Capítulo 79:

Celia levantó la mirada, y lo miró con confusión. Ella no sabía por qué él había dicho eso.

Derek explicó rápidamente: «Hay un comedor para el personal del Grupo Semshy, y la comida de allí es muy buena. Ya que acabas de iniciar hoy, pensé que era posible que todavía no hubieras recibido la tarjeta de comida. Puedes usar la mía. Te puedo asegurar que es mejor que comer afuera, y puedo llevarte para que te familiarices con el lugar».

Celia lo pensó por un momento, y decidió que era buena idea. También podría probar cosas nuevas mientras estuviera allí. Además, ella realmente necesitaba ahorrar dinero. Así que contestó agradecida: «Bueno, entonces tendré que aceptar. Gracias, gerente».

Él sonrió, y dijo generosamente: «No es nada».

Celia pensaba que tal vez era tan amable porque se conocían desde la universidad, y quería cuidar bien de ella.

La mujer le sonrió amistosamente.

Derek no había cambiado después de todo. Él seguía tratando a las personas de la misma manera que lo hacía en sus días de la universidad. Siempre fue alguien amable y considerado. Es más, no era de ese tipo de persona que le gustaba darse aires de líder.

En ese momento, Kiley, que se encontraba sentada en diagonal frente a Celia y estaba escuchando a escondidas la conversación que ambos estaban teniendo, colocó una expresión sombría en su rostro. Luego, le susurró a su colega: «Mira, ¿No te dije que ella era ese tipo de persona que anda de lamebotas con los jefes? No solo se ha ganado el favor de Brea, sino que también quiere seducir a Derek. ¿Qué tiene esa mujer de bueno?».

Su colega, quien tenía que escuchar de mala gana sus chismes de celos, estaba comenzando a molestarse. Ella le dio una mirada fría, y respondió casualmente: «¡Por supuesto que les agrada, es hermosa! No pierdas el tiempo pensando en eso. ¿Qué más podría ser? Ellos no son ciegos. Si no les agrada una belleza como Celia, ¿Crees que deberías agradarles tú?».

Eso pudo considerarse como una burla directa hacia Kiley. La mujer se enojó tanto que se mordió el labio, y replicó de inmediato: «¿Acaso es tan linda?». Luego, miró en dirección a Celia, y estuvo a punto de ridiculizar su apariencia, pero notó que realmente era hermosa.

Frente a un rostro tan bello, no podría decir que era fea, de lo contrario sería engañarse a sí misma. Lo único que podía hacer era cambiar su táctica.

“¿Qué hay de bueno en ser tan hermosa? Para una persona que no sirva para nada y lo único que tiene es una cara bonita, ¿Qué más puede hacer más que andar por ahí y seducir a la gente?».

«Ella no necesita ser buena en nada, ya lo sabes. Mientras Brea y Derek sigan trabajando en el Grupo Semshy, estoy segura de que su vida laboral aquí no será algo por lo que deba preocuparse. Solo para que sepas, si yo fuera tú, no sería tan estúpida como para seguir provocándola».

El consejo de su colega iluminó a Kiley, y se dio cuenta de lo imprudente que estaba actuando.

Así que, tan pronto notó que Derek se regresó a su oficina, la mujer aprovechó la oportunidad para ir hacia donde estaba Celia y disculparse.

«Cece, disculpa por lo que hice hace un momento. No debí hablar así de ti solo porque no pude controlar mis emociones. No entendí la situación y lo malinterpreté. Espero que no te tomes en serio mi error. Ya que ahora somos colegas, debemos cuidarnos los unos a los otros, ¿Verdad?».

Aquel cambio tan drástico de actitud confundió a Celia.

Después de lo que había pasado, ella no tenía ni la más mínima buena impresión de Kiley. No obstante, era cierto que igualmente debía interactuar con ella. Por lo tanto, Celia decidió mantener una buena relación con la mujer en la superficie.

«No importa», le respondió con indiferencia y siguió con su trabajo. Ella no le iba a dar una sonrisa en absoluto.

Sin embargo, Kiley no se fue. Más bien, siguió hablando: «Acabo de escuchar del gerente que tú serás la encargada en diseñar el vestido que utilizará Brea en el cóctel que hará nuestra empresa. Acabas de llegar aquí, pero ya se te encargó una tarea tan importante. ¡Eres alguien maravillosa!».

Cuanto más escuchaba Celia sus palabras, más se daba cuenta de que esa mujer no era tan simple.

‘¿Qué está mal con ella? Hace media hora había actuado tan agresiva conmigo, y ahora, estaba aquí de la nada elogiando mi trabajo’.

A pesar de las sospechas que tenía, Celia le respondió con voz suave: «No merezco tus elogios ya que solo soy una recién llegada. Todavía tengo que aprender muchas cosas».

Con una sonrisa de amabilidad en su rostro, Kiley dijo: «De todos modos, estás haciendo un buen trabajo. Tanto nuestro jefe de departamento como Brea parece que te aprecian mucho. Por cierto, si tienes algún tipo de duda, puedes preguntarme. Te diré todo lo que sé».

Celia solo le sonrió y asintió cortésmente para mostrar su agradecimiento sin decir nada.

La mujer hizo una pausa por un momento antes de preguntar tentativamente: «Entonces… ¿Cuál es su relación con nuestro gerente? Hace rato parecía que se conocían desde antes».

Celia fue tomado por sorpresa por un momento, luego entendió el verdadero motivo que tenía Kiley para acercarse.

Cuando estuvo a punto de decir una respuesta superficial, un colega a su lado goleó repentinamente la mesa mientras susurraba: «¡Mandamás está aquí!».

Celia se dio la vuelta, y se sobresaltó cuando finalmente pudo ver al hombre que entraba.

¡Cielos! ¡¿Ese acaso no era Alick, su exnovio?!

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