La promesa del padre de mis trillizos -
Capítulo 11
Capítulo 11:
POV Niccolo Di Pascuale
Mantengo la calma mientras le explico.
Él se ve realmente interesado en ese dinero, que en verdad no es mucho, pero, conociendo a mi padre, sé que es extremadamente detallista y cuidadoso, cauteloso y más adjetivos que pudieran concluir que es muy quisquilloso con sus cosas y con la de la familia.
“…Y su informe financiero anual, el de las instituciones de inversión, para la primera mitad de este año ya ha explicado la situación”, concluyo momentáneamente para tomar aire y seguir explicando, tengo las manos frías, asi que me cruzo de brazos, estoy un poco nervioso porque mi padre es muy duro, pero, si se lo explico bien, terminará apoyándome.
“Él, Dreyfus, intentaba abrirse al mercado asiático y logró en esos intentos, resultados notables, hasta la empresa nacional que ahora es dirigida por Daniel Zambrano tuvo un escándalo y la situación en el mercado local ya es una bolsa de valores hasta entonces, no hay ningún avance nuevo”.
Me detengo porque veo su expresión más perdida que el abuelo entre muchas damas jóvenes.
“Sigue explicando que me has perdido”, me pide asi que prosigo, tomando aire nuevamente y relajando los hombros.
´Tengo que verme más seguro porque si mi padre aún no entiende, tengo que explicárselo porque asi no va a apoyarme´.
“Dreyfus ha puesto en marcha el año pasado una nueva sucursal en China, en Singapur y ahora esta sucursal supone más del sesenta y siete por ciento de la facturación anual total”.
Pauso a ver si mi padre ha entendido lo que le he dicho y por su cara aún confusa creo que tengo que explicarle otro poco más y con eso estamos.
“Este es un buen momento para comprar acciones, conozco la capacidad de Daniel Zambrano, padre, y todos mis amigos me han preguntado por él, no tiene experiencia alguna en gestión”.
Al cambiarlo a palabras más fáciles, él relaja las cejas y se echa para tras recostando su espalda en su asiento.
“Es solo una promoción repentina de los empleados de base, una vez, que compremos más del cincuenta por ciento de las acciones nos convertiremos en el controlador real y el mayor accionista de esa empresa”.
Me percato de que ya le quite el mal enfoque que tenía hacia mí, lo que me relaja.
“Niccolo aún tengo dudas, por todos los escándalos en el que está envuelto Dreyfus, aunque pensándolo mejor el que tengamos estos roces domésticos, por llamarlo de algún modo, te afectará seriamente el precio que tengan las acciones que vayas a adquirir y las que ya tienes”, reflexiona mi padre en voz alta hacia mi.
Asiento con la cabeza para seguirle la corriente.
“Pero, ¿Por qué esos viejos accionistas, los que se fueron, lo escuchan asi, sabiendo que Dreyfus aún sigue siendo rentable?”, inquiere mi padre preocupado por lo que está haciendo la masa que también es importante.
“Tal vez sea porque no le gustan los escándalos y es entendible”, le doy una respuesta genérica para que no se quede con la duda.
“¿Por qué Nich te vendió voluntariamente las acciones que tenía en su mano?”
Otra buena pregunta y él si me lo explicó con precisión, asi que seguro con media sonrisa me dispongo a contestarle.
“Padre, él solo me vendió un par de acciones, porque me lo dijo muy claro, no quería dejar de ser parte del partido Dreyfus”.
Presencio como él se va sintiendo más confiado con lo que le digo.
“Algunos accionistas de comisión de facilitación afirmaron que este es un negocio que solo gana, pero no pierde, en realidad solo poseo un treinta por ciento de acciones, y el veinte restante lo tengo en poder”, le sentencio con un tono firme y semblante serio, me cruzo de brazos, él se lleva los labios a un lado.
“Y con respecto al escándalo, mientras contrate al mayor equipo de relaciones industriales nacionales que son nuestros amigos, y use el poder de la opinión pública para revertir el viento, el escándalo pasará pronto”, le calmo meticulosamente pues ya lo había planeado desde que firme los papeles para comprar las primeras acciones de la empresa de Dreyfus.
Mi padre guarda silencio. Veo que no se opone más a mi decisión ya que después de haber dado ese paso al vacío resolví un buen plan que está avalado por más de veinte personas.
“Resulta que siempre te he subestimado hijo mío. Subestimo tu capacidad, pensando que no podías salir de tu zona de confort en la empresa familiar, pero, ahora tienes tus propias decisiones e inviertes en activos de alta calidad”.
Hace una pausa para exhalar y reflexionar sus próximas palabras.
“Tal vez, también con la aprobación de papá, pueda entregarte el negocio que hemos estado manejando por muchos años. No obstante, por ahora no tienes una esposa que te pueda cuidar”.
Angustiado me asevera semejante estupidez.
‘Está igual que el abuelo, creo que se les metió mucho a la cabeza. Esa idea debe ser culpa de Alexander, creo que él puede aguantar unos buenos golpes de mi parte… Tsk…’
‘De todas maneras, tengo a Eva, cuando me gane su corazón se las presentaré e incluso puede ser antes, solo la quiero ella’.
“Bueno, Niccolo, ¿Te veo en el almuerzo?”, me pregunta y de inmediato ocultando mi molestia le niego con la cabeza.
“No, papá. Tengo otros asuntos que atender, es un gusto haberte visto”.
Me acerco hasta él que me ha extendido los brazos y lo abrazo porque después de todo es mi familia. Me separo de él para luego salir de la oficina.
Escucho que luego de mi salida, habla con un socio que le conozco la voz, pero, siempre se me olvida el nombre.
“Viccento tenemos que conseguirle a mi ‘bambino’ Niccolo, una mujer que lo cuide que sea digna de él, porque él se esfuerza mucho. Debe ser digna también en términos de estatus para que esté a la par de Niccolo”.
Al escuchar a mi padre preocupado, me da una buena sensación.
Sin embargo, no se me va la ira que tengo, porque ya le había dicho a mi abuelo que no quiero a otra mujer que no sea Eva Dreyfus, caminando por el pasillo veo un jarrón barato, asi que lo tiro al piso.
POV Eva Dreyfus
Estoy sentada en el inodoro, sosteniendo la prueba de embarazo, me doy cuenta de que mi mano está temblando, siento que mi presión está bajando.
‘El resultado es… es positivo, ¡Estoy realmente embarazada! pero… no conozco el padre.. Ahora si estoy realmente indefensa’.
En verdad no tengo idea de lo que tengo que hacer.
Algo me dice que no bote la prueba, asi que desesperadamente me limpio, me coloco la ropa donde la tenía y me voy a ver en el espejo del baño y ver si consigo alguna bolsita.
Veo mis manos temblorosas, saco algunas cosas que se me caen y aterrizan directo al lavamanos gracias a mi nerviosismo y torpeza mezclados, saco una bolsita de un producto que supongo que es una esencia y en su bolsita cabe perfectamente la prueba de embarazo.
Me lavo las manos y me veo al espejo, de la nada me echo a llorar porque me siento la más p%ta del mundo.
“Mierda… solo tengo dieciocho años”, me reprocho frente al espejo, me sacudo las manos para solo levantarme la camisa y pongo mis manos sobre mi vientre aun no pudiendo creer que podría tener alguna especie de vida allí adentro.
Por mi alto coeficiente intelectual, pude entrar a la universidad a los quince para estudiar arquitectura donde conocí a Daniel, ahora estaba terminando el cuarto año de carrera y solo me faltaba uno.
Pero, ahora, con todo esto… no me quiero permitir perder mi carrera solo por un bebé.
‘Y menos si no sé quién es el padre. Mucho menos en la situación económica en la que estoy’.
“Aunque quitarle la posibilidad de alguien de venir a la vida me destroza, tengo que hacerlo”, susurro para luego quitarme los ojos de encima y miro hacia mis manos, respiro varias veces para poder tomar la prueba y salir del baño.
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