La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 249

Capítulo 249:

Sean no reaccionó.

Se limitó a estudiar la reacción de Reese.

Evan rompió el silencio, entrando con regalos en las manos.

Él declaró:

“¡Aquí están mis regalos para mis ahijadas!”.

Karise le pasó su bebé a Keith.

Aplaudió y gritó emocionada cuando Evan le entregó una enorme bolsa de papel con regalos para la bebé.

Evan también le entregó a Shauna dos bolsas de papel, y a la niña se le iluminaron los ojos de alegría.

Abrió los regalos felizmente.

La primera bolsa contenía accesorios que le gustaron al instante. La segunda bolsa contenía una preciosa mochila de unicornio con los colores del arco iris y purpurina.

Mientras Shauna se enfocaba en la bolsa, inclinó la cabeza de un lado a otro.

Luego dijo:

“¡Es la misma bolsa, mami! ¡Es la misma bolsa de la tienda!”.

Shauna seguía aferrada a su padre.

Saltó sobre el regazo de Sean y dijo:

“¡Me encanta! ¡Lo quería porque Jeana lo tiene!”.

Reese le explicó que Jeana era compañera de clase de Shauna y que vio el bolso en el centro comercial y estuvo preguntando por él desde entonces.

Shauna siguió llorando de emoción pero de repente, se detuvo. Hizo un puchero con los labios y devolvió la mochila de unicornio a la bolsa de papel.

Se levantó para devolvérsela a Evan y le explicó:

“No puedo quedármela. Mami dice que no podemos permitirnos cosas caras. ¿Podemos comer algo mejor, Tío?”.

Se hizo silencio en el aire.

Shantelle estuvo a punto de llorar ante la preocupación de la niña.

“Shauna, no tienes que preocuparte porque tu papi te comprará la comida. Tu Tío Evan te comprará todas las cosas caras que quieras. Porque yo…”

Evan levantó los brazos y declaró:

“¡Soy el hombre más rico de la ciudad!”.

Evan le dijo:

“Pídeme lo que quieras. Tu Tío Evan te lo conseguirá”.

“No seas tímido con mi Papi”, la animó Lucas, riéndose ante las afirmaciones de su padre.

“Sí, pídele lo que quieras”, dijo Shantelle.

“¿Quieres zapatos con ruedas? A todos los niños les encantan”, dijo Karise.

“¿Y una casita de Barbie?”, preguntó Shantelle.

“O una casita de juegos”, propuso Wendell.

El grupo fue dando más y más ideas a Shauna hasta que Evan ofreció:

“¿Quieres un coche? ¡Te regalaré un coche!”.

Shauna se quedó sorprendida.

Luego respondió:

“¡No sé conducir!”

“¡Te conseguiré un Chófer!”, anunció Evan.

En ese momento todos se empezaron a reír.

Shauna abrazó su mochila de unicornio y dijo:

“Estoy contenta con esto. Gracias, Tío. Un coche es demasiado para mí”.

Ya eran más de las diez de la noche cuando Sean llevó a Reese y Shauna de vuelta a su casa. Antes de que Reese pudiera bajar del coche, Sean le agarró la muñeca.

Dijo: “Mañana vendré a buscarte a ti y a Shauna para mudarlas al Hotel Diamante. Hay una unidad de tres habitaciones lista para que se muden ahí. Encargué a alguien para que les compre todos un los ingredientes y comida necesaria. Un chófer del hotel las llevará a ti y a Shauna a donde necesiten ir hasta que les encuentre un lugar permanente”.

“Acepta mi oferta. Esto no es solamente lo que Shauna se merece, sino lo que tú también te mereces por cuidarla todos estos años. Quiero hacerlo por las dos”, dijo Sean.

Reese tragó saliva.

Respiró hondo varias veces, contemplando la oferta.

Después de mirar a su hija, respondió:

“De acuerdo, Sean. Gracias. Lo aprecio”.

…

Brooklyn apretó los dientes al ver el video de ella y Aaron, coqueteando en la oficina de Sean.

Pensaba que el incidente en el que Sean entró en la oficina era la única vez que él los vio, pero no, al parecer, ¡Tenía una grabación!

Estaba furiosa con Sean y sus abogados. Evan, Wendell y Keith también estaban presentes con él.

Estaban a tope para hacerle frente al acuerdo de divorcio y para cancelar la sociedad empresarial entre la familia Ross y uno de los accionistas de la firma, Wendell Franco.

La reunión tuvo lugar en una de las salas de conferencias de la empresa de contabilidad. Llevaban media hora discutiendo cuando el lado de Sean presentara el video de la infidelidad de Brooklyn.

“¡Basta! ¡Dije que basta!”, ella les advirtió, alzando la voz furiosamente mientras señalaba al monitor.

“¿Cómo te atreves a grabar un video?”.

“Estabas teniendo se%o en mi oficina. Tengo todo el derecho a tener una cámara de vigilancia allí”, explicó Sean mientras que se encogió de hombros.

Bernard, el padre de Brooklyn, también estaba presente en la reunión.

Cuestionó el video y dijo:

“Ese video seguramente es falso”.

“Estamos dispuestos a que se compruebe la autenticidad del video. Pero, debe saber que varios testigos de la empresa testificaron sobre el amorío entre Brooklyn y Aaron”, dijo Sean.

“Yo también soy testigo. Estuve allí cuando sucedió”, dijo Keith.

“Sino estás de acuerdo con nuestros términos, con gusto expondremos a Brooklyn por sus engaños públicamente y cómo trató de robarle dinero de la empresa. La firma perderá clientes y su índice de confianza bajará”, agregó Wendell.

“Yo perderé mi dinero, claro, pero eso significa que tú también. Yo puedo seguir viviendo aún con la pérdida, pero ¿Tú podrás?”.

“Si sigues reclamando la manutención por el divorcio, te demandaré por adulterio”, agregó Sean.

“Aaron no solo perdió su trabajo, sino que ahora también será encarcelado junto a ti, Brooklyn”.

“Pero si ya nos estamos divorciando”, argumentó Brooklyn.

“Aún no, ¿Verdad? Como querías más dinero, no aceptaste el divorcio y no lo harás hasta quedarte con mi casa y al menos el diez por ciento de las acciones de mi empresa. Así de codiciosa eres”, señaló Sean.

“Si sigues con esto, Bernard, también irás contra mí. ¿Quieres que anuncie una sanción comercial contra ti y tu familia?”, amenazó Evan, refiriéndose al padre de Brooklyn.

“Dile a tu hija que deje de soñar. Ella fue la que pidió el divorcio en primer lugar. No debería ser tan ridícula como para pedir manutención o alguna de las propiedades de Sean”.

Tras la advertencia de Evan, los abogados de Brooklyn sacaron en privado a su padre y a ella para discutirlo en privado.

Al cabo de un rato, volvieron con un acuerdo definitivo.

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