La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 75
Capítulo 75:
“Mi padre tenía esa misma foto suya y fue la que utilicé. La mandé a imprimir y a enmarcar”, reveló Evan al ver que su tío se quedaba mirando la foto mucho tiempo.
“No pude encontrar el mismo marco, pero el tamaño y el color cobrizo son iguales”, explicó Evan.
El recorrido por la antigua propiedad de los Scott duró más de una hora con William y Eleanor, sobre todo, recordando los viejos tiempos. Poco después, el dulce aroma del tocino, las salchichas y las tostadas llenó el aire, haciendo rugir el estómago de todos. Se dieron cuenta de que ya eran más de las nueve de la mañana.
“Vamos a desayunar. Las criadas ya prepararon el comedor”, dijo Evan.
“Estoy hambriento”.
“Todos tenemos hambre”, respondió Shantelle.
“¡Yo también!”, afirmó Lucas.
Durante la comida, los Scott le contaron a Lucas historias sobre la casa. No se dieron cuenta entonces, pero las historias despertaron el interés de Lucas por vivir en Rose Hills.
“Cuando tu mami era pequeña, solía correr por toda la casa. A veces, se escondía de nosotros y tardábamos en encontrarla”, reveló Eleanor.
“Tengo un lugar especial aquí, Lucas. Te lo mostraré más tarde si sigue ahí”, dijo Shantelle.
“Si, recuerdo que lo mandé hacer especialmente para Shanty”, agregó William.
“¿El laberinto verde?”, preguntó Evan.
“Si, sigue ahí, en el patio trasero. Lo acabo de mandar a podar. A Lucas le encantará”.
“¡Vaya, mami! ¡Ya me encanta estar aquí! Entonces, ¿Cuándo nos mudamos?”, preguntó Lucas sin rodeos.
No era solo la idea de correr por un laberinto verde, sino de revivir los recuerdos de sus abuelos y su madre. Además, la mansión era el doble de grande que su casa en Warlington. Igualmente, tenía un gran jardín delantero y trasero.
““Em…”.
Los ojos de Shantelle se desviaron ante la pregunta de Lucas. Miró en dirección hacia su padre, en busca de ayuda. Entonces, William miró a Evan. Después de notar sus ojos esperanzados.
“Lucas, pequeño. Tu mami y tu abuelo todavía tienen trabajo en Warlington. Tú también tienes clases. Tienes compañeros y profesores que te echarán de menos. Además, quedan unos dos meses para que se acabe este año escolar. No puedes faltar a la escuela”, le respodnió William a Lucas.
La forma en que William se lo dijo a Lucas hizo que Evan contuviera la respiración. La esperanza le llenó el corazón y estuvo a punto de gritar de alegría. Sin embargo, no era exactamente lo que esperaba.
“Por ahora, podemos venir aquí de vacaciones. Tal vez cada vez que tengas vacaciones escolares, o a veces los fines de semana. Warlington seguirá siendo nuestro hogar, pero esta casa puede ser nuestra casa vacacional”, sugirió William.
“Ay”, Lucas no ocultó su decepción.
Hizo un puchero.
“¿Solo en vacaciones?”.
“Por ahora”, respondió William.
“Por ahora. Vamos a ver cómo nos va”.
“¿Te parece bien, Evan?”, preguntó William girándose hacia Evan.
“¿Vacacional?”, preguntó Evan.
“Sí, vacaciones escolares, festividades y algunos fines de semana”, propuso William.
“No podemos dejar nuestro trabajo, Evan. Tienes que entenderlo”.
Evan respiró hondo. No podía quejarse en absoluto. Habían pasado muchos años sin nada; sin Shantelle y sin Lucas. Verlos de vacaciones seguía siendo una recompensa y quería valoraría.
“¡Por supuesto! Por supuesto”, respondió con una sonrisa.
“Es… un buen comienzo”, afirmó suspirando.
Se giró hacia Shantelle y sonrió. Ella le devolvió la sonrisa. Claro, todavía no conquistaba el corazón de Shantelle, pero había algo en su forma de sonreír que era diferente.
Había dulzura en el brillo de sus ojos. Además, ella no apartó la mirada. Mantuvo la mirada fija en él hasta que se inclinó y la abrazó. Shantelle le devolvió el abrazo, enviándole pequeñas descargas de electricidad por todo el cuerpo.
La forma en que Shantelle aceptó su abrazo le pareció cálida y acogedora. ¿Acaso Shantelle finalmente se abrió a él? Así esperaba que fuera. Su corazón lo anhelaba tanto.
Pero más que el anhelo de su corazón, Evan sabía que sus padres también tenían sus deseos. Erick y Clara querían reavivar su relación con los Scott, sus viejos amigos.
“Mis padres están esperando. Llevan mucho tiempo deseando verlos, tío, tía. ¿Vamos?”, sugirió Evan cuando terminó el desayuno.
“¿La Abuela Clara y el Abuelo Erick? ¡Los extraño!”, dijo Lucas.
William y Eleanor intercambiaron miradas y luego asintieron.
“Nosotros… nosotros también queremos verlos. Ha pasado… demasiado tiempo”, dijo William.
Unos minutos después, William y Eleanor estaban frente a la mansión de los Thompson. Erick y Clara ya estaban en la puerta, con los ojos llenos de anhelo.
“William”, llamó Erick.
“Erick”, respondió William.
“Me alegro de que fuera Shanty quien te operara el corazón”.
Por otra parte, Clara y Eleanor se sonrieron, y luego se abrazaron mientras lloraban. Erick y William no tardaron en darse un abrazo varonil. Ambos se dieron golpecitos ligeros en la espalda en repetidas ocasiones.
Fue un momento conmovedor, una oportunidad para reparar la relación que una vez terminó olvidada.
“Ha pasado demasiado tiempo, amigo mío”, dijo Erick.
“Pensé que moriría sin volver a verte”.
William siguió dando golpecitos en la espalda de Erick.
“Supongo que el destino tenía otros planes”, le contestó.
“Te estás recuperando bien, tío. No te estreses demasiado. Normalmente, una operación a corazón abierto tarda hasta seis semanas en sanar”, dijo Shantelle tras revisar la herida del pecho de Erick.
“Habrás recibido instrucciones detalladas de tu cardiólogo. Mantén tu medicación y sigue controlando tu ritmo cardiaco”.
Conversaron mucho en esta reconciliación. Los Scott se disculparon principalmente por haber ocultado a Lucas de los Thompson, pero Clara y Erick no querían seguir hurgando el pasado. Para ellos, este era el momento de sanar y seguir adelante.
Así, después de que los padres de Evan y Shantelle hablaron, Erick le pidió a los excelentes Doctores que le revisaran el pecho. Los guiaron hacia la habitación de Erick, donde se quitó la camisa y se recostó.
“Shanty, ¿Cuándo podré retomar mis actividades habituales? Quiero volver a correr”.
Erick se rio porque la verdad era que no corría desde mucho tiempo atrás, ni siquiera antes de su operación de bypass, pero ahora sin duda quería volver a ponerse en forma.
“Primero tendrás que someterte a cardioterapia, tío. Paso lento y constante gana la carrera”, comentó con una sonrisa.
“¿Escuchaste eso, hijo?”, dijo Erick, mirando a Evan, quien estaba parado junto a la puerta.
“Paso lento y constante”.
William gruñó mientras Shantelle levantaba las cejas. Los Scott almorzaron en casa de los Thompson y, por la tarde, los abogados de Evan se pasaron por allí para entregar a Shantelle los documentos de traspaso de la casa
“Tengo unos dos millones de dólares. Puedo parte del costo de la casa y…”, ella le dijo a Evan cuando firmó los papeles.
“No, Shanty, por favor. Insisto. Te lo dije antes y te lo repito, es mi regalo para ti y tu familia, una de mis formas de disculparme por el pasado. Por favor, dejame hacerlo”, insistió Evan.
William había accedido a poner la propiedad a nombre de Shantelle, ya que era su única hija. Por lo tanto, solo Shantelle tenía que estar presente para firmar las escrituras.
“Además, Lucas es mi hijo. Al final todo pasará a sus manos”, señaló Evan.
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