La enfermera del CEO
Capítulo 74

Capítulo 74:

Él asintió y procedimos a hacerlo.

Una vez dentro de la casa, Alec avisó que iría primero donde su esposa a explicarle la situación.

La última vez que me quedé, nadie se enteró de ello, pero esta vez no puedo pasar desapercibida.

«¿De qué se trata todo esto, Mads?», preguntó Patrick otra vez.

«La curiosidad te está comiendo, ¿Verdad?»

Me eché a reír, notando que se sonrojaba un poco.

«No seas mala, dime ¿Qué pasó? El señor Fairchild me dijo que habías tenido un incidente, y veo, por tu cara, que no fue algo ‘leve’ como explicó por teléfono.»

«Para resumirte el cuento, me robaron. Ahora Alec quiere que me quede en su casa, por precaución.»

«¡¿Qué?! ¡¿Cómo que te robaron?! ¿Por eso estás golpeada?»

«Tranquilízate, no es tan grave como se ve.»

«Bueno, me parece que no te has visto en un espejo entonces,» comentó Patrick mientras me acercaba a uno de los espejos redondos de la sala de descanso.

Al verme en el espejo, dejé escapar un jadeo de sorpresa al ver lo inflamada que estaba mi mejilla derecha.

«¡Por Dios! No se sintió tan fuerte el golpe cuando me lo dio.»

«Me sorprende que no estés chillando del dolor, eres bastante resistente,» dijo Patrick con asombro.

«Oh no, sí me duele. Es solo que he estado tan preocupada pensando en otras cosas que no he reparado en ello.»

Alec y su esposa volvieron juntos desde el pasillo que daba a su habitación.

La cara de ella solo dejaba entrever que estaba molesta por la situación.

Cuando me vio, se sorprendió por la herida en mi rostro.

«¡Oh! ¿Se encuentra bien?», preguntó.

«Sí, solo me duele un poco. Alec me dijo lo que le pasó. No suelo dejar que mis empleados se queden a pasar la noche aquí, el único al que se lo permito es a Patrick, pero puedo hacer una excepción por usted, debido a la gravedad del asunto,» explicó.

«Su esposo está exagerando, en realidad no es para tanto»

Traté de minimizar la situación.

«Madison en realidad está siendo muy modesta ante la situación»

Intervino Alec.

«Por supuesto que es necesario, ¿Cómo podrías pasar la noche en un lugar tan inseguro? Es mejor que te quedes aquí.»

«Estoy de acuerdo con él,» respondió la esposa.

«Esos ladrones podrían volver.»

«Opino igual,» dijo Patrick.

Todos volteamos a mirarlo, y él se encogió sobre sí mismo, como si con la mirada lo hubiéramos mandado a callar.

«Muy bien, entonces, todo arreglado. Te quedarás aquí hasta que encuentres otro departamento como dijiste,» concluyó Alec.

«Ven, te mostraré donde puedes quedarte,» dijo la esposa, tomando ligeramente mi brazo y conduciéndome por el pasillo hacia la misma habitación en la que me quedé la primera vez que Alec me dio la oportunidad.

Por supuesto, fingí sorprenderme como si nunca la hubiera visto.

«Aquí puedes quedarte,» indicó.

«Muchas gracias, señora Jennifer”.

«Madison,» pronuncia mi nombre con desdén.

Se acerca a mí y me sujeta del brazo con más fuerza de la que debería.

«No sé qué te llevó a mentirme en la entrevista, no creas que si no te he dicho nada es porque lo he dejado pasar. No me gusta que me mientan, ¿Lo entiendes?»

«¿Qué?» me quedo atónita.

«Deja de hacerte la inocente con Alec, como si no rompieras ni un plato. Y mucho cuidado con lo que te piensas que traes con mi marido,» amenaza.

«Disculpe señora, pero creo que está un poco confundida. Yo no me traigo nada con su marido. Lamento haberle mentido en la entrevista»

Añado al final.

No entiendo a esta mujer, creí que quería deshacerse de él, pero ahora parece celosa de mí y lo que él hace.

A menos que esto sea puro teatro.

La silla de ruedas se escucha por el pasillo así que me suelta y finge una sonrisa.

«Espero que sea de tu agrado la estancia y que te recuperes pronto.»

Sale de la habitación dejando a Alec en la entrada.

Es increíble hasta dónde puede llegar la hipocresía de esa mujer.

Dudo mucho que realmente le importe si es que pasase algo entre nosotros, aunque no es así, por supuesto.

«¿Estarás bien?» pregunta Alec.

«Sí, gracias por dejarme quedarme.»

«No es nada,» asegura.

«Me iré para que descanses entonces.»

«Espera, con todo esto, olvidé preguntarte para qué habías vuelto al departamento.»

«¡Oh! Es cierto, lo había olvidado yo también. Volví para decirte que tengo una gala benéfica la próxima semana, y tenías que ir preparándote. Debo asistir.»

‘¿Eso era todo? ¿No podía esperar a después?’ pienso para mí misma.

«Si lo pones así, no suena tan urgente,» respondo con una risa.

Alec se va de la habitación dejándome sola.

Me siento en la cama y recién entonces comienzo a sentir el dolor en el rostro.

«Será una larga semana,» sentencio.

POV Alec

Madison ya tiene un par de días viviendo en mi casa de manera oficial, y las cosas han ido bastante bien a decir verdad.

Por suerte la hinchazón de su rostro había empezado a bajar, pero todavía se veía un poco mal.

Mi esposa por otro lado, se ha vuelto más distante aún de lo que ya estaba.

Creo que todo este tiempo he querido autoconvencerme de que las cosas están bien, pero es claro que no puedo seguir ignorando estos desplantes de Jennifer sin más.

Aunque, para ser completamente honesto, desde que Madison está aquí, mi mente ha dejado de divagar demasiado en ello.

Jennifer ya casi no aparece en mi mente con la misma frecuencia que antes, algunas veces incluso olvido que ella en realidad vive en la casa.

Y es que casi ni la veo ya.

Esta tarde, mi enfermera está terminando de hacer los ejercicios terapéuticos para evitar la atrofia de los músculos.

“Madison, ¿Qué te parece si vemos una película?” sugiero.

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