La promesa del padre de mis trillizos
Capítulo 14

Capítulo 14:

POV Eva Dreyfus

Le pedí a Paola que me dejará sola así que ella me estará esperando en la sala, mientras yo ya estoy acostada con la camisa arriba y con un gel frío en el vientre mientras que el doctor pasa con un poco de fuerza el transductor.

Alzo un poco el cuello intentando ver que es lo que se muestra en la pantalla y de tanto mover el se queda quieto en un punto.

Por lo que descanso mi cuello y respiro pacientemente esperando a que el doctor me diga algo, sin embargo no lo hace, lo que de un solo golpe me haga sentir remolinos en el estómago, por lo que vuelvo a alzar mi cuello y observo como el doctor se ha quedado anonadado mirando a la pantalla.

“Eva”, dirige su mirada a mis ojos.

“Tengo entendido que quisiste abortar y te lo vuelvo a preguntar, ¿Estás segura?, porque es mala idea…”

Se acomoda los lentes viendo otra vez a la pantalla.

“Doctor, sí había pensado otra vez en abortar y no decirle a nadie, pero cuando ese pensamiento se quiere convertir en una acción verdadera simplemente no pasa y algo me convence de que debo de proteger a este bebé que, pues si, ha logrado en pocas semanas enamorarme más y más sin importarme el miedo de ser una mamá joven”, me confieso con el doctor.

Él vuelve a mirarme a través de sus lentes, queda fascinado y sonríe. Veo en sus ojos que me está ocultando algo, así que frunzo mi ceño sospechando de esa sonrisa.

“Yo no diría bebé… Yo diría bebés, son trillizos”, sonríe al finalizar la oración dejándome totalmente tiesa.

Dejo caer mi cabeza para poder reflexionar que ya no será uno sino tres bebés que tendría que cuidar, respiro lentamente para poder mentalizarme todo lo que pueda.

“¡Eva!, esto es magnífico, la posibilidad de que una persona normal quede embarazada de trillizos es demasiado pequeña”, declara con entusiasmo, deja el transductor sobre mi panza y mueve el monitor para que vea con facilidad, toma el transductor y lo mueve quedándose en el punto donde se había quedado mostrándome que efectivamente tengo más de una criatura en mi vientre.

“Eva, puede ser un regalo de Dios para ti”.

Supone cosas que ahora no puedo procesar muy bien, le miro y miro a la pantalla y hay tres bebés, lo que me hace llorar y él frunce sus cejas y también se le cristalizan los ojos.

“¿En serio no es una película que puso de otra persona?, ¿No habrá algún error o me estará jugando una broma?”, le cuestiono con aires divertidos mientras que se me salen las lágrimas y el doctor se ríe un poco secándose los ojos.

“No hay ningún error, tienes cinco semanas: las suficientes como para que se detalle bien lo que llevas allí adentro, que son tres hermosos bebés”, me aclara con un tono solemne, lo que me deja en claro que no tengo más salida.

“Entonces, si es así por favor que esta pequeña sorpresa se quede entre usted y y,o no quiero que los demás lo sepan ahora”, le pido amablemente y él se pasa los dedos cerca de sus labios como cerrando una cremallera para luego botar la llave, lo que me hace reír.

Aunque me siento muy perdida, con miedo y de manos atadas porque en si en el futuro yo no sé si Niccolo se canse de mí y ya no me quiera ayudar.

No obstante, ya estoy aquí y no quiero seguir culpándolo a él ni a los bebés por toda esta mala situación, tendré que luchar por ellos para darles un buen futuro.

El doctor me pasa una toalla de papel por el vientre y me ofrece su mano para poder sentarme, así que le tomo la mano y me levanta con su fuerza, me acomodo la camisa y el doctor aparta su silla y me vuelve ofrecer la mano para bajar, la tomo y le sonrío de forma de agradecimiento.

“Gracias doctor, espero volverlo a ver y gracias por su discreción, hasta luego”.

Me despido del doctor y me vuelve sonreír y vuelve a preparar su consultorio para otra paciente.

Me voy de ese lugar, para caminar por el pasillo y encontrarme a Paola y a Víctor sentados en la sala de espera con sus teléfonos. ´Me sorprende que Víctor haya venido a mi visita al doctor´.

“Hola, ya he terminado. Todo está muy bien con el bebé”, casi en un suspiro mascullo para que se den cuenta de que estoy frente de ellos.

Víctor, al ver que realmente están saliendo esas palabras de mi boca, noto que su cara se vuelve una de sorpresa o mejor dicho de asombro, sonríe.

´¿Por qué se alegraría saber que una chica que no conoce para nada, que no tiene ninguna conexión ni sanguínea ni moral con ella, está embarazada?´.

“Vine porque Niccolo en verdad quedo atrapado en una junta de negocios imprevista, pero venía a verte”, se levanta y a la vez se acomoda la camisa, sonrío amable por su gesto y el de Niccolo.

Supongo que a pesar de todo siempre está ocupado, sé que se tiene que esforzar tanto por él como por ayudarme, por eso se lo dejo pasar. ´Aunque cuando mencionan el nombre de Niccolo me da una pequeña felicidad saber que estoy en su mente´.

“Muchas gracias por venir a vernos”.

No digo mucho por qué aún sigo en shock, solo me cruzo de brazos. Él se da cuenta de que no me siento tan bien así que voltea y me entrega una bolsa de compras.

“Toma, esto es de parte de Niccolo y mía, espero que te guste”.

Sonrío y tomo la bolsa, antes pone una de sus manos en mi brazo para guiarme al asiento y descanso sobre este. Abro la bolsa y veo que son algunos dulces, unos saludables, otros no y una pequeña carta junto a un hermoso vestido de seda de tirantes.

“¡Wao, está hermoso! ¿Para qué es?”, inquiero asombrada porque aunque Niccolo se la pasa llenándome de regalos que me encantan, esto me dice algo muy diferente a lo que ya me había dado.

“No habrás aún la carta”.

Justo al terminar de decir eso a Paola le suena el teléfono, antes me estaba mirando algo diferente.

“Me está llamando Niccolo”, menciona y le atiende el teléfono, Víctor se sienta a mi lado y toma de la bolsa un dulce, pero ve que es uno de los sanos, lo cambia y le ayudo abriéndole más la bolsa aunque me quedo extrañada.

“Es que no he desayunado”, se ríe y me hace reír, no importa, también tomo uno. Saber que Niccolo está entusiasmado por mi, me vuelve a llevar a la misma alegría por todos los regalos con los que me llena, más el cuidado que me da.

´Me hace sospechar mucho, porque me trata como si fuera su esposa embarazada y es que no lo termina de hacer del todo porque no somos nada, pero, le falta muy poco´.

´¿Solo me estará ayudando para tener buena reputación y así adquirir buenas acciones de la empresa de mi padre?, Incluso si fuera así, arregló todo para mí´.

Escucho como Paola pide ver a Niccolo para hablar de algo, no sé qué dice por qué se va unos pasos lejos de nosotros.

Todo esto me causa ansiedad y curiosidad por lo que va a pasar. Niccolo me sigue ayudando atentamente como lo hizo antes de saber de mi embarazo, lo que más me da rabia es que está dispuesto a darme un trabajo.

´¿Cuál es su maldito plan?, o tal vez… ¿Será él ese hombre con el que me acosté sin saberlo esa noche y me dejó un montón de dinero?´.

Escucho como suena mi teléfono y me da un pequeño susto, Víctor me mira preocupado, así que busco mi móvil y sin ver quién es atiendo la llamada.

“Aló, Eva, ¿Cómo estás?, ¿Cómo está el bebé?”, al escuchar su voz siento como se me baja la tensión y mi corazón se acelera, así que me tengo que calmar porque había estado pensando cosas malas sobre él y que me llamé, es lo último que necesitaba.

“Estoy bien, acabo de salir del consultorio y el doctor se alegró de que mi bebé está sano y bien formándose”, sonrío porque no sé como llamar lo que estoy sintiendo, quizás lo extraño porque no lo he podido ver en mucho tiempo, aunque me de algo de rabia.

“Eso me reconforta bastante, me alegra que tu bebé esté sano, Eva… Me preguntaba… Bueno, te quería invitar a que cenaras conmigo, a las siete para que no te acuestes tan tarde, ¿Quieres?”, inquiere con un tono que percibo algo nervioso y es como si me diera ternura, me siento emocionada por su inesperada invitación.

“Así que por eso era el vestido… Bien iré, le dices a Paola dónde y me lleva”, cachondeo un poco sin darme cuenta y al hacerlo me muerdo los labios de la vergüenza.

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