La promesa del padre de mis trillizos
Capítulo 21

Capítulo 21:

POV Eva Dreyfus

Sigo encendida de la ira, levanto la cara para ir a confrontarla, pero rápidamente supongo que no es lo más favorable para mi.

Conozco a esa arrastrada, es un personaje público. Conozco su carácter de mosquita muerta, y si yo me pusiera a discutir con ella llenaría todas las redes sociales de todo el globo terráqueo con la historia inocente de una hija de un futbolista famoso en contra de una hija de un supuesto ladrón de primera.

Las personas con muchos fans como ella siempre tienen el poder de la palabra y de la multitud, no quiero provocar ese desastre.

Quiero mantenerme bajo perfil, ya que ahora no estoy en una mejor posición, porque si no la cachetearía en un momento que hubiera poca gente.

´Pero, ni eso puedo hacer´.

“Eva, ¡Mi mejor amiga!”, escucho como esta mujerzuela taconea hasta estar en frente de mí, siento un desagrado en la panza, pero lo intento ocultar con una sonrisa prefabricada.

´¿Cómo tiene el maldito descaro de llamarme de esa manera tan amigable y cómo si no hubiera pasado nada?, lo vuelvo a decir, perra de doble cara de m!erda, que se vaya a joder a otro lado´.

En mi mente pasan las imágenes de como ella se acostaba con Daniel, pleno día después de que mi familia se fuera a la quiebra.

Me obligo a esbozar una de las sonrisas más falsas de mi vida.

Ella extiende los brazos en intenciones de envolverme en un caluroso abrazo, más yo le extiendo la mano para estrechársela y eso que estoy siendo muy considerada con esa p$rra falsa.

Pilar extrañada de mi «Reciente» distancia, se aparta con una cara de tragedia y solo porque nos están viendo, por eso me acepta el apretón.

“Eva, pero, ¿Qué haces? Tienes un hombre sumamente guapo a un lado y también te empeñas en olvidar a tu mejor amiga”, inquiere jocosa intentando acercarse a Niccolo, pero este se acerca un poco más a mí.

Niccolo mira a Pilar que está en frente de él, veo en su rostro que está pensando algo, la mira a ella y luego me mira a mí, es como si se estuviese reflexionado algo entre nosotras dos.

“Gracias, por venir a saludar a Eva, pero temo que debemos de entrar en la sala de conferencias”, asevera Niccolo con amabilidad, la cual no debería de tener hacia esta p$rra, mientras que me pasa su mano por mi espalda baja.

Casi nos damos media vuelta juntos para darle la espalda a esta mujer, yo si se la doy, pero, escucho como respira intranquila, veo que pone su mano en el hombro de Niccolo, lo que me obliga a voltear mi cuerpo hacia donde está ella, porque no se da por vencida y le cierra el paso a Niccolo.

Él como es caballero, lleva su mano a la mano de Pilar y la sostiene mientras que se la devuelve suavemente para no causar ninguna mala interpretación.

´Simplemente, me siento indignada porque ella se acerque tanto a Niccolo, quizás ella quiere causar algún mal rollo con él, asi que debo interponerme´.

Con esa razón, doy un paso hacia la derecha sin llamar mucho la atención y me pongo entre Pilar y Niccolo, me cruzo de brazos con esfuerzo para mantenerme en mis cabales.

“Este guapo…”, lo mira seductoramente, lo que me da asco.

“Mi mejor amiga… Hum… Parece muy incómoda y no sería un favor a tu reputación como hombre llevártela a solas hac9ia a la sala de conferencias, asi que ¿Por qué no me la dejas a mi? Yo la llevaré a una zona ventilada para que tome un poco de aire”, ella se ofrece a llevarme, pero instantáneamente me niego de una forma ligera con la cabeza.

“Señorita, es amable de su parte ¿Pero acaso no se percató de la prensa en la puerta del edificio?, Eva es mi prometida, no hay ningún inconveniente y no habrá ninguna malinterpretación, asi que por favor, ocúpese de sus asuntos y apártese para que podamos pasar. Gracias”.

Me quedo sorprendida y algo hipnotizada de como Niccolo le habla con algo de dureza y a la vez con mucha educación.

Él pone su mano en mi brazo y yo ya doy camino para irme a la sala de conferencias . Justo me pega el aire frío y el olor a desinfectante, lo que me indica que los obreros la acaban de limpiar.

Más, ella se pone en medio de la puerta para bloquearla.

´Solo le falta poner los brazos en alto y decir, “La contraseña”. Por favor, que Pilar se deje de molestar´

“Oh, bueno. Felicitaciones a los prometidos por adelantado, sin embargo…”, bservo como Pilar ensombrece su rostro, lo que me da mala espina.

“Creo que ella podría no ser suficientemente buena para ti, toda su familia ha sido vendida por el escándalo del viejo Dreyfus”.

Ella alza su mirada encañada contra mí para luego ponerle un semblante compasivo a Niccolo con la intención de que este se apiade y le crea.

´Yo la conozco y no sé por qué no me aleje de esta m!erda antes´.

“¡Ella casi se convierte en una vagabunda! Solo que tú eres un filántropo de corazón y pues… no pienso que valga la pena, ¿Estás seguro de que no eres rehén de ella?, o acaso ¿Ella salió embarazada de ti para amarrarte y que te casaras con ella por pura obligación?, ah ¿Guapo?”, pregunta venenosamente.

Juro que volteo los ojos hacia atrás y aprieto los diente, casi se me mete el Diablo. Doy un paso hacia el frente y la miro con rudeza.

“Pilar, ¿Estás bien?”, inquiero con aires de superioridad, pero ella me dedica unos segundos su mirada para luego seguir mirando a Niccolo ignorándome por completo.

“¿Estás segura de que son mejores amigas?”, inquiere Niccolo de regreso, volteo y tiene los brazos cruzados frunciendo el ceño, mentón alto y tiene la guardia alta.

“Chico, la conozco desde el instituto, solo que mis padres eran personas extremadamente decentes que ganaban dinero decente”, hace una pausa para estornudar en un momento tan inoportuno.

“Su madre, en cambio, era una amante, de las que no podían casarse. Ahora su padre también se ha convertido en un delincuente financiero. Usted es un hombre guapo y respetable de negocios, es lo que puedo ver”, intenta alagar a Niccolo, y aparto la mirada porque es cierto.

“Pilar, el que no sabe es como el que no ve, después de que muriera la prometida de mi padre en un viaje, con quien no había tenido hijos, mi madre se volvió su mujer oficial. Solo que también murió y no pudo tomar el lugar”.

Trato de defender el honor de mi madre, más Pilar me vuelve a ignorar como antes.

“¿Negocios?  ¿Yo?, perdone señorita, pero lo que dice no viene al caso, le había pedido solamente el permiso para pasar, asi que se lo vuelvo a pedir”.

Niccolo vuelve a quitársela de encima, pero es como si la enredásemos más y más porque Pilar no se mueve de su lugar.

“No, no, si viene al caso porque estoy hablando con usted. Lo conozco, usted es el receptor que está tratando de comprar toda la empresa para complacer a la dama que tiene delante, ¿O no es asi?”, interroga Pilar arrogantemente mientras me mira como si le estuviera lavando el cerebro a Niccolo.

Respiro profundamente, me acuerdo de que aún no le he soltado la mano porque es su palabra contra la mía y solo está de testigo Niccolo que fallará a mi favor, no obstante, el ojo público fallará a favor de la perra que tengo adelante.

Yo me obligo a mirar otra parte, y me limpio del salpicón de saliva que me ha dado esta asquerosa mujer que se revuelca con lo que fue mío, porque todo lo mio lo quiere ella.

Aunque fue como si dijera la verdad.

Justo siento como Niccolo me rodea con sus brazos pegándome más hacia él alejándome de Pilar, lo que me da fuerzas para subir la cabeza y mirarla nuevamente a los ojos.

“Entonces, ¿A dónde quiere llegar, señorita?”, vuelve a interrogar Niccolo quien ya está fatigado de conversar con esta poca cosa, siento como me comienza a doler la espalda alta y mis hombros los siento mucho más tensos que antes.

“Lo que quiero decir es que su ex prometido Daniel Zambrano es el heredero elegido a dedo por el viejo Dreyfus y usted no se hará con el control de la empresa mientras él esté aquí”.

Pilar se jacta la boca con el nombre del patán ese. Escucho como Niccolo suelta una carcajada y siento que su aliento choca con mi cuello lo que me da escalofríos.

“Asi que nos está amenazando, le digo que tenga cuidado con lo que alega y solo diré que nunca estoy en un negocio en el cual perderé dinero. Asi que permiso, que mi prometida necesita sentarse, gracias”.

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