Capítulo 71:

“Evan, no. Deberías confiar en ellos”, señaló Shantelle.

“Solo quiero echar un vistazo”, insistió Evan.

“Quiero asegurarme de que estás a salvo”.

“Más a salvo no puedo estar”, respondió Shantelle, pero no había forma de detener la insistencia del hombre.

Él no dejaría de molestarla hasta que ella encendiera la cámara. Por supuesto, su cara fue lo primero en aparecer al cambiar a modo de video llamada.

“Luces cansada. Descansa cuando llegues a casa más tarde, Shanty”, comentó Evan.

“Lo haré”, respondió Shantelle.

“Hoy tuve un paciente en estado muy crítico. Me agotó todas las energías”.

Estaba a punto de girar su cámara y darle a Evan una vista de Miguel y Andy.

“¿Qué es eso detrás de ti?”, preguntó de repente.

“¿Qué?”.

Shantelle frunció el ceño y giró la cabeza hacia atrás.

“No hay nada detrás de mí”.

“Juro que había algo detrás de ti”, insistió Evan.

“Mira otra vez”.

“No hay nada, ¿Vale? Esto no es una película de miedo, Evan. Me estás asustando”, lo regañó Shantelle.

“Déjame mostrarte a Miguel y Andy ahora mismo”.

“No hace falta. Shanty, sé que están ahí. Gracias por aceptar mi llamada. Déjame hablar con Lucas más tarde, ¿De acuerdo?”.

Evan terminó la video llamada sin más y dejó a Shantelle completamente confundida. ¿Para qué era todo ese alboroto sobre querer ver a Miguel y Andy entonces?

“Papi, te extraño mucho. ¿Cuándo vas a regresar?”, preguntó Lucas, con el cuerpo girado de lado sobre la cama, negándose a darle el teléfono a Shantelle.

Como todas las noches desde que Evan se fue, Lucas y él hablaron hasta las nueve. Esa noche, sin embargo, Shantelle ya tenía sueño.

“Déjalo descansar, Evan. Mañana tiene clases”, le dijo a Evan.

“Mami, te daré el teléfono más tarde. Te lo prometo”, dijo Lucas, mirándola con ojos suplicantes.

“Extraño a papá. ¿Por qué no puede estar aquí con nosotros? Quizá deberíamos ir a Rose Hills”, dijo mientras hizo ademán de llorar.

Ese era un tema que Shantelle no estaba dispuesta a tratar, Por lo tanto, se dio por vencida.

“Está bien. Cuando termines, no te olvides de poner el teléfono en mi habitación y cargarlo. Estoy muy cansada, Me iré a la cama”, dijo Shantelle.

“Buenas noches, mami. Te amo”, dijo Lucas.

“Buenas noches. Te amo”, respondió ella.

“Papi también te da las buenas noches”, anunció Lucas.

“Buenas noches, Evan”, contestó ella.

“Te amo, mami”, repitió Lucas.

Una sonrisa se dibujó en su rostro.

“Te amo, cariño”, respondió Shantelle.

“Te amo, mami”, repitió él.

“Te amo”, respondió Shantelle, ya en la puerta.

Luego de eso, la madre e hijo siguieron repitiendo las mismas palabras.

“Te amo, mami”,

“Te amo, Lucas”

A ella le pareció muy divertido que se lo repitiera. Todo el tiempo, Lucas estaba al teléfono con Evan.

“Te amo, mami”,

“¡Yo te amo más!”.

“¡Papi dice que te ama!”.

“Y yo te a…”.

Shantelle se detuvo, dándose cuenta de a quién se refería Lucas. Levantó una ceja.

‘¿Acaso mi hijo acaba de intentar tenderme una trampa para que le dijera esas palabras a Evan?’, pensó.

“Te amo, mami”, volvió a decir Lucas antes de reírse entre dientes.

“Papá también dice que te ama”.

Shantelle permaneció junto a la puerta durante un tiempo, sin saber qué decirle a su hijo. Pronto sonrió a Lucas.

“Buenas noches, cariño. Si no puedes devolverme el teléfono, no pasa nada. Pasa un rato con tu papi. Tomaré mi teléfono por la mañana”, le dijo.

Salió de la habitación y fue a dormirse. Llegó la madrugada y Shantelle se despertó por la fuerte lluvia. En Warlington experimentaba tormentas ocasionalmente, y aquella noche había una de ellas. Shantelle quería ver cómo estaba su hijo.

Lucas podía dormir como una roca, pero había algunas ocasiones en el pasado en las que se despertaba de repente, tras un fuerte aguacero. Cuando entró en la habitación de Lucas, él estaba durmiendo de lado, mirando hacia la mesilla de noche.

Luego, se dio cuenta de que su teléfono estaba apoyado en la lámpara. Arregló la manta de Lucas y miró hacia el teléfono, pero se dio cuenta de que la cámara seguía encendida.

Shantelle quedó boquiabierta. Se le llenaron los ojos de lágrimas al enterarse que Evan vigilaba a Lucas hasta que se dormía y que su hijo probablemente hacía lo mismo con su padre. La culpa la invadió, pensando en cuántos años había privado a su hijo de este momento… un momento con su padre.

Vio el hermoso rostro de Evan tumbado de lado, igual que Lucas. Luego, sus ojos se fijaron en la foto detrás de Evan. Vio el marco de la foto que aún colgaba de la pared. Era la foto de su boda. Dedujo que Evan estaba en la villa.

¿Cuánto tiempo había pasado? Aún así, Evan nunca quitó la foto. Shantelle no supo cuánto tiempo se quedó observando la pantalla, pero cuando se percató de que su teléfono estaba a punto de quedarse sin batería, agarró el teléfono.

Justo entonces, sus ojos intercambiaron miradas con el par de ojos marrones que, al parecer, la miraban fijamente a través de la video llamada.

“Shanty, no sé cuánto tiempo podré aguantar esto. La distancia me está matando. Los extraño mucho a Lucas y a ti. Realmente espero que decidas”, escucho a Evan decir.

“Papá, por favor”, suplicó Shantelle.

“No estoy haciendo esto por mí. Te lo juro. No planeo involucrarme con Evan de esa manera. Todo esto es por Lucas”.

Finalmente llegó el día en que Shantelle tendría la charla con sus padres. Después de llegar de sus largas vacaciones, Lucas reveló todo lo ocurrido antes de que Shantelle pudiera informar a Eleanor y William Scott sobre los Thompson.

Inmediatamente, William se mostró inseguro. Ordenó a Shantelle que fuera al estudio, donde hablaron sobre Evan durante más de una hora.

“Cariño, ¿Estás segura de esto? ¿No dijiste que Evan no quería tener un hijo contigo?”, preguntó William.

“Él… él cambió de parecer, papá. Me dijo que se equivocó al pedirme el divorcio y, hasta ahora, Evan me ha demostrado que ama y acepta a Lucas”, explicó Shantelle.

“¿En serio? ¿Se arrepintió del divorcio? ¿Acaso no notó cómo mi hermosa princesa se había menospreciado por sentirse tan poco amada?”.

William recordó el pasado.

“Shanty, no quiero volver a verte en ese estado”.

“Eres mi orgullo y mi alegría. Quiero que sigas amándote a ti misma antes que a cualquier hombre”, agregó William, con los ojos comenzando a llenarse de lágrimas.

Eleanor tuvo que consolarlo, ambos sentados en el sofá. Ante las repentinas lágrimas de su padre, Shantelle tomó la mano de William

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