Capítulo 55:

“Vamos a darle un tiempo, quizá algunas semanas. Hablaré con el Señor Hassan y pediré unos días libres”, dijo.

Jenna sonrió y buscó la boca de Assim, quién no la rechazó. Todo lo contrario, el hombre tomó los labios de la joven en un apasionado beso y bebió de ella como si fuera un hombre sediento en el desierto y Jenna la fuente de agua cristalina que apagaba su sed.

La pareja se separó por la falta de aire, las mejillas de Jenna estaban teñidas de rojo carmesí y su cuerpo sentía un deseo profundo de algo que no conocía.

“Assim”, susurró.

“Es mejor que vuelvas al palacio, temo que alguien se dé cuenta de que te has marchado”, dijo él, apagando ese fuego que nacía en el interior de Jenna.

Ella asintió, le dio un corto beso y se arregló el hiyab y la capa.

“Te veré la próxima semana”, dijo antes de marcharse.

Assim la miró partir, su corazón se estrujó dentro de su pecho y se lamentó la situación. Él era un hombre que respetaba su cultura y sus creencias o por lo menos lo fue, hasta el día que cayó enamorado de Jenna Rafiq, solo entonces, se dio cuenta de lo malo que era no tener la libertad de amar a voluntad.

Mientras tanto, en el palacio en Sharjah, Callie se puso de pie al ver a Farid entrar a su habitación.

“No puedo esperar más”, dijo él y el cuerpo de Callie tembló.

“¿Qué quieres decir?”

“Sé muy bien que no soy un buen hombre, Callie, y ante tus ojos pueda que sea el peor de todos. Sin embargo, ya no puedo seguir ignorando lo que siento”, pronunció.

Callie dio un paso atrás, cuando él avanzó en su dirección.

“No hice las cosas bien contigo, pero las hice de acuerdo a como las sentía. Ese día que ibas a dejar el país, no quería que lo hicieras, Callie. Sentí un terrible dolor en el pecho, una sensación que me ahogaba y una voz que me gritaba que no podía permitirlo”.

Ella tembló al escuchar las palabras de Farid.

“No sé cómo, ni sé en qué momento empecé a tener sentimientos por ti, no fui capaz de darme cuenta antes, porque jamás había sentido lo que siento cada vez que estoy contigo, Callie. Todo en mi ser me grita que somos de mundos distintos, pero a mi corazón no le importa nuestras diferencias, él no entiende de razones, Callie”, dijo acorralándola entre la pared y su cuerpo.

“Farid”.

“Dame una oportunidad, Callie, dame la oportunidad de ser a tu lado, el hombre que mereces”, susurró, acercando sus labios al rostro de Callie y besando a la joven, dejándose llevar por el corazón y haciendo a un lado a la razón.

Las palabras de Farid calaron hondo en el corazón de la joven y la boca sobre sus labios no le dejó pensar con claridad.

Callie no podía negar que añoraba tanto esas palabras, ese beso. Su intención había sido la de rechazar a Farid y todo lo que tenía que ver con él, pero allí estaba abriendo los labios y dejando que él marcara el ritmo del beso.

Farid pegó su cuerpo al cuerpo de Callie, tanto que el calor explotó entre ellos y atravesó sus ropas. Las manos del hombre tomaron la cintura de la joven y su boca saqueó la boca femenina, sintiendo que no tenía suficiente. Habían sido tantos días separados, tantas semanas deseando dejarse arrastrar por el deseo que nacía en su interior.

Callie se negó a escuchar los gritos de su razón, se sentía perdida y dominada por aquel beso y por su propio deseo de no irse sin saber lo que se sentía estar entre los brazos de Farid. Ella era un dilema, podía y debía alejarse, sin embargo, llevó sus manos al cuello del hombre y lo atrajo más a ella.

Mañana, mañana podía arrepentirse de todo.

Farid atrajo el cuerpo de Callie, lo separó de la pared y la llevó a la cama, sin apartarse de su boca, él temía que si el contacto entre ellos se rompía la pasión también lo haría.

Callie tembló cuando las manos de Farid acariciaron su cuerpo sobre la ropa, ella recibió una descarga de adrenalina, sabía lo prohibido que era hacer lo que estaba haciendo, sin embargo, se sentía tan jodidamente bien, tan placentero, tan arriesgado.

Ella g!mió cuando la boca de Farid finalmente dejó sus labios, dejó escapar un suspiro y un g$mido de placer, mientras la lengua del hombre le recorría su cuello y sus manos se hacían cargo de la molesta ropa. Farid deslizó la yema de sus dedos por las largas y cremosas piernas de Callie, sus dedos buscaron con maestría el elástico de sus bragas y una vez que las encontró las deslizó al mismo ritmo en el que deslizaba su boca para tocar los pechos redondos de la mujer.

La habitación se llenó de g$midos, roncos y seductores, las caricias les quemaron más que la piel, les estaba tatuando el alma. Sin embargo, ninguno de los dos se atrevió a decir ni una sola palabra por temor a romper el hechizo bajo el cual estaban.

Callie elevó las caderas cuando la boca de Farid tocó su v!entre plano y sus dedos acariciaron su intimidad con dedicación y sin reserva. La joven podía sentir cómo su intimidad se humedecía ante el contacto y el placer nacía desde su bajo v!entre, amenazando con arrastrarla a su primer org%smo.

Sin embargo, era una línea que Farid no le ayudaba a atravesar, pues sus manos y sus besos se habían detenido por unos breves segundos en lo que Callie no pudo evitar protestar.

Farid apartó las manos del cuerpo de Callie, fue breve, pero echó en falta el contacto desde el mismo segundo que dejó de tocarla. Él estaba hechizado y deseaba ser consumido por el embrujo de la rubia, era algo superior a sus sentidos, la deseaba. La quería toda.

“Farid”, susurró ella con la voz cargada de pasión, deseo y excitación, sus ojos eran como dos luceros brillantes en el firmamento.

“Callie…”

“Quizá tampoco soy la mujer que necesites”, se atrevió a decir, mientras Farid se colocaba entre sus muslos y sus miradas se encontraban.

“Pero lo deseo”, admitió.

Farid se recostó sobre ella, su cuerpo la cubrió por completo, él reclamó su boca y antes de que Callie pudiera protestar, se internó en ella en una sola estocada, ahogando con su boca el g$mido de placer que salió de la suya.

Callie lo miró a los ojos y dejó que fuera Farid quien la condujera por el camino del placer, sus cuerpos se movieron al compás, sus g$midos llenaron la habitación y el sudor perló sus cuerpos.

Callie cerró los ojos y rompió el contacto con Farid, echó la cabeza atrás cuando él tocó su punto dulce y una descarga de placer le recorrió el cuerpo a una velocidad impresionante, tanto, que le hizo mover las caderas con frenesí en busca de su tan ansiada liberación.

Farid siguió el ritmo marcado por Callie, tensó el cuerpo cuando el placer nació en su interior y presionó con fuerza dentro del cuerpo de la joven, golpeó un par de veces antes de alcanzar su liberación.

Olas y olas de placer les atravesaron el cuerpo y les robaron el aliento, mientras ellos permanecían quietos como estatuas de mármol, él enterrado en el cuerpo femenino, mientras todo lo que se podía escuchar en la habitación eran sus respiraciones agitadas y quizá los latidos acelerados de sus corazones…

“Soy Farid Rafiq, hijo del Emir en Dubái”, pronunció de repente, sorprendiendo a Callie.

“¿Qué?”

“Así es como debí presentarme la primera vez y no dejar que pensaras que era un pasajero tratando de robarme tu taxi”, gruñó él, moviéndose para abandonar el cuerpo femenino.

Callie dejó escapar un fuerte g$mido al sentirse vacía.

“¿Me darás una segunda oportunidad?”, preguntó esperanzado.

Callie se sentó en la cama cuando él se puso de pie, ella no se molestó en cubrirse el cuerpo, lo miró y por un momento pensó en todo lo malo que aquello era. No pudo evitar pensar en todas las pruebas que seguramente tendrían que enfrentar, pero ¿Podía negarse esta oportunidad de estar con el hombre que le había robado el corazón? ¿Podía arriesgar su corazón con Farid Rafiq?

Callie cerró los ojos y rogó al cielo no estar equivocándose.

“Podemos intentarlo”, susurró.

Farid sonrió y bajó su cabeza para tomar los labios de Callie y le hizo el amor de nuevo.

.

.

.

Consejo: Puedes usar las teclas de flecha izquierda y derecha del teclado para navegar entre capítulos.Toca el centro de la pantalla para mostrar las opciones de lectura.

Si encuentras algún error (contenido no estándar, redirecciones de anuncios, enlaces rotos, etc.), por favor avísanos para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Reportar