Capítulo 62:

Cuando Wayne habló, su tono se parecía al de una mujer quejumbrosa, Tyson miró el pescado quemado en la sartén, resultado de la distracción ajena, y dijo con frialdad: «¿Qué quieres? Si no tienes nada más que decir, cuelga. Estoy cocinando».

Wayne espetó, por completo desconcertado: «¿Qué te pasa? Eres un presidente, pero te la pasas cocinando para tu esposa… ¿De verdad sigues siendo el Tyson que conozco?».

«Me gusta hacer esto para mi esposa».

El muchacho ignoró su teatralidad y procedió a cocinar otro plato.

Cuando se dio cuenta de que era ignorado, Wayne cambió de táctica y volvió a hablar de forma condescendiente: «Mi querido amigo, ¿Cuándo cocinarás algunos platos para mí? Aunque lo que preparas siempre se ve horrible, e incluso podría matarme, sigo queriendo probarla. Eres mi mejor amigo, después de todo. No es fácil para mí comer lo que cocinas, verás…».

«Ni en tus sueños», dijo Tyson con frialdad y colgó sin decir nada más.

Wayne era demasiado ruidoso, y seguir hablando con él solo lo haría perder el tiempo.

Sin embargo, sus palabras le recordaron algo de repente: debía tener cuidado y mantener un perfil bajo, en especial ahora que Celia comenzaría a trabajar en su empresa.

Mientras se preocupaba por eso para sus adentros, sintió de la nada unos brazos que lo rodearon por la cintura desde atrás, y la suave voz de su esposa llegó a sus oídos: «¿Qué cocinas?», preguntó ella, muy curiosa.

Su voz lo sacó de sus pensamientos, y enseguida miró hacia abajo. Para su espanto, el pescado volvió a quemarse, y sintió la vergüenza arrastrarse furtiva en su expresión.

La chica notó eso, y no pudo evitar bromear: «Quemar la comida es muy tú, ¿No? Sin embargo, no te preocupes. Sin importar lo que prepares, me gustará».

«Freiré otro».

Él estuvo a punto de tirar el pescado, pero la muchacha lo detuvo: «No es necesario, todavía se puede comer, y también…».

Miró los otros peces quemados en la basura y sonrió.

“Este es el último que queda».

Dicho eso, tomó la rasera de la mano de su esposo, y procedió a poner el pescado frito en un plato.

Tyson en realidad había planeado pedirle a Briar que comprara más ingredientes, pero pensó que a Celia le daría hambre por esperar, así que no protestó y, con ojos de disculpa, le dijo: «Me aseguraré aprender bien la receta, y haré todo lo posible para que la próxima vez comas comida que no esté quemada».

A la otra le conmovieron sus palabras.

“Me alegra mucho que cocines para mí».

«Creo que serías más feliz si los platos fuesen deliciosos».

Mientras él cocinaba unas guarniciones, Celia lo ayudó desde un lado y llevó los platos a la mesa.

Después de eso, los dos se sentaron y empezaron a comer.

«Mañana empezaré a trabajar en el Grupo Semshy», dijo ella, levantando la cabeza para mirar a su esposo, estudiando su expresión.

El muchacho propuso brindar por ella con sopa en lugar de vino, con mucha calma: «Espero que te vaya bien allí».

Celia se lo quedó viendo con ojos divertidos.

“Me aseguraré de no hablar con ningún hombre, en especial con el presidente, a menos que sea absolutamente necesario», soltó confiada.

Tyson soltó una carcajada mientras ponía algo de comida en su plato.

Ella tomó algunos bocados, y no dudó al decir: «Lo que cocinaste hoy sabe mejor que lo que has preparado antes y, aunque el pescado está quemado, todavía tiene buen sabor».

Tyson ni siquiera trató de averiguar si ella estaba decía la verdad o no, y solo dejó que la calidez de sus lindas palabras se regara en su interior.

A pesar de todo, este día resultó ser bueno para él, y valoraba mucho ese momento y también a esta muchacha.

Cuando terminaron de cenar, por primera vez, Celia no se ofreció a ayudarlo a lavar los trastes.

«Yo… iré a ducharme».

Su esposo le acarició el pelo con cuidado, pensando que debía estar muy cansada.

«Entonces, deberías irte a dormir temprano esta noche».

Sin embargo, notó que el rostro ajeno estaba inusualmente sonrojado. En ese instante, comprendió lo que pasaba y avanzó, sostuvo su rostro entre sus manos con ternura y presionó su frente contra la de ella.

“Estaré ahí enseguida», susurró.

Luego recogió enseguida los platos y cubiertos, y caminó hacia la cocina.

Celia respiró hondo, buscando preparar su mente, y tomó su camisón favorito antes de ir al baño.

Ella y Tyson habían estado casados durante unos días, por lo que pensó que era hora de dar un paso más en su relación.

El muchacho pronto escuchó el sonido de la puerta del baño al cerrarse, seguido por el sonido del agua corriendo.

En ese momento, dejó de hacer lo que hacía y, en tanto escuchaba el sonido del agua, sus sentimientos comenzaron a salir a la superficie.

No pudo evitar extrañar la noche en que tuvo se%o por primera vez con Celia, pues lo que sintió esa vez fue maravilloso, tanto que era difícil expresarlo en palabras.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar