Capítulo 152:

Fiona y Margaret, en un intento desesperado por escapar, arrastraron algo de dinero hacia la salida de emergencia, pero estaban completamente rodeadas por la policía. Los disparos de la policía hirieron a Fiona, y Margaret se detuvo al verla caer.

Jahir, mientras tanto, logró entrar a la habitación donde encontró a Scarlett inmóvil.

La tomó en sus brazos, el miedo inundando su ser al darse cuenta de que ella apenas respiraba. Gritó por ayuda, pero sus labios parecían sellados por el shock. Los paramédicos rápidamente se hicieron cargo de Scarlett, mientras Jahir era atendido por su herida sangrante.

En el hospital, Jahir esperó con angustia mientras Scarlett era llevada a emergencias. A pesar de su brazo vendado, su única preocupación era ella.

Tras recibir atención médica, se comunicó con Hassan para informarle sobre la situación, cumpliendo la promesa que había hecho a Sienna cuando se separaron.

Jahir, con la urgencia marcada en cada gesto, se encontraba en un estado donde lo último que deseaba era atender al jefe de policía.

No obstante, sabía que no podía ignorar la situación, teniendo en cuenta que había personas que merecían ser castigadas por lo que le habían hecho a Scarlett.

Mientras el policía se disponía a marcharse, una nueva camilla ingresó al hospital: Fiona, la madre de Scarlett y Sienna, herida y gritando, era llevada a la sala de emergencias.

Jahir, consumido por la indignación, prometió en silencio que Fiona experimentaría un infierno en la tierra por su mano, una promesa que pensaba cumplir, pues él no olvidaba ni perdonaba.

Fue entonces cuando Sienna irrumpió en sus oscuros pensamientos, acompañada por Nayla y sus dos primos.

“¡¿Dónde está mi hermana?! ¡¿Cómo está Scarlett?!” preguntó desesperadamente.

Jahir, intentando mantener la calma, le explicó que estaba en urgencias y que debían esperar.

Ante la pregunta de si Scarlett estaba herida, Jahir respondió que, aunque no presentaba heridas aparentes, estaba inconsciente cuando la encontró.

Sienna, consumida por la ira y el deseo de venganza, preguntó si tenían a los responsables.

Hassan trató de calmarla, pero ella, necesitando saber la verdad, insistió. Jahir, tras recibir una señal de aprobación de Hassan, reveló la dura verdad:

Fiona y Margaret, la amiga de Scarlett, estaban involucradas en el secuestro.

Margaret había sido arrestada intentando huir y Fiona, herida de bala, estaba siendo atendida en ese mismo hospital.

Al escuchar la noticia, Sienna sintió un dolor desgarrador.

La traición de su madre la abrumó con una intensidad insoportable, haciéndola preguntarse cómo alguien podía albergar tal maldad.

Hassan le pidió que fuera fuerte, pero en ese momento, Sienna solo deseaba hacer justicia con sus propias manos.

Las puertas se abrieron y un médico informó que Fiona Mackenzie estaba lista para ser trasladada y que no necesitaba más cuidados aparte de las curaciones de la herida de bala.

Sienna, decidida, se acercó al policía y al médico, exigiendo ver a su madre. A pesar de la reticencia del oficial, Hassan intervino y Sienna pudo entrar a la sala donde Fiona aguardaba.

Al verla, Sienna solo pudo expresar el desprecio que sentía:

“Qué bajo caíste”.

Fiona abrió los ojos y la miró, solo para encontrarse con la mirada de rencor de su hija, Sienna, quien confirmó su identidad con un gruñido.

“No fue mi intención”, murmuró Fiona con rapidez, intentando justificar sus acciones diciendo que Dionisio la había obligado y que si no accedía, él amenazaba con vender a Scarlett al mejor postor. Pero Sienna no le creyó ni una palabra.

“Tienes que ayudarme, Sienna, solo fui otra víctima de ese hombre, yo no quería…” lloró Fiona, intentando apelar a la compasión de su hija.

Pero Sienna estaba lejos de sentir lástima o creer en su inocencia.

“¿Tampoco querías robarle las joyas que vendiste en el mercado negro para quedarte con el dinero? ¿No fue tu intención dejarla sin casa? No vengas a querer venderte como víctima inocente, porque jamás voy a creerte”, replicó Sienna con una mezcla de ira y desprecio.

“Soy tu madre”, intentó Fiona, buscando alguna conexión emocional que pudiera salvarla.

“Yo te habría perdonado todo en la vida, Fiona. Te habría perdonado que me obligaras a casarme con un extraño, que menospreciaras mi capacidad frente a la empresa de la familia, incluso que no amaras a mi padre como decías hacerlo, pero esto… esto jamás voy a perdonártelo y te prometo que no habrá segundo, minuto, día, mes y año que no lamentes haberle hecho daño a Scarlett”, sentenció Sienna con una firmeza que dejaba claro que no había vuelta atrás.

Fiona intentó gritar con desesperación al ver la decisión en los ojos de su hija y la seguridad de su promesa, pero fue en vano.

“Hasta nunca, Fiona”, dijo Sienna, saliendo de la sala mientras la policía entraba para llevarse a Fiona.

Los gritos de Fiona se mezclaron con el dolor de su hombro dislocado y la humillación de ser esposada y llevada a prisión.

Mientras tanto, Sienna fue recibida por Hassan, quien la abrazó y la llevó de vuelta a la sala de espera donde Jahir, Ahmed y Nayla aguardaban noticias de Scarlett.

La espera se hacía eterna para Jahir, cuya ansiedad era palpable en su constante ir y venir.

Cuando los gritos de Fiona se desvanecieron, un nuevo médico apareció.

“¿Familiares de Scarlett Mackenzie?”, preguntó.

Jahir y Sienna respondieron al unísono, ansiosos por saber sobre el estado de Scarlett.

El médico les informó que su estado era delicado debido a la severa deshidratación que había sufrido, lo que podría llevar a complicaciones graves, especialmente porque estaba embarazada de diez semanas.

El impacto de la noticia dejó a todos en la sala en un silencio sepulcral.

Jahir, en shock, apenas podía procesar la información de que iba a ser padre y que tanto Scarlett como su bebé estaban en peligro.

“Haga lo que tenga que hacer doctor, pero necesito que los dos estén fuera de peligro”, urgió Jahir, su preocupación por Scarlett y su hijo eclipsando todo lo demás.

El médico aseguró que haría todo lo posible antes de retirarse, dejando a Jahir rezando por la salud de su familia.

La revelación del embarazo de Scarlett trajo consigo una mezcla de emociones, pero también la determinación de Jahir de hacerse responsable por su bebé y su novia.

Sienna, superada por la noticia, confrontó a Jahir con una mezcla de enojo y sorpresa.

“¡Eres un…!”

“Un hombre enamorado”, le interrumpió Jahir a Sienna, quien dejó de luchar al escuchar su respuesta.

A pesar de la advertencia en su voz, Sienna sabía que primero debía hablar con Scarlett.

Tenían mucho que discutir, especialmente sobre por qué no le había contado nada acerca de lo que estaba sucediendo con Jahir.

Nayla, sintiéndose culpable por los eventos que siguieron a su llegada, se disculpó con Jahir, quien rápidamente la liberó de cualquier culpa, asegurándole que lo sucedido con Scarlett había sido obra de personas muy cercanas a ella y que hubiese sido imposible prevenirlo.

Ahmed pidió a Nayla que regresara con él justo cuando una enfermera autorizó a Jahir para ver a Scarlett.

Sienna quiso ir primero, pero Jahir, con calma pero seriedad, explicó que como novio y padre del bebé que Scarlett esperaba, necesitaba verla y asegurarse de que ambos estuvieran bien.

Hassan convenció a Sienna para que dejara a Jahir pasar primero.

Mientras tanto, Scarlett se encontraba confundida y aturdida en su habitación de hospital, intentando recordar cómo había escapado de su madre y sus cómplices.

Su memoria comenzó a aclararse cuando Jahir entró en la habitación, con su rostro pálido y un vendaje en su brazo.

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