La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 89
Capítulo 89:
“Su tercera opción era un cirujano general, pero no había realizado ninguna operación de corazón”, transmitió el abogado con soma.
“La base para el ascenso es la experiencia del cirujano, ¿O me equivoco? Independientemente de la relación entre la Doctora Shant y el Doctor Scott, ¿Quién tenía las mejores cualificaciones?”.
Se giró hacia el Doctor Hale, que también estaba presente durante la reunión.
“La Doctora Shant siempre fue la mejor candidata. Nadie era tan buena como ella”, confirmó.
Todos estaban dentro de una sala de conferencias de una firma de abogados de Warlington. William, Shantelle y Evan volaron de vuelta a Warington para negociar su caso contra el hospital.
Sus abogados eran intrépidos, de primera categoría y contratados desde la mejor firma de la Ciudad de Braeton. La abogada principal era una mujer, pero era la que tenía más autoridad durante la discusión. Se llamaba Scarlett Wright.
Los abogados de la parte contraria discutieron entre ellos, incluyendo a los representantes de la junta directiva del Hospital de Warlington. Discutieron durante minutos.
“¡Sigan haciéndonos perder el tiempo, y agregaremos nuestros honorarios profesionales a la solicitud de indemnización!”, les advirtió Scarlett.
“Aceptamos sus condiciones”, dijo finalmente el abogado contrario.
“Y nos gustaría decirle al Doctor Scott y a la Doctora Shant que la junta directiva no tuvo nada que ver con las acciones del Doctor Wester. Fue cesado como Director General, tras el caso de la semana pasada sobre la manipulación de órganos”.
“Qué bueno saberlo”, dijo la Doctora Scott.
“Se merece lo mismo que nos provocó a nosotros”.
El Hospital de Warlington no sólo accedió a la petición de indemnización, sino que había pedido a Shantelle y al Doctor Scott que regresaran a sus instalaciones, pero los dos se negaron.
“Mientras el caso contra el alcalde siga su curso, no creo que sea seguro que trabajen en Warlington. No podemos garantizar que el alcalde no tome represalias”, Evan ayudó añadiendo una justificación.
“Entonces, es una pérdida para nosotros”, dijo el abogado contrario.
“Nuevamente, pedimos disculpas por lo ocurrido. Nos alegramos de haber llegado a un acuerdo sin tener que ir a los tribunales”.
Ultimaron el acuerdo y cada una de las partes firmó el documento.
Cuando terminó la reunión, Shantelle y William, al igual que Evan, agradecieron a los abogados que los habían asistido.
“Es un placer estar a sus servicios”, dijo Scarlett, estrechándoles la mano.
“Aunque mi trabajo aquí ya terminó, mi equipo seguirá trabajando duro para poner al alcalde en la cárcel”.
“Por favor, cuídate, Scarlett. El alcalde es un hombre poderoso y podría hacerte daño a ti también”, le recordó Shantelle.
“Ay, no le tengo miedo. Si me hace daño, se meterá en un problema mayor”. Scarlett guiñó un ojo.
“Confía en mí. Tengo refuerzo militar”, dijo.
“Por eso la contraté. Puede protegerse sola”, señaló Evan.
“Su esposo es el Director General de los Hoteles Diamante y tienen relaciones con en el ejército, donde el alcalde no tiene influencia”.
Shantelle estrechó alegremente la mano de Scarlett.
“Qué increíble y agradezco a su esposo por su apoyo”, respondió.
“Gracias, Señora Wright”, dijo el Doctor Scott, que también estrechó la mano de Scarlett.
Scarlett extendió entonces la mano a Evan, pero el hombre solo entrecerró los ojos.
“Sé que yo fui quien te contrató, pero estoy seguro de que recuerdas mi regla número uno”, le recordó Evan a Scarlett.
“Ah”.
Scarlett retiró rápidamente la mano.
“Mis disculpas, Señor Thompson. Se me había olvidado. Aunque, lo he visto abrazar a la Doctora Scott…”, dijo.
“Ella es la única excepción a la regla”, dijo Evan fríamente.
“Oh”.
Scarlett se rio entre dientes.
“Me recuerdas a mi cuñado”.
Le guiñó un ojo a Shantelle.
“Él sí vale la pena”, dijo.
Había pasado casi un mes desde que los Scott se mudaron a Rose Hills. Sucedieron muchos acontecimientos relevantes, pero fueron ocurridos principalmente en Warlington. Gracias a los esfuerzos de Evan por investigar al alcalde, más tarde se supo que éste había contratado a Peter Haris para que se ocupara de las necesidades de Briana West.
Ahora, el alcalde se enfrentaba a cargos de soborno y a una causa penal por el atentado contra la vida de Shantelle.
“Evan, gracias por todo; por los abogados, por ayudar al Doctor Hale, por investigar al alcalde, por invertir en un centro cardiopulmonar, por convencerme de la demanda, por estar ahí cuando te necesito… por todo”, declaró Shantelle.
Estaban en el avión, de regreso a Rose Hills, sentados uno al lado del otro en primera fila.
Ella fijó sus dulces ojos en Evan.
“No hubiera superado todo esto sin tu ayuda. Ha sido mucho más estresante de lo que podía imaginar”.
“¿Estás estresada ahora?”, preguntó él.
“Un poco. Antes de las negociaciones, estaba nerviosa”, admitió Shantelle.
“Déjame absorber todo tu estrés”, ofreció Evan, inclinándose para darle un abrazo.
Shantelle sonrió y se dejó abrazar. Sintió su calidez y la fuerza de su abrazo. Mientras él la seguía abrazando.
“Ay, te extraño tanto”, dijo.
Y es que Evan había estado fuera más de una semana, viajando a Lockwood y a otras ciudades donde su negocio se había expandido. Apenas regresó cuando se enteró de que los abogados estaban listos con las negociaciones con el Hospital de Warlington.
Antes de volar hacia Warlington, Evan también estaba constantemente ocupado, dando seguimiento al centro cardiopulmonar. Solo visitaba a Lucas por la noche, a veces demasiado tarde, por lo que apenas había oportunidad para que él y Shantelle conversaran a nivel personal.
Evan pretendía tranquilizar a Shantelle, pero se sentía igualmente aliviado mientras disfrutaba de su aroma y de abrazarla íntimamente. Aun así, hizo lo que pudo para consolarla. Le frotó la espalda, con la esperanza de que se sintiera mejor.
“¿Y qué tal?”, preguntó después del abrazo.
“¿Funcionó?”
Shantelle sonrió. Se frotó la nuca.
“Sí. Gracias, Evan”.
Hizo una pausa.
“¿Seguro que no hay nada que pueda hacer para… pagarte?”, preguntó.
Evan se rio entre dientes.
“No me tientes porque te pediría mucho con esa pregunta”, contestó.
“Pregunta. Puede que lo haga”.
Ella mantuvo la sonrisa.
“Quizás te lo conceda”, sugirió.
Evan se quedó sorprendido. Miró a Shantelle y observó su expresión. No le pareció que fuera una broma.
“Quiero una cita y un beso. De los que no son amistosos. Quiero tiempo a solas contigo, Shanty”, dijo descaradamente.
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