Capítulo 73:

“Tomaste mucho. He visto que mamá también toma mucho cuando come costillas picantes”.

Evan tomó un gran respiro. Se giró hacia Lucas.

“Estaba un poco picante, hijo. Menos mal que no lo probaste”.

Dirigió su mirada a William.

“Supongo que tendremos esa charla, Tío”, dijo orgullosamente.

“Bueno”, reconoció William a regañadientes.

La cena continuó. Por lo menos Evan se recuperó, gracias al delicioso postre preparado para esa noche. Cuando terminó la cena, William se excusó para atender una llamada, dejando a Evan con Shantelle y Lucas en la mesa del comedor. El niño estaba comiendo otro trozo de aquel delicioso pastel de chocolate.

“Siento lo de ese platillo… especial”, susurró Shantelle, pero aunque se sentía realmente culpable por lo que había hecho su padre, acabó riéndose.

Evan seguía asqueado por lo que había comido, pero al ver a Shantelle tan entretenida, también se rio.

“Me alegro de que te haya hecho sonreír”.

“¿Cómo estuvo?”, preguntó Shantelle.

“Por cielos, tú nunca comerías esas cosas”.

“Tú tampoco lo harías”, recordó Evan.

“Si, nunca lo haría. No tengo las agallas”, declaró Shantelle antes de soltar otra carcajada.

Se reía tanto que le brillaban los ojos. Evan acabó permaneciendo en silencio. Sonreía mientras se dejaba hipnotizar por la risa de Shantelle.

Puede que se hubiera comido aquella carne única, pero el placer de escuchar a Shantelle haciendo un chiste hacía que valiera totalmente la pena. Era una faceta de ella que echaba de menos. Era una evolución extraña en su relación, pero no dejaba de ser un progreso.

“Lo haría todo de nuevo si eso significa que seguirás sonriendo de esa manera para mí”, dijo Evan.

“Lo dudo mucho”, respondió ella, todavía riendo a carcajadas.

“¿Quieres que pida a las criadas que preparen otro plato?”. ‘

“¿No crees que ya sufrí lo suficiente?”, preguntó Evan.

Antes de que Shantelle pudiera contestar, William volvió caminando, llamando a Evan.

“Hablemos, Evan”.

“No fue solo por el divorcio, Evan”, dijo William.

“Nunca me hablaste, o a Eleanor. ¿Acaso no éramos amigos de la familia? ¿No era Shanty la misma chica a la que habías cuidado cuando estabas en la secundaria?”.

“Todo eso se fue por el caño, todo por culpa del matrimonio. Tienes que admitirlo, ese matrimonio arreglado arruinó nuestra relación”, agregó William.

“¿Pero ahora me dices que quieres recuperar a mi hija? ¿Después de todo el dolor que le hiciste pasar? Evan, tal vez tú y Shanty no están destinados a estar juntos”.

“Eso es como decir que Lucas no estaba destinado a existir”, interrumpió Evan, haciendo suspirar a William.

“No quise decir eso… jamás”, respondió William.

“Amo a mi nieto. Él trae alegría a nuestras vidas. Lucas no fue un error”.

“Tío William, me equivoqué y me disculparé una y otra vez. No solo eso, se lo demostraré. Mi presencia aquí no será temporal. Seré parte de la vida de Lucas. Si Shanty me acepta, compensaré todas las veces que la lastimé. La trataré como mi reina, pero no podré demostrárselos si usted no me da una oportunidad”, expresó Evan.

“Lo siento, Tío William. Estaba ciego antes y me di cuenta demasiado tarde, pero por favor, no podemos cambiar el hecho de que soy el padre de Lucas. Déjame tomar ese rol de padre para él y déjeme intentar recuperar a Shanty”, suplicó Evan.

“Que mi hija te acepte de nuevo no es decisión mía”, respondió William.

“Pero yo, por mi parte, estoy en contra. Ahora dices que amas a mi hija, pero, ¿Quién sabe cómo será después? Eso lo veremos. Muéstranos más que palabras, Evan. Más que palabras”.

“¿Y qué es esto que sigo escuchando de Lucas sobre regresar a Rose Hills? Evan, nos fuimos de Rose Hills para siempre. Renunciamos a todo, incluso a nuestra casa familiar, para poder darle a mi hija una nueva vida”, describió William.

“Sacrifiqué mi carrera, mis inversiones”.

“Lo sé, Tío, y siento que hayas tenido que tomar esas decisiones”, interrumpió Evan.

“Pero puedo arreglarlo. Si me lo permites”.

“Shanty no tiene que desarrollar su carrera aquí en Warlington”, explicó Evan.

“Por lo que tengo entendido, el Hospital de Warlington confía en usted y en Shanty cuando se trata de cirugías torácicas”.

“Sus habilidades no se desvanecerán así por así. Shanty puede ejercer su profesión en Rose Hills. Yo puedo comprar acciones del Hospital Santo Dominique y convertirlo en un centro especializado en tratamientos cardiacos”, propuso Evan.

“Y en cuanto a la casa, Tío, siguen teniendo un hogar en Rose Hills. La casa que tanto apreciaban, la misma propiedad donde creció Shanty, está a mi nombre”.

“¿Qué?”, preguntó William confundido.

“Cuando me enteré que se habían marchado de la ciudad, compré la propiedad con la esperanza de que algún día regresaran”, reveló Evan.

“Tenía esperanzas, y las tenía porque pretendía devolver la casa como un gesto de disculpa”.

“Sé que esa casa significa mucho para usted y su familia, así que la compré. Hoy traje la escritura. Está en el coche”, agregó Evan.

“Puedo enseñársela”.

Un silencio cayó entre ellos y se prolongó durante casi un minuto.

“Ve a buscarla. Déjame ver”, ordenó William.

Evan fue a buscar los documentos. Al pasar por la sala, intercambió miradas con Shantelle en la escalera.

“¿Todo bien?”, preguntó ella.

Él le hizo un gesto con el pulgar hacia arriba y una sonrisa, dando a entender que no había sido desastroso.

Cuando Evan regresó al estudio, le entregó a William el título de propiedad y la escritura de compraventa de los Jones. También le mostró fotos de la casa desde su teléfono.

Una y otra vez, William quedó boquiabierto. Desde donde estaba sentado, Evan observó que William sonreía y a veces ponía los ojos llorosos.

“¿Cómo conseguiste que los Jones aceptaran? Les di un muy buen descuento”,

Evan respiró hondo.

“Compré la casa al doble del precio que le pagaron a usted. Aceptaron inmediatamente. Si hubieran rechazado mi oferta, habría ofrecido más”, reveló.

Una vez más, el silencio cayó sobre ellos.

“¿Así que crees que tu dinero es la respuesta a todo?”, preguntó William.

Evan no sabía a qué se debía el comentario.

“No, definitivamente no”.

“Tío, fui miserable durante más de siete años sin Shanty. Sobre todo, aprendí que el dinero no puede comprar la satisfacción. Pero si tengo la oportunidad, utilizaría mi dinero sabiamente para construir el camino de mi propia felicidad y la de mi familia; la de Lucas y la de Shanty”, afirmó Evan.

Continuó declarando lo que haría por Shantelle y Lucas. William no respondió por un momento. Volvió a revisar las fotos.

“Esto sigue sin convencerme, Evan…”, sugirió.

“Seguiré demostrando mi sinceridad”, respondió Evan con convicción en su tono.

“Y esto sigue sin cambiar el hecho de que la decisión final será tomada por Shanty”, recordó William.

“Lo entiendo”, reconoció Evan.

“A pesar de eso, ¿Sigues queriendo regalarnos esto?”, preguntó William.

Evan asintió con firmeza.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar