La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso
Capítulo 80

Capítulo 80:

Celia estaba incrédula.

Derek era una persona excelente, pero solo era un jefe de departamento en el Grupo Semshy. ¿Cómo podía Alick tener un puesto superior al suyo?

¿Podría ser que él tuviera conexiones? Pero… ¿Cómo podía ser posible?

Su mente se llenó de dudas y volvió a mirar hacia la puerta, donde encontró a una mujer bien vestida caminando junto a Alick.

Le había prestado tanta atención a Alick, que solo ignoró a esa chica hasta ahora.

Parecía ser treintañera. Era alta, hermosa, y tenía una figura curvilínea; no obstante, sus ojos eran penetrantes y fríos, y desprendían un aura agresiva que le resultaba intimidante.

El chico la seguía con una sonrisa untuosa, como si fuera su lacayo, y Celia enseguida se dio cuenta de que la mujer era la «mandamás» de la que hablaban.

En efecto, a su paso, todos se levantaron y le dieron una respetuosa reverencia, a la que ella asintió con una simple sonrisa.

«Su desempeño este mes no fue bueno. ¿Tuvieron dificultades para hacer su trabajo?».

Los profundos y hermosos ojos de la dama desprendían un brillo intimidatorio, añadiendo una encantadora severidad a su resuelta conducta.

Como nadie se atrevió a hablar, continuó con voz fría: «Si necesitan ayuda, solo deben acudir a mí. Estoy dispuesta a ayudarlos a todos, pero mis esfuerzos deben ser recompensados como corresponde. Quiero ver algunos resultados».

Todo el departamento se sumió en el silencio, y nadie se atrevió a hacer el más mínimo ruido.

La mirada de la directora recorrió la multitud y se posó en Celia, que le sonrió con cortesía, lo que atrajo su atención.

«Señorita, ¿Es nueva aquí?», preguntó.

«Sí. Mi nombre es Celia, soy una nueva diseñadora aquí. Hoy es mi primer día». Celia dio un paso adelante y se presentó de manera neutra, ni humilde, ni prepotente.

La directora asintió con la cabeza, y también se presentó: «Soy Shirley Carter, la directora creativa. Encantada de conocerla».

Alick, que se encontraba detrás de ella, se sorprendió mucho, y espetó: «¿Qué haces aquí?».

Contrario a su reacción, Celia se veía muy tranquila, y contestó con voz calma: «Me incorporé hoy al Grupo Semshy. Ahora trabajo como diseñadora personal de Brea, por lo que también pertenezco al departamento de diseño».

Shirley frunció el cejo con ligereza.

“Parece que los dos se conocen».

Alick abrió la boca para explicarse, pero Celia se le adelantó, y dijo con indiferencia: «Fuimos compañeros de clase en la universidad».

La directora asintió, se dio la vuelta y dirigió a Alick una mirada complicada.

“Alick es ahora el líder del grupo uno en el departamento de diseño. Recientemente me ha estado ayudando, y ha realizado algunos buenos trabajos».

Luego se dirigió de nuevo a Celia y le dijo: «Parece que su universidad produce profesionales muy talentosos. He oído que Derek también es un exalumno de allá».

Cuando Celia oyó a Shirley elogiar a su alma mater, no pudo evitar acordarse de Cerissa, que siempre decía que era una universidad de bajo nivel.

Por entonces, no se molestó en discutir con ella porque, a fin de cuentas, había mucha gente con tan buen discernimiento como Shirley. Por eso las burlas de Cerissa nunca la habían inquietado lo más mínimo.

Se fijó entonces en la directora creativa y sonrió con modestia.

“Soy nueva aquí, así que aún me estoy familiarizando con todo. Por favor, agradecería sus consejos en el futuro».

En realidad, Celia no esperaba encontrase con nadie de su universidad aquí.

Le alegró ver a Derek, pero de verdad la desanimó encontrar también a Alick.

Mientras hablaban, la expresión en la cara del chico cambió drásticamente. Después de un rato, pareció decidirse y susurró algo al oído de Shirley, quien le dio un vistazo de aprobación. Entonces, él se acercó a Celia y le tomó el brazo.

“Cece, ¿Puedes salir conmigo un momento? Necesito hablar contigo a solas».

Antes de que ella pudiera decir nada, la arrastró fuera del despacho, y no se detuvo hasta que llegaron al pasillo.

.

.

.