La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 58
Capítulo 58:
“Antes de que nacieras, tu papi y yo nos separamos”, explicó ella.
“Luego de eso, mami estaba muy ocupada con sus estudios y el trabajo, y por eso no le hablé a tu papi sobre ti. Además, vive lejos de Warlington”, continuó.
“Lo siento. Es mi culpa por no haberle dicho a tu papi sobre ti”, dijo Shantelle.
“¿Puedes perdonar a mami? Por favor, no te enfades con mami”.
Lucas la miró con la misma expresión triste.
“No estoy enfadado contigo, mami. Solo estoy triste. Pensaba que no tenía papi. Me preguntaba si mi papi no me quería porque era un niño malo”.
Las palabras de su hijo le llenaron los ojos de lágrimas. Era la primera vez que Lucas expresaba sus pensamientos íntimos. Se preguntó si era así como se había sentido todo el tiempo. Lo abrazó.
“Lo siento, cariño. Es culpa de mami, le dijo.
“Tienes un papá y se llama Evan, Evan Thompson. Si mañana te sientes mejor, podrás verlo entonces”, le dijo, después de haberlo besado repetidamente.
“Quiero verlo ahora”, respondió él.
“Pero necesitas descansar primero”, dijo Shantelle.
Se apartó y le pasó los dedos por el cabello.
“Te lo prometo, mañana. Así que toma mucha agua para sentirte mejor, ¿De acuerdo?”.
“De acuerdo, mami”, dijo Lucas.
Shantelle decidió dormir junto a Lucas. Quería estar con él, hacerle sentir amado. Además, le resultaba más fácil ver cómo se recuperaba de esa forma.
Eran ya más de las cinco de la tarde cuando Shantelle se despertó. Lucas seguía durmiendo como una roca. Le tomó la temperatura y, al ver que no tenía fiebre, se dirigió a la cocina.
Cuando llegó a la sala, se sorprendió al ver a Keith sentado, esperándola.
“Las criadas me dejaron entrar”, dijo.
“Por supuesto”, respondió ella suavemente.
“Shanty, hablemos”, pidió Keith.
Shantelle primero le indicó a las criadas que prepararan un plato de sopa para Lucas. Pidió a una de ellas que vigilara a su hijo antes de guiar a Keith al patio.
Cuando Shantelle y Keith llegaron al patio, ella empezó.
“¿Por qué hiciste eso, Keith? Ya te había dicho que no aceptaba tu propuesta. ¿No fui lo suficientemente clara?”.
“Keith, te traté como mí amigo, y aún lo hago. Nunca podré compensarte por haber estado a mi lado todos estos años, pero me decepcionaste yendo en contra de mis deseos”, señaló Shantelle.
“Lo siento, Shanty”. Keith se masajeó la frente y luego se acercó a ella. Se arrodilló ante ella y apoyó la cabeza en sus rodillas.
“Shanty, no sabes lo doloroso que es para mí amarte tanto y que nunca correspondas mis sentimientos”, explicó mientras le abrazó por la cintura.
“Al principio, cuando te mudaste aquí, no estaba seguro. Evan es mi amigo y sé lo extraño que era que te persiguiera, pero con el tiempo, no pude evitarlo. Cuanto más tiempo pasaba contigo, más quería estar contigo…”, continuó Keith.
“Por eso, cuando me dijiste que ibas a operar al tío Erick, entré en pánico”, razonó él.
“No puedo perderte ahora, no cuando tenemos este vínculo y soy la única figura paterna que Lucas ha llegado a conocer”.
“Pero Lucas sabe que no eres su padre, Keith”, recordó Shantelle.
“Lo sé, pero podría serlo sí me dejas”, se ofreció Keith, levantando la mirada para encontrarse con la de ella.
“Solo dilo y lo haré. Estemos juntos, Shanty. Eso le dará el mensaje correcto a Evan…”
“¿Y cuál se supone que es el mensaje correcto?”, preguntó ella.
“Que ya no lo amas, ¿Verdad? No lo amas, ¿Cierto?”, Keith preguntó intensamente.
“Dime que ya no lo amas”.
“Solo amaré a Lucas, y estaré casada con mi carrera de por vida. Keith, no tengo que estar contigo para enviarle ningún mensaje a Evan. Puedo hacerlo yo misma”, respondió con el ceño fruncido.
Ella bajó la mirada con pesar.
“Lo siento, Keith, pero no quiero engañarte. Valoro todo lo que has hecho por mí, pero por mucho que te aprecie, no podría llegar a amarte”, dijo.
“Tal vez, mi corazón se ha convertido en piedra. Cuando nació Lucas, prometí amarlo solo a él y a nadie más. Por supuesto, amo a mi familia y a mis amigos, pero ya sabes a qué me refiero…”, describió ella.
“Por favor, Keith. No te hagas más daño. Encuentra a otra mujer que merezca tu amor. Si esto es demasiado difícil para ti, entenderé si prefieres evitarme”.
“No”.
Se levantó y volvió a su asiento. Se pasó la mano por la cara.
“No dejaré atrás nuestra amistad. Además, Lucas me buscará. Solo… por favor, perdóname. Me entiendes, ¿Verdad?”, contestó.
Keith no lo dijo, pero en su interior juró no abandonar nunca a Shantelle. No podía. Lo intentó en el pasado, pero al final, perdió a Shantelle en manos de Evan, quien solo le hizo daño, Si Evan volvía a perseguirla, juró luchar contra Evan por su amor, sin importar lo que pasara.
“Por favor, no vuelvas a hacerlo”, le advirtió Shantelle.
“No actúes antes de mí, o en mi nombre. No quiero odiarte, Keith. Te debo demasiado para odiarte”.
“De acuerdo, lo prometo”, respondió él.
“Nunca me pasaré de la raya. Además, ahora se reveló la verdad”.
El silencio se extendió entre ellos. No miraban en ninguna dirección en particular.
“¿Pero es cierto que él me buscó? ¿Te pidió ayuda para encontrarme?”, preguntó pronto Shantelle.
Keith asintió.
“Le prometí a tu padre que no se lo diría a Evan. Y me advirtió que no te contara nada sobre él”, explicó.
“Lo sé”, respondió ella dócilmente.
“Pero hacerme suponer que Evan rechazaría a Lucas fue un error”.
“Yo nunca dije eso”, replicó Keith.
“En cierto modo, lo hiciste al no corregir mis suposiciones. Mientras yo pensaba en cómo mi hijo podría ser potencialmente rechazado por su padre porque estaba casado con Nicole y no quería un hijo conmigo, tú sabías todo el tiempo que Evan me estaba buscando”, señaló ella.
“Pero no te culpo del todo, ¿De acuerdo? Entiendo que fue decisión mía, así que la culpa fue principalmente mía. Pero de verdad me hubiera gustado que me lo hubieras dicho”.
De repente, se echó a llorar.
“Antes, Lucas me preguntó si era un mal niño porque no tenía papi, que su padre tal vez no lo quería. Le hice esto a mi hijo, Keith”, reveló ella.
“Shanty, lo siento”.
Keith volvió a su lado y le ofreció consuelo. Después de un rato, Shantelle se secó las lágrimas.
“Así que, a partir de ahora, respetaremos los deseos de Evan de conocer a Lucas. Lucas también quiere conocerlo. Apoyaremos a Lucas porque él necesita a su padre”, dijo.
A las cinco de la mañana, Shantelle sintió la pequeña mano de un niño en su mejilla. Había dormido junto a Lucas toda la noche.
“Mami, ya no tengo fiebre. ¿Puedo ver a papi?”, preguntó Lucas cuando ella abrió los ojos.
“Shanty, querida. ¿De qué hablaron Evan y tú? No me dice nada. A veces sonreía y a veces volvía a ser el mismo sombrío de siempre. ¿Qué pasó ayer?”, preguntó Clara mientras Shantelle revisaba a Erick dentro de la sala de cuidados intensivos.
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