La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso
Capítulo 82

Capítulo 82:

Aunque ya estaba lejos de Alick, en el rostro de Celia se formó una expresión seria mientras pensaba en lo que acababa de suceder momentos atrás.

Derek la miró con preocupación: «¿Qué pasa? ¿Te molestó ver a Alick aquí?».

La chica no tenía intención de negarlo: «Aunque dejamos de ser novios hace mucho tiempo, todavía me disgusta su sola presencia. Si desde un principio hubiera sabido que era un idiota, no habría salido con él».

Derek intentó consolarla: «Si bien es cierto que Alick ahora es el líder del grupo uno, trabaja bajo la supervisión del director. Eso significa que la mayor parte del tiempo se queda en su oficina, así que serán pocas las veces en las que puedas encontrarte con él».

«Me alegra escuchar eso, porque realmente no quiero verlo», dijo Celia mientras suspiraba con alivio.

Solo bastó observar la expresión de la chica para que Derek dedujera que su relación con Alick no había terminado en buenos términos, pero decidió no hacer más preguntas al respecto.

“No te preocupes por eso», le aseguró él.

“Si tienes algún problema en el trabajo, no dudes en pedirme ayuda en cualquier momento. Si ese sujeto vuelve a acosarte, puedes acudir conmigo o presentar una denuncia directamente. La empresa tomará tus preocupaciones en serio».

«Gracias, Derek», la chica cambió la forma de dirigirse a Derek y le sonrió gentilmente tras escuchar las palabras que confortaron a su corazón.

Lo que ella no notó fue la forma en que los ojos del hombre se iluminaron ante su cambio de actitud.

Había mucha gente en el comedor, lugar donde se servía una rica variedad de platillos para complacer sus paladares.

‘Parece que el Grupo Semshy es una empresa bastante grande’, pensó Celia. ‘Este comedor es incluso mucho más grande que la superficie de la compañía de Davina’.

«Cece, ¿Algo en particular que quieras comer?», Derek se inclinó hacia delante para susurrarle al oído.

Celia instintivamente se hizo a un lado para mantener una distancia prudente antes de responder: «Cualquier platillo está bien. No soy exigente con la comida».

«Entonces ve a buscar una mesa y siéntate primero mientras pido algo de comida para nosotros».

«Está bien».

El comedor estaba repleto, por lo que la chica tuvo que hacer un gran esfuerzo para encontrar una mesa libre.

Para su mala suerte, en cuanto encontró un lugar, Alick de repente salió de la nada y se sentó frente a ella.

“Cece, no debí expresarme de esa manera», el hombre habló con un tono de disculpa: «Actué de una manera demasiado impulsiva, pero solo lo hice porque me preocupo demasiado por ti. No te enojes conmigo, ¿De acuerdo?».

Celia lo escuchó hasta el final, manteniendo en todo momento un rostro inexpresivo.

«Esta mesa está ocupada», dijo la chica con frialdad: «Deberías ir a buscar otra».

Alick parecía bastante desconcertado, como si de repente le hubieran dado un puñetazo en la cara.

“Pero aquí hay cuatro asientos disponibles, ¿Lo ves?», comentó él de manera desvergonzada: «Tú y Derek solo ocuparán dos asientos, así que puedo utilizar uno».

Celia no pudo resistir el impulso de responder con un tono burlón: «Veo que sigues siendo tan desvergonzado como antes».

Estas palabras hicieron que se formara un ceño fruncido en el rostro del hombre: «Estoy haciendo todo esto por ti».

Acto seguido, Alick extendió una mano y trató de tomar la de Celia.

Afortunadamente, ella reaccionó a tiempo y retiró la mano antes de que pudiera tocarla. Luego, la chica bajó la cabeza para revisar su teléfono; fue ahí cuando descubrió que Tyson le había enviado un mensaje de texto donde le preguntaba cómo le había ido en su primer día trabajando para el Grupo Semshy.

La chica no pudo evitar sonreír mientras respondía: «Hasta ahora no está mal. De hecho esta noche te daré muy buenas noticias».

Tyson inmediatamente envió otro mensaje: «Oye, ¿Ya almorzaste?».

«Sí, lo haré justo en un minuto», Celia envió su propia respuesta.

Ella lo pensó por un momento antes de agregar: «En este momento estoy en el comedor de la empresa. Me está acompañando un compañero del trabajo».

En esta ocasión su esposo demoró un poco más en responder: «Está bien. Intenta volver a casa lo más temprano posible después del trabajo. Te extraño mucho».

El rostro de Celia se sonrojó; tímidamente, ella respondió diciéndole que también lo extrañaba y también agregó algunos emojis.

Alick frunció el ceño con más fuerza cuando observó la sonrisa en el rostro de la chica: «¿Con quién estás hablando?».

Celia alzó la cabeza y su expresión se tornó fría en el instante que respondió: «Con mi esposo».

La expresión del hombre también cambió de inmediato mientras la ira y el desdén ardían en sus ojos.

«La verdad no logro entenderlo. ¿Qué tiene de bueno el pobretón de tu marido para que te guste tanto? ¿Tiene un p%ne gigante? ¿Es genial en la cama? Parece que no puedes vivir sin él. ¿Es porque te tiene satisfecha se%ualmente?».

.

.

.