La exesposa del CEO es una cirujana -
Capítulo 188
Capítulo 188:
“Felicidades, hijo, Karise”, dijo el Señor Myers mientras abrazaba a Karise.
Después de soltar a su hija, el Señor Myers le dijo a Keith:
“Cuida bien de mi hija. Tras la muerte de mi esposa, es la única mujer de nuestra familia”.
“Sin duda cuidaré de Karise, Señor”, reconoció Keith.
“Llámame papá”, sugirió el padre de Karise.
Abrazó a Keith y, tras separarse, se despidió para regresar a casa.
Tras la firma del contrato matrimonial, todos se marcharon, volviendo a sus negocios o trabajos.
…
Habían pasado casi dos meses desde la gran inauguración del Hotel Diamante en Rose Hills.
Desde entonces, el hotel ha estado completamente reservado.
Todos los hombres de negocios y turistas que llegaban a Rose Hills preferían el nuevo hotel.
Las ventas subieron y, con el traslado de la famosa boutique de Sarah Kate al mismo edificio del hotel, la propiedad mostró un éxito prometedor.
Casi todos los locales de clase alta querían cenar en el restaurante principal del hotel o tomar un café en el bar de la azotea.
Como el nuevo Hotel Diamante tuvo tan buena acogida, Evan y Kaleb Wright quisieron celebrarlo con una pequeña excursión entre sus familias.
Al principio, Evan y Shantelle dudaron por la condición de Lucas.
Sin embargo, su pequeño estaba entusiasmado con la idea de ver a Lily.
La pareja no podía negarle la oportunidad a su hijo.
En lugar de privar a Lucas de la oportunidad de salir al aire libre, Evan organizó una acampada para las dos familias.
El lugar estaba situado junto a la ciudad, en un lago privado, el mismo lugar de acampada favorito de los Scott y de los Thompson.
Los Wright y los Thompson viajaron durante dos horas en cada una de sus respectivas lujosas autocaravanas.
Todos podían apreciar el cielo azul brillante desde las ventanas de sus vehículos.
Se veían las nubes esponjosas. Pronto, las furgonetas se cubrieron con la sombra de los árboles al entrar en una estrecha carretera que conducía al lago.
El lugar estaba completamente rodeado de árboles, en su mayoría pinos, que daban al aire ese agradable aroma de naturaleza.
“¡Me encanta! Me encanta estar aquí, papá”, dijo Lucas, observando el paisaje desde la furgoneta.
“¡Puedo llevarte a pasear hasta allí, colega! ¡Puedo llevarte sobre mis hombros!”, dijo Miguel, señalando la otra orilla del lago.
Shantelle y Evan sonrieron ante la oferta de Miguel.
Se dieron cuenta de que Lucas le estaba gustando a Miguel.
Aparte de Lily, Miguel era técnicamente el siguiente mejor amigo de Lucas.
“¡Sí, Tío Miguel! Tú, yo, papá y mamá deberíamos ir”, dijo Lucas.
“¡También llevaremos a Lily!”
“¡Ay no!”
Shantelle se rio desde su asiento y dijo:
“No puedo, cariño. No puedo cargar a tus hermanos. Puedes ir tú, papá, el Tío Miguel y Lily”.
“¡Lo siento, mamá! Se me olvidó”, dijo Lucas.
No tardaron mucho en llegar a la casa del lago.
Era una preciosa casa de tejados rojos que estaba frente al lago.
Los niños bajaron inmediatamente de sus vehículos, corrieron y se reunieron para contemplar el lago desde el embarcadero.
Shantelle bajó de la furgoneta con la ayuda de Evan.
En cuanto puso un pie en tierra, la abogada Scarlett se acercó a ella y le dijo:
“Ninguno de los niños está enfermo y les pedí que tomaran doble dosis de vitamina C, así que Lucas estará bien”.
Con una mano en el pecho, Shantelle suspiró aliviada y dijo:
“Gracias por ser tan considerada”.
“¡Por supuesto! Cualquier cosa por Lucas”, dijo la abogada Scarlett.
Los hombres, incluyendo a los conductores contratados para sus furgonetas y el equipo de seguridad de los Wright, ayudaron a acomodar las cosas en la casa del lago de diez dormitorios. El
hijo mayor de Kaleb Wright los siguió y ayudó a su padre con las maletas.
Shantelle y Scarlett observaban a los otros chicos desde una mesa de pícnic cercana.
“¡No se acerquen tanto al lago sin un adulto, chicos! Nadie puede nadar a salvarlos si se caen”, gritó Scarlett.
Dirigiéndose a sus hijos menores, advirtió:
“¡Kayden, Kristoff, atrás!”.
Llamando a sus hijos mayores, Scarlett ordenó:
“Lewis, Levin, por favor, vigilen a sus hermanitos”.
“¡No sé cómo lo haces!”, dijo Shantelle.
La abogada Scarlett se giró hacia Shantelle y le dijo:
“¿Para tener tantos hijos? ¡Solo tienes que tener mucho se%o!”.
Shantelle se rio a carcajadas y luego admitió:
“Ay, no te preocupes. No me estoy perdiendo de lo bueno, pero ¡Cómo haces para cuidar de cinco niños y una niña!”.
“Es duro, pero con ayuda suficiente, conseguimos arreglárnoslas”, dijo Scarlett.
La abogada dio a Scarlett algunos consejos, entre ellos contratar a una buena niñera.
Mientras las Señoras conversaban, los hijos de la abogada correteaban bruscamente por el terreno, ensuciándose la ropa. Los mayores tuvieron que ayudar a sus hermanitos a cambiarse de ropa.
Lewis le dijo a su madre:
“Mamá, vamos a ponernos algo más cómodo”.
“¡Buena idea, cariño! Cuida de tus hermanos”, dijo la abogada Scarlett.
Con la salida de los otros chicos, solo quedaron Lily y Lucas por allí. Finalmente, los dos decidieron descansar en la otra mesa de picnic, cerca de Shantelle y Scarlett.
Lily empezó a hablar con Lucas sobre sus amigos de la escuela y, mientras lo hacía, las dos madres le prestaron atención.
La joven dijo:
“Mis amigas de la escuela dicen que, cuando seamos mayores, deberíamos tener nuestros propios anillos. A mis amigas les gusta el rosa, pero ¡Qué asco! Mis hermanos nunca usan nada rosado, así que yo tampoco”.
Con el ceño fruncido, corrigió:
“Pero a veces, mamá me obliga a llevar ropa rosa y vestidos”.
“¿Las niñas tienen que llevar un anillo?”, preguntó Lucas.
“¡Sí, como un anillo de diamantes!”, reveló Lily.
“Mi mami tiene un gran anillo amarillo en el dedo. ¿No lo has visto?”
“Creo que mi mami tiene uno azul”, reveló Lucas.
“¡Me encanta el azul!”, dijo Lily.
“¡Mis hermanos llevan ropa azul todo el tiempo! Cuando crezca y conozca a mi persona especial… porque, solo la persona especial puede darme ese anillo, ya sabes. Quiero que esa persona especial me dé un anillo azul. No quiero un anillo rosa”.
“¿Pero cómo lo sabrá tu persona especial?”, preguntó Lucas.
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