La Novia Fugitiva y el Magnate Misterioso -
Capítulo 182
Capítulo 182:
Imponente, Brea caminó hacia la multitud emitiendo un aura de elegancia y estatus. Su curvilínea figura se veía extremadamente se&y con el vestido que llevaba, que además era muy llamativo. Aparte de eso, sus ojos brillaban con intensidad mientras se deslizaba entre la gente. Allí, con los rayos del sol sobre su cuerpo escultural, su cara lucía como una perla preciosa.
A decir verdad, por mucho que Wayne despreciara su mal genio, no podía resistirse a su encanto.
Aunque odiaba admitirlo, Brea era una verdadera estrella. Era perfecta tanto frente a la cámara como en su vida diaria.
El hombre no sabía quién era su estilista, pero elogió a esa persona en su mente, pues para él, había logrado resaltar la belleza de Brea de una manera excepcional.
A los ojos de Wayne, Brea parecía haberse vuelto mucho más hermosa que la primera vez que la vio.
Aun así, eso no significaba nada. ¡Ser bella no cambiaría el hecho de que estaba loca de remate! Entonces, sin importar lo hermosa que fuera Brea, ¡Wayne no se dejaría perturbar por ello!
Mientras observaba cómo los fanáticos corrían hacia Brea, decidió marcharse. De todos modos, todavía tenía una reunión con un cliente.
No obstante, apenas dio el primer paso, Brea caminó hacia él apresuradamente.
Parándose frente al hombre, esbozó una brillante sonrisa, claro, había un toque de desprecio en sus ojos que se hacía evidente.
Por su parte, Wayne parecía estar inexplicablemente hechizado por la chica. Sin embargo, recuperó la compostura cuando una fanática gritó: «¡Es él! ¡El tipo que ha estado calumniando a Brea! ¡Debe ser idiota para hablar mal de nuestra gentil y hermosa Brea!».
Con eso, los ojos de todos se posaron en Wayne, que pensando que las cosas no iban bien, trató de huir.
El problema era que había subestimado la locura de esos fanáticos, quienes corrieron para atraparlo.
“¿A dónde crees que vas? ¡Pídele disculpas a Brea y prométele que nunca más la volverás a calumniar!».
Sacudiéndose del agarre de esos desequilibrados, Wayne replicó: «¿De qué diablos están hablando? ¿Cuándo la calumnié? ¡Estaba diciendo la verdad!».
Daba igual lo que él tratara de argumentar, ya que los seguidores de Brea estaban tan enojados que sus cabezas parecían estar en llamas.
“¡Todo el mundo sabe lo amable que es Brea! ¿Cómo te atreves a hablar mal de ella? ¿Qué fue lo que dijiste? ¿Acaso ella no se merece que sus fanáticos la apoyen? ¡Te voy a arrancar la lengua!», lanzó otro.
Los gritos de descontento de la gente que lo rodeaba ahogaban la voz de Wayne, que seguía intentando defenderse.
«Dije la verdad… ninguno de ustedes ha tenido contacto real con ella. ¡Es obvio que no tienen idea de cómo es!», insistió él, usando toda su energía en la discusión.
Aun así, a los fanáticos no les interesaba nada de lo que Wayne tenía que decir.
“¿Y tú qué? ¿Tú sí conoces a Brea personalmente?».
«Bueno, tuvimos un encontronazo… no la conozco a profundidad, pero al menos más que ustedes», soltó Wayne con actitud.
Al escucharlo, los fanáticos resoplaron en burla.
“Si solo se han visto una vez. ¿De qué te jactas? ¡Tienes que disculparte con Brea o no podrás salir de aquí!».
En este punto, Wayne estaba preocupado y molesto.
Incluso había comenzado a arrepentirse de las palabras que dijo sobre Brea. Aunque eran ciertas, se veía obligado a disculparse con ella por la presión de toda esa gente.
¿Eso era lógico? ¿Dónde estaba la justicia?
«¡No me disculparé!», exclamó de nuevo.
¡No había nadie más en el mundo que pudiera hacerlo ceder excepto Tyson! Era demasiado orgulloso como para disculparse con Brea. ¡Hasta preferiría que le prohibieran comprar otro auto!
«¡Ja! ¿Crees que puedes hacer lo que te da la gana?».
Si bien la mayoría de los fanáticos eran chicas jóvenes, de alguna manera tenían la fuerza para arrastrarlo hasta Brea.
Entonces, mirando el hermoso rostro de la estrella, Wayne finalmente se dio cuenta de lo poderosos que eran sus seguidores.
En vista de que ella le devolvió una fría mirada llena de desprecio y desdén, él no se quedó atrás e hizo lo mismo. El asunto era que de alguna manera sintió que se trataba de un movimiento equivocado, sobre todo porque había quedado fascinado por el encanto de la mujer.
Dadas las circunstancias, Wayne suspiró con resignación. Brea era una chica de mal humor, pero también era una belleza fascinante. No importaba cuánto la odiara, él se olvidaba de todo cuando la veía.
A pesar de que no quería admitirlo, Wayne se sentía atraído por esa belleza.
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