo Niccolo está sumamente tranquilo, solo veo como una gota de sudor recorre su cuello.

“Esto no tiene sentido, ellas tienen que afirmarlo directamente, señor Zambrano”, vuelvo a voltear para ver donde Daniel y le contra dice uno de nuestros partidarios.

Más atrás veo la cara de satisfacción de Pilar, lo que me da náuseas.

“Ellas han confiado en mí, como he dicho, la prueba contundente es la grabación que acabo de mostrar”, Se resigna Daniel poniendo su teléfono en la mesa y adopta la misma posición que Niccolo

“¿Crees que somos unos idiotas?, No se atreva a mostrarnos a último momento una grabación que posiblemente pueda ser falsa”.

Contra dice otro de nuestros partidarios, veo que Daniel ha encendido a media sala.

“Tal vez, debió ser al anterior momento en el que el señor Dreyfus fue interrogado”, opina un socio del equipo de Daniel con el vago intento de calmar las aguas.

“¡Desde que el señor Dreyfus fue acusado han cambiado las cosas!, ¡Ellas no te apoyarían ahora!”, exclama unos de los socios más íntimos de mi padre, lo puedo llamar tío de otra familia, veo que está todo enrojecido al igual que yo, lo entiendo la sala pasó de estar fría por el aire a caliente.

“Tonterías, siempre hemos estado unidos, la señora Dreyfus me vio crecer de un tiempo para acá. No intentes confundir a las personas de aquí, especialmente a Niccolo; ella era como mi segunda madre”.

Luego de que Daniel confesará aquello, expulso aire por mis dientes y me levanto enardecida, ya había callado desde hace mucho.

“¿Cómo puedes decir eso Daniel?, si odiabas estar en mi casa, ¡Pedazo de pusilánime de cuarta generación millenial!” exclamo insultándolo inteligentemente, veo que hace una mueca en su rostro demostrándome que no ha entendido nada y me vuelvo a asentar.

“Por favor, Eva, yo me encargo, estoy aquí por eso. Todo va a estar bien”, siento como Niccolo me susurra en el oído, volteo para verle y se levanta mientras que me observa con apacibilidad, me quedo confundida.

“Disculpa, ¿Yo confundirme?”, justo en ese momento, varias personas del salón comienzan a aplaudirle a Niccolo, no entiendo cuál es el show, escucho como alguien está en la puerta, asi que dirijo mi mirada directamente hacia allá.

Es Víctor que abre la puerta, con una mueca le pregunta a Niccolo y él sonríe mientras que asiente la cabeza, lo que me deja en suspenso este juego de señales locas.

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