Capítulo 84:

Hassan ni siquiera preguntó el motivo, él asintió. Tomó a Hassan en los brazos, la pañalera y salió del auto, mientras Callie intentaba hacer lo mismo.

“¡Espera!”, pidió Sienna, tomando la mano de Callie.

Ella no se movió de su sitio, pero deseaba huir.

Sabía que Sienna iba a interrogarla y ella no tenía ninguna explicación lógica a su comportamiento.

“Sienna”, dijo Callie.

“Lo siento, Callie”, se disculpó Sienna, lo que descolocó a la joven.

“¿Qué es lo que sientes?”, preguntó Callie con un nudo en la garganta.

“Lamento no ser una buena amiga… te he dejado sola”, explicó Sienna.

Callie negó de inmediato.

“No digas tonterías, Sienna. He sido yo quien no ha querido abrirse ante ti. Ya tienes muchos problemas con la falta de memoria de Hassan para seguir sumándote más”, dijo Callie.

“Tenemos que hablar sobre Farid, necesito saber qué fue lo que sucedió entre ustedes. No quiero que por mi culpa tú te alejes de él y no puedas vivir tu historia de amor”, se apresuró a decir Sienna al ver las intenciones de Callie.

“No eres tú la responsable de lo que sucedió, Sienna. Farid no me amaba como pensé, de hecho, tú tenías la razón, yo solo fui en su vida un sucio secreto. Él jamás se interesó en mí, no era digna de él”, reveló Callie.

Sienna sintió el enojo de Callie emanar de su cuerpo.

“Entonces, ¿No vas a decirle que estás esperando un hijo suyo?”, preguntó Sienna.

“Jamás, no quiero que se entere. Por favor, Sienna, no se lo digas a Hassan. No quiero que él se entere de que el bebé que espero lleva la sangre Rafiq en las venas”, pidió Callie.

Sienna negó.

“Quizá Farid tuvo una razón para hacer lo que hizo, Callie”, dijo Sienna.

“No lo creo, sus palabras me rompieron el corazón y me hicieron sentir que no valía nada”, respondió Callie.

Sienna se acercó a ella, la abrazó desde atrás y colocó su mentón sobre el hombro de su mejor amiga.

“Escucha, Callie, es posible que yo haya contribuido a que pienses de esa manera, pero con el paso del tiempo he aprendido que la moneda tiene dos caras. Yo pensé que Hassan solo era un oportunista que llegó a la vida de mi padre en su momento más vulnerable y que se había aprovechado de él para quedarse con todo, sin embargo, no fue así”, explicó Sienna.

“No es lo mismo, Sienna, no puedes comparar a Hassan con Farid, aunque son hermanos son totalmente distintos”, refutó Callie.

Sienna suspiró.

“Piénsalo bien, Callie, tu bebé tiene derecho a conocer a su padre y Farid tiene derecho de conocer a su hijo”, insistió Sienna.

Callie cerró los ojos, se armó de valor y se apartó de Sienna.

“No creo que él esté interesado en saber de nosotros, mucho menos, que le importe que una extranjera lleve a su bebé en el v!entre. Él un día se casará y se olvidará de mí”, aseguró Callie.

Callie bajó del auto y se dirigió a su habitación, no quería discutir con Sienna y tampoco quería pensar más en Farid, lo de ellos era un cuento pasado, sin embargo, no era así, mientras Sienna iba detrás de su mejor amiga, un avión despegaba de Dubái con destino a Nueva York.

Al día siguiente, durante el desayuno, Sienna trató de hablar con Callie, pero la joven se había cerrado y cuando Hassan y Scarlett se unieron a la mesa, ella guardó silencio.

“No te olvides de ir a tu chequeo”, dijo Scarlett dirigiéndose a Callie.

“¿Hoy?”, preguntó Callie.

“Sí, te acompañaré si no te molesta”, se ofreció la joven.

“Hassan, Hassan y yo también podemos ir contigo. Somos una familia”, dijo Sienna.

Callie lo pensó, sin embargo, no llegó a responder, en ese momento el timbre sonó y una de las empleadas salió a atender el llamado.

Hassan se puso de pie como un rayo al ver a Assim entrar al comedor.

La ira lo embargó y antes de que el hombre pudiera decir una sola palabra, el Emir le asestó un rápido y furioso golpe que envió a Assim al suelo.

Assim miró a Hassan desde su posición, su labio roto sangró y pronto un ligero hematoma se formó en él.

“¿Cómo puedes tener el valor de venir a esta casa cuando sabes que me has traicionado?”, preguntó Hassan con la ira barriendo por su cuerpo.

Las mujeres observaron en silencio, Sienna estaba en shock, Scarlett no estaba en distintas condiciones y Callie ocultó su v!entre bajo la mesa.

“¿Cómo fuiste capaz de mentirme, Assim?”, preguntó Hassan acercándose al hombre.

“Te pregunté muchas veces lo que no podía recordar, te dije lo vacío que me sentía, aun así, decidiste no contarme la verdad”, reclamó.

Assim se puso de pie, mientras Hassan se acercaba más a él.

“No tuve muchas opciones, Señor Hassan, pero debo reconocer mi error. Fui egoísta con usted y con la señora Sienna. Antepuse mi amor antes que el suyo, pero créame, el precio que estamos pagando es muy alto. El Señor Farid ha sido el más perjudicado”, comentó.

Callie sintió de nuevo ese escalofrío capaz de congelar la sangre caliente de sus venas.

“No voy a escuchar la justificación de un traidor, Assim y si estás aquí por órdenes de mi madre, ten la seguridad de que no volverás a Dubái”, amenazó Hassan con enojo.

“¡Espera!”, exclamó Sienna.

Sienna se acercó a Hassan, colocó su mano sobre su hombro y le hizo girar en su dirección.

“No todo lo que Assim ha hecho es malo”, se apresuró a decir.

Hassan se sintió confundido.

“¿Por qué lo defiendes?”, cuestionó en tono herido.

“Fue Assim quien me envió el correo para decirme que estabas vivo y que encontrarían una manera de hacer que nos reuniéramos sin que yo viajara a Dubái. Por favor, Hassan, antes de condenarlo, escúchalo”, pidió Sienna.

Hassan la miró y luego dedicó una mirada fría a Assim.

“Dudo mucho que tenga una buena explicación, él pudo hacer lo correcto desde un principio, sin embargo, decidió hacer lo incorrecto”.

Assim agachó la mirada ante las palabras del Emir.

“Lo siento, señor, no pensamos que las cosas se fueran a salir tanto de control. El Señor Farid hizo todo lo que hizo para hacer pagar a su señora madre por sus culpas. No tengo justificación para lo que yo hice, mentí para poder casarme con Jenna, fui egoísta y solo pensé en mí y en mis intereses. Puede castigarme todo lo que usted desee, mi señor, pero tiene que ayudar a su hermano”.

“¿Por qué tendría que ayudarlo?”, refutó Hassan de inmediato.

“Porque el Señor Farid”.

Hizo una pausa.

“Puede ser condenado a muerte”.

Un g$mido herido salió de los labios de Callie, llamando la atención de los presentes.

El corazón de la joven se estremeció y estrujó dentro de su pecho hasta sentir que iba a morir.

“¡Callie!”, gritó Sienna al verla pálida.

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