La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 247
Capítulo 247:
Shauna corrió hacia él.
Sean seguía en su silla de ruedas, pero se inclinó para abrazar a la niña.
La cargó y la acomodó sobre su regazo, y desde allí, Shauna lloró más.
Su respiración se volvió agitada mientras preguntaba:
“¡Sabía que tenía un papi! ¡Lo sabía!”.
Sean miró a Reese, pidiendo una explicación, pero ella se limitó a decir sin sonido:
“Luego”.
Sean captó el mensaje.
Por ahora, lo más importante era hacerse la prueba de paternidad.
…
El Centro Cardiopulmonar estaba acreditado para realizar pruebas de paternidad, y su laboratorio era el lugar más seguro en la opinión de Sean.
Fue allí donde Sean y su hija se tomaron las muestras juntos.
Como Evan y Shantelle eran prácticamente los propietarios del centro, él podía solicitar una prueba rápida.
Los resultados saldrían por la tarde de ese mismo día en lugar de esperar veinticuatro horas.
Entraron y salieron del centro en solo media hora.
Por la tarde, Sean llevó a su hija a la escuelita con Reese. Luego, se quedó con los Kenedy, poniéndose al día de sus vidas.
Sean habló con la madre de Reese mientras tomaban café en el comedor de su casa. La Señora Kenedy dijo:
“Reese no sabía que estaba embarazada hasta que nos mudamos a Buffalo. Ya estaba embarazada de tres meses cuando notamos sus síntomas”.
La madre de Reese dijo:
“Al principio no me quería decir quién era el padre, pero cuando salió Shauna, enseguida me di cuenta por la manera en que la nombró. Lo sabía. Fue en ese momento que Reese me contó todo, incluyendo las amenazas de Brooklyn”.
Sacudiendo la cabeza, agregó:
“Pensé que Brooklyn solo estaba celosa de lo cercanos que eran, pero al parecer, había algo más. Aun así, decidimos llevar una vida tranquila y mantenernos alejados de ti”.
“Odié lo que le pasó a mi hija, Sean, y en algún momento, también te odié a ti por no saber lo que ambos hicieron. Aunque, Reese me dijo repetidamente que parecías no recordar nada”.
Después de tomarse el café, ella reveló:
“Fue el año pasado cuando descubrimos la verdad. Creo que Reese ya te lo comentó”.
Sean asintió.
“Nuestras vidas siguieron con normalidad, con la idea de llegar buscarte en el fondo de nuestras cabezas, pero realmente nunca tuvimos el coraje para hacerlo”, dijo la Señora Kenedy.
“Aunque creía que eras una buena persona, Sean, no sabíamos hasta qué punto era seguro ir contra Brooklyn”.
Dejó escapar un fuerte suspiro y agregó:
“Doy gracias al cielo de que Brooklyn se haya ido y, por fin, Reese pudo decirte la verdad”.
Tomó la mano de Sean y le pidió:
“Por favor, haz lo correcto por Shauna. Es una niña adorable. Merece tener un padre”.
“Lo haré, Tía”, juró Sean.
Tomó la mano de la Señora Kenedy y la estrechó con fuerza.
“Le juro que lo haré”.
Tras la charla con la Señora Kenedy, Sean y Reese fueron a recoger a su hija a la escuela. Luego, el hombre los invitó a cenar temprano en un restaurante cercano. Después de eso fue que se dirigieron al Centro Cardiopulmonar para obtener los resultados de paternidad.
Siguiendo las indicaciones de Evan, Sean y Reese fueron guiados a la oficina de Shantelle, donde podrían abrir los resultados.
Con el sobre en la mano, Sean le preguntó a Reese:
“¿Quieres abrirlo tú primero?”.
Reese sacudió la cabeza y respiró hondo.
Dijo: “Prefiero que lo abras y lo leas para ambos”.
Sean sentía que se le aceleraba el corazón. Se aclaró la garganta mientras abría lentamente el sobre.
Abrió el papel lentamente y se saltó varios párrafos, buscando solo los resultados al final de la página.
Se le erizó la piel. Una lágrima cayó sobre su mejilla al leer:
[No se puede excluir al presunto padre como padre biológico del niño analizado. Según el análisis anterior, la probabilidad de paternidad es del 99.99999999%].
…
Al día siguiente, Sherwin y Claudia Ross estaban sentados en la sala, esperando a sus invitados especiales, como sugirió su hijo Sean.
El suspenso los mantenía nerviosos, pero finalmente, vieron entrar a Reese con su madre. Al ver a su vieja amiga, las sonrisas se formaron en los rostros de los padres de Sean.
“Hola…”, dijo Claudia, con los ojos llorosos.
Se levantó, ansiosa por abrazar a la madre de Reese, pero se detuvo al ver entrar a Sean con una niña sobre su regazo.
“Oh, hola, cariño. Eres preciosa”, le dijo Claudia a Shauna.
Shauna soltó una risita y luego miró a su padre.
Cuando Sean le guiñó un ojo a Shauna, ella se dirigió a Claudia y le respondió:
“Hola, abuela”.
“¿Abuela? Qué niña tan respetuosa”, comentó la madre de Sean.
Entonces sus ojos se posaron sobre Reese, quien se sonrojó por completo.
Claudia miró a su esposo, y al ver su expresión desconcertada, miraron en dirección a Sean, preguntando simultáneamente:
“¿Qué está pasando?”.
“Primero, Reese tiene algo que decirles”, les informó Sean.
En los siguientes minutos, todos se acomodaron en sus asientos y hablaron del pasado, específicamente de la noche en que crearon a Shauna.
Al final del relato de Reese, Sean entregó la prueba de ADN a sus padres y dijo:
“Shauna es mi hija, Mamá, Papá. Ella es su nieta. Siento no haberles dicho antes. Queríamos hacer la prueba de paternidad primero”.
Era inevitable. Quedaron totalmente sorprendidos.
Claudia miraba fijamente a Shauna y a Sean, incapaz de controlar sus emociones. Estaba sorprendida y contenta a la vez porque Sean ya tenía treinta y tantos años y ellos también estaban envejeciendo, pero seguían sin tener nietos.
Esperaban que Brooklyn les diera nietos, ¡Pero ella resultó ser una mala persona!
Seguidamente, observaron cómo Shauna se aferraba con fuerza a Sean. Se abrazaba a su brazo y apoyaba la cabeza sobre su hombro.
Como respuesta, Sean le dio un beso en la cabeza a Shauna.
Esa pequeña escena hizo que Claudia sintiera mariposas en su interior.
“Vamos, cariño. Saluda a tus abuelos”, Sean le dijo a su hija.
El padre de Sean permaneció en silencio todo el tiempo.
Se masajeaba el pecho por semejante revelación. Shauna sonrió genuinamente y le dijo:
“Abuelo, encantada de conocerte. Siempre quise tener un abuelo”.
Por supuesto, ¿Cómo iba a olvidar Sherwin que el abuelo materno de Shauna murió?
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