La exesposa del CEO es una cirujana
Capítulo 248

Capítulo 248:

El padre de Reese no solo era su Chófer, sino un buen amigo, un oyente que estuvo a su lado hasta que la salud le impidió trabajar.

En la cabeza de Sherwin pasaron recuerdos de su antigua amistad, incluyendo el momento en que lloró en el velatorio de su chófer.

Después de eso, finalmente dijo:

“Ay, pobre niña. Si tu otro abuelo te hubiera conocido, estaría fascinado contigo”.

Sherwin llamó a Shauna y le dijo:

“Ven aquí y abraza a tu abuelo. Será mi placer hacer el papel de dos abuelos”.

“Esto es real, ¿Verdad? ¿Es real?”, le preguntó la madre de Sean.

Reese asintió con entusiasmo. Audrey dijo:

“Es muy real, Claudia. Ayudé a criarla durante cuatro años. Sé lo mucho que se parece a Sean”.

Por otro lado, Sean dijo:

“Es real, mamá. Más que la prueba de paternidad, puedo sentirlo en mis huesos”.

Entonces, Claudia abrazó a Shauna.

Se quedó así por un rato, sintiendo a la niña entre sus brazos y disfrutando del momento, y acabó dándole un beso en la mejilla.

Mientras disfrutaba su aroma, Claudia afirmó:

“Yo también. Lo siento en mis huesos. Ella pertenece a nuestra familia”.

La soltó brevemente para acariciar la cara de Shauna y le preguntó:

“Vuelve a decirme abuela, cariño”.

“Abuela Claudia”, respondió Shauna alegremente.

“¡Tengo dos abuelas! ¡Sí!”.

“¡Qué ojos tan bonitos!”, dijo la madre de Sean.

Los ojos azules seguramente venían de su familia materna.

Su esposo tenía los ojos verdes.

Después de aquella revelación, todos se quedaron para hablar de lo que ocurrió en sus vidas durante los años que no se vieron, de cómo creció Shauna, de cómo los Kenedy se mudaron de una ciudada otra y de sus dificultades para llegar a fin de mes.

Mientras que los adultos conversaban, Shauna dibujaba y pintaba. Reese trajo materiales de arte a propósito para mantener a su hija entretenida, ya que sabía que sería una larga charla con la familia Ross.

De vez en cuando, Shauna se acercaba a su padre y le enseñaba sus obras de arte.

“Papá, mira. ¡Esta soy yo, tú y mami!”.

“Que hermoso, cariño, tienes talento natural”, decía Sean.

“¿Por qué no dibujas también a tus abuelos?”.

“¡Me encantaría!”, dijo Shauna alegremente.

Hubo momentos en que Reese se sintió incómoda, pero aún así todos sabían que Shauna era inocente, ignorante de la relación real entre sus padres.

Por otro lado, lo que Claudia y Sherwin veían claramente eran las sonrisas de Sean y el efecto positivo que Shauna le producía.

Después de horas conversando, el padre de Sean dijo:

“Reese, sentimos que te pasó esto. Confiamos en ti completamente”.

“Gracias, Tío”, dijo Reese.

“Nos alegra que escucharon nuestra versión de la historia”, agregó la madre de Reese.

“Sí, claro. Después de todo lo que pasó con Sean y Brooklyn, ¡Me di cuenta de que mi hijo se casó con un demonio!”, comentó Claudia.

“¡No me sorprende que hizo todo eso en el pasado!”.

“Brooklyn era realmente malvada. Nos tenía a todos convencidos de que era una buena persona”, describió Sherwin.

“Ahora que reveló su verdadera cara, sus padres no quieren hablar con nosotros. ¡Lo único que quieren es una manutención!”.

“Hijo, ahora que todo esto salió ala luz, ¿Estás preparado para enfrentarte a Brooklyn y dejarla ir?”, le preguntó Sherwin.

“Por supuesto, Papá”.

Sean se giró hacia Reese y, desde lejos, miró a Shauna.

Dijo firmemente:

“Tengo dos razones muy importantes para seguir adelante. No le mostraré piedad a Brooklyn”.

“Pero antes de eso..”, recordó suavemente Reese.

“Sean tiene que prepararse para su operación”.

El padre de Sean asintió. Claudia se giró hacia su esposo con una sonrisa y dijo:

“Creo que el regreso de Reese fue en el momento oportuno. Además de que nos sorprenden con una nieta, Reese también está aquí para ayudar a Sean a recuperarse”.

“Te lo agradecemos, Reese, por volver y darle a Sean un poco de esperanza. No tienes ni idea de lo destrozado que estaba cuando Keith lo trajo a casa”, reveló la madre de Sean.

Sherwin asintió y dijo:

“Esto solo demuestra que no todas las tormentas vienen a perturbar tu vida, sino a despejar tu camino”.

“No podría estar más de acuerdo, papá”, dijo Sean, sonriendo al final de sus palabras.

En la noche, Sean extrañamente se sentía más energético.

Después de descubrir su reacción alérgica al implante metálico de su rodilla, Sean empezó a tomar más medicamentos.

Normalmente, por la noche ya estaba cansado.

Sin embargo, esa noche, estaba dispuesto a tener una reunión con sus amigos.

Evan y Shantelle finalmente regresaron de sus vacaciones.

Después de enterarse de que Sean tenía una hija, lo instaron a visitar su mansión.

Sean llevó a Reese y Shauna con él.

Antes de que empezara la cena, todos se acercaron a Shauna y los compararon.

“Encantado de conocerte, Shauna”, dijo Lucas, saludando a su nueva amiga.

“Definitivamente, el cabello y los ojos de Sean”, comentó Karise.

“Sus labios son más como los de Reese”, opinó Shantelle.

“Yo diría que el ochenta por ciento de Sean”, concluyó Keith.

“Conozco mejor a Sean”.

“No podría estar más de acuerdo”, dijo Wendell.

“Shauna, ¿A quién crees que te pareces más?”, le preguntó Milan.

La niña se giró de lado a lado, mirando a sus dos padres.

Después de pensárselo durante unos segundos, declaró:

“¡Papi!”.

“¡Ay!”, dijo Reese, haciendo una mueca de dolor.

“Y eso que yo la crie durante cuatro años. Menuda traidora”.

Todos se rieron. Shantelle también compartió:

“¡Sé cómo te sientes, Reese, porque cuando Evan y yo nos reencontramos, mi hijo solo decía: papi, papi, papi! En algún momento sentí celos, pero al verlos juntos se me derritió el corazón. Cuando nuestros hijos conocen a sus padres, su anhelo por fortalecer sus lazos también crecen”.

“Espera. Espera. ¿Esto es una repetición de Evan y Shanty?”, preguntó Keith.

“¡Así que tal vez Reese y Sean acaben juntos como predije en mi cumpleaños hace cinco años!”.

Se quedaron en silencio. Reese se puso roja como un tomate.

Karise le dio un golpe a su esposo.

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