La promesa del padre de mis trillizos -
Capítulo 10
Capítulo 10:
POV Eva Dreyfus
Me entran unas ganas de llorar porque tomando todo esto en cuenta mi futuro es muy sombrío, me abrazo a mí misma para tener más confort. ´Y una vez que mi valor de uso se caduque, tengo que ver muy bien lo que me podría estar esperando´.
“Bien, estoy estacionando y giro llaves, subo la palanca y ya está”, su voz se detiene de inmediato al igual que lo hace el auto.
Me doy cuenta de que al mirar por el parabrisas que hemos llegado de verdad.
Ella sin decir nada sale y yo hago lo mismo, me acerco a la puerta, la abro y salgo comenzando a caminar tras de ella.
Me siento aún más débil, percibo que las cosas que soñaba hacer ya no las podré hacer, las lágrimas comienzan a salir de mis ojos recorriendo por mis mejillas cayendo en toda mi ropa.
Ahogo todos los sollozos que quieren salir de mi garganta y solo camino detrás de Paola para que no se dé cuenta de que me acabo de romper porque el futuro que voy a tener ya no es mio.
Siento como mi estómago me duele, lo que me lleva a dar náuseas y ganas de vomitar, pero,si vomito me desmayo, es parte de un sindrome que tengo, me lo diagnosticaron hace mucho por lo que no me acuerdo como se llama.
Tal vez estas náuseas seas por la reciente anemia que tengo y de no comer nada en mucho tiempo. ´Agh… estas náuseas son muy intensas´.
Se abren el ascensor y entra sin ni siquiera mirarme, aprovecho y me pongo detrás de Paola para que no se dé cuenta de que aún sigo llorando
´Pero, chica ¿Hace cuánto me dio el periodo´
Hace un mes, creo que hace tres días debió de venirme el periodo. Mis manos comienzan a temblar por solo pensar en la posible situación que podría darse si eso llegase ser positivo.
Me llevo las manos a la cabeza para luego bajarlas rápidamente, me cruzo de brazos, tengo la mirada ida a otro lugar, me sumo más en mis pensamientos.
´No puedo decir algo al respecto… ¡Niccolo!, todo fue gracias a él, el que yo esté en un sitio mejor que en las calles, gracias a Niccolo no soy una indigente´.
Por eso mismo, no hay forma de que yo conciba a un hijo, si es que estoy embarazada de aquella noche de mi cumpleaños, no puedo tener un hijo de un hombre que yo no conozco e incluso ese mismo hombre ha destruido toda mi vida.
´Tengo que ir al doctor, tengo que ir a hacerme una prueba primero, primero tengo que… que… que…´
“Señorita Dreyfus, pero ¿Qué le está pasando?, ¡Tenga esto!”
“No se lo había dado porque estaba sumida en mis pensamientos”.
Paola nota mi notoria extrañeza y me entrega una bolsa de papel que no sabía que tenía por estar sobre pensando todo mi futuro.
“¿Qué es esto Paola?”, interrogo mientras abro la bolsa.
“Son cosas que compre para usted, cosas que toda mujer debe de tener, la tarjeta de la habitación y unas llaves, lo más necesario que requiere para la estadía en un hotel”, declara en medio de mi desesperación y son cosas que en un futuro próximo iba a necesitar, cierro la bolsa y no le miro para que no miré toda mi cara roja.
“Eva, es una simple intuición, pero, te tengo que preguntar algo muy serio, ¿Usted está embarazada?”, inquiere con un tono apacible, yo subo la mirada y niego con la cabeza con seguridad.
“No debe de existir posibilidad de eso..” Exclamo alarmada, tratando también de convencerme a mi misma de que es asi, aunque me tengo que hacer una prueba antes de afirmar cualquier cosa.
Frunzo mis cejas y busco una respuesta con mis ojos con la vista perdida observándome los pies, me cruzo de brazos y pongo una mano en mi mentón.
Subo la mirada y Paola me examina fijamente como si hubiese mirado algo en mí para ser más exacta como si hubiese descubierto algo en mí que ahora le encaja con todo lo que estaba pensando antes.
“El joven Niccolo, me dijo que cuidará de usted, que su estado de salud era muy importante para él y ahora ya sé por qué, ya que no es asi, él es muy serio con el tema romance”, no logro entender lo que está tratando de decirme Paola porque me duele la cabeza y las náuseas empeoran un poco más.
“Quizás te quiere como futura esposa”, susurra muy bajito, cosa que no escuché bien al principio ni al final, no entendí nada.
Ella se quita la mano de la boca y se acerca a mí para poner una mano en mi hombro.
“El joven Niccolo no la visitará estos días porque está muy ocupado con sus negocios y los negocios de su familia, si hay alguna necesidad, ya sea para buscar atención médica o volver a Barcelona, él siempre estará disponible”, me declara y con su mano apoyada en mi hombro me acerca a ella para darme un abrazo.
Yo me aproximo a ella para poder dejar mi papada sobre su hombro y abrazarla mientras suspiro fuertemente, de repente siento un relajo, recuerdo que los abrazos asi solo me los daba mi madre después de consolarme.
´Por estos días, suena más o menos a una semana, asi que estoy a salvo, puedo relajarme un poco y buscar pruebas de embarazo con tranquilidad´.
Ella se aleja de mi y la suelto, ambas nos sonreímos, se abren las puertas del ascensor y justo entra alguien, ambas salimos y veo que ella saca su teléfono, como ando detrás puedo ver que se dirige a Whatplus y busca a un tal Víctor.
Y le escribe que, [Eva puede tener náuseas matutinas, ya sabes].
No puedo leer más porque veo algo borroso, eso es lo bueno de que yo mida un metro sesenta y cinco y ella y metro cuarenta y seis.
Pienso que Víctor puede ser un médico de confianza, asi que lo dejo estar.
POV Niccolo Di Pascuale
Veo como la cámara de seguridad de la mansión familiar me enfoca, por lo que le quito la mirada, justo le cuelgo a mi padre que me pide urgentemente que entre.
Me abren la puerta, prefiero entrar caminando, escucho como mi teléfono suena, asi que deslizo mi mano por mi bolsillo, al desbloquear la pantalla de inicio, sé que es Víctor con un mensaje.
[Tu chica tiene náuseas, es mejor que estés prevenido. Por cómo me lo contó Paola, Eva puede estar embarazada]
Eso hace detener mis pasos y me obliga a suspirar, una sonrisa se pinta en mi rostro, porque para mí es muy buena noticia, aunque eso no le quita a que esto le suma más responsabilidad y temor a lo que llevo cargando desde hace unas horas.
Prefiero mantenerme en silencio, ´Tengo veinticuatro años y soy lo suficientemente grande, creo que tengo suficiente tamaño y años de vida, como para que eso sea asi, yo pueda mantenerlos a los dos y ganarme el corazón de Eva´.
Sigo caminando, con la seguridad para enfrenta: a mi padre, entro a la mansión y toda mi familia está en un restaurante menos mi padre y yo que debemos de hablar.
Subo las escaleras y veo la puerta de la oficina familiar, asi que directamente camino hacia ella.
´En cuanto salga de aquí le mandaré un mensaje a Paola que cualquier cosa me siga informando y si necesita ir al doctor que me llame con rapidez´.
Pongo mi mano en el picaporte, me encuentro dudando si entrar o no, al darme cuenta de esto entro, para encontrarme con mi padre que lentamente gira la silla, está con los brazos cruzados sonriendo de medio lado.
´Típico de una escena del cine´.
“Buenas tardes, padre, espero estés bien, sabes por qué estoy aquí”, me presento y no tomo asiento, él se extraña de que no me haya sentado, asi que se desabotona el único botón de su blazer para echarse hacia el escritorio con expresión curiosa.
“Si, ya lo sé. Puedes comenzar explicándome la malversación”.
Igual de orgulloso como siempre, declara puntual y yo respiro hondo, porque seré responsable al explicarle del tiempo que me he tardado en venir hasta aquí.
Lo he usado para informarme más de lo que ya sabía y como está actualmente la empresa de Dreyfus para contarle mayormente sus pros, porque sus pocos contras y el que tiene más peso ya lo sabe mi padre.
“Bien, primero quiero aclarar que no es una malversación, si no una inversión y antes de hacerle he consultado a varias instituciones de inversión de confianza, las de siempre y todas han concluido que, las condiciones operativas anteriores, antes de que Dreyfus fuera apresado han sido muy buenas”.
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