La enfermera del CEO
Capítulo 63

Capítulo 63:

No disimulo mi sorpresa ante esa revelación. Nunca creí que el señor pensara de esa manera de la esposa de su nieto.

La intuición me dice que debería quedarme y no seguirlo, pero la curiosidad puede más.

Además, tal vez las sospechas del hombre no sean tan prejuiciosas, después de todo, yo misma he sido testigo de sus alcances.

Espero a que Thomas entre primero, y le doy un espacio de tres minutos para luego entrar yo sin que nadie me vea.

Adentro se escucha la discusión que ya están teniendo esos dos.

Me asomo desde una esquina en el recibidor.

Un gran muro me protege de ser vista por ellos.

La esposa está furiosa sacudiendo los brazos de manera acusatoria. Alec la mira desde abajo en su silla con una expresión preocupada.

“¡¿Qué tan tonta me crees que soy?!”, exclama la esposa.

“Es la verdad, no te lo dije antes porque no quería que te la agarraras con la pobre enfermera. Yo asumo toda la responsabilidad de haberlo ocultado, así que no tienes que ensañarte con ella, ¿Ok?»

Se encoge de hombros, tratando de defenderme.

No debí mentir de esta manera, ahora por mi culpa él está en este embrollo.

“¿Ensañarme? ¡Ay Alec por favor! Supongamos que lo que dices es verdad, entonces ¿Por qué estás tan preocupado por visitarla y llevarle regalos al muchachito? Ni siquiera hiciste eso por los hijos de mi hermana.»

“No metas a los hijos de tu hermana en esto Jennifer. Sabes bien por qué no soy igual de considerado. Tu familia me detesta.»

“¡Porque te comportas como un completo idiota con ellos! Pero claro, con la enfermera sí vas, incluso aunque me dijiste y me juraste que salir si quiera a la esquina en tu condición era un martirio. ¿De verdad está celosa? ¿O solo está haciendo todo este teatro para quedar como la víctima?”

“Jen, solo estoy haciendo un gesto amable, nada más.»

“¿Sabes que ella es lesbiana? ¿O eso también será una mentira?»

Pego mi frente contra la pared cuando recuerdo eso.

Había olvidado que le dije esa pequeña mentira para salir del paso. Alec enarca una ceja y suelta una carcajada.

Me alegra que al menos se lo tome con humor.

“Bueno no le he preguntado sus preferencias sexuales, mi amor. No creo que eso deba importarme.»

“Alec Fairchild, no juegues conmigo”, advierte.

“No lo estoy haciendo.»

“Si me eres infiel, quiero el divorcio de inmediato, no voy a quedarme al lado de alguien que no me respeta. No creas que soy como esas mujeres que soportarán todo por amor”.

De repente, el abuelo entra aplaudiendo de manera cínica.

Tanto Alec como ella voltean a mirarlo.

“¡Qué espectáculo has dado, Jennifer Martin! Casi me conmueves”, ironiza.

“Abuelo por favor vete, esto no es asunto tuyo”, dice Alec con fastidio.

“No me voy a ir, y claro que es asunto mío, porque esto es lo que he estado esperando desde que te casaste con esta mujer”.

“¿De qué estás hablando ahora? Has perdido la cabeza”.

“¿Acaso no te das cuenta? Esta mujer solo busca la mínima oportunidad para acusarte de infiel y así quedarse con la mitad de tu fortuna ¡abre los ojos hijo!”, exclama con tono suplicante.

Me quedo en shock ante esa revelación.

Entonces ¿eso es lo que ha estado buscando esa mujer todo el tiempo?

“¿Vas a dejar que me acuse de esa manera?”

Cuestiona Jennifer.

Alec se frota los ojos con dos dedos y suspira.

Voltea su silla para mirar a Thomas, que parece echar espuma por la boca o exhalar humo de la rabia.

“Abuelo, por respeto a ti no puedo insultarte, así que te pido por favor que te retires”.

“Me iré sin que me quede nada que decir, y que conste que te lo advertí aquel día cuando ella pidió agregar esa cláusula en el contrato prenupcial. Esta mujer no te ama, solo busca tu dinero. ¡Mira, mira lo que ha hecho! Te puso las maletas en la puerta solo por malinterpretar las cosas con Madison.»

“Fue una confusión, tengo derecho a protegerme,» se defiende ella.

“Tal y como le dije aquella vez hace cinco años. Yo estoy dándole mi tiempo, mi vida y mi corazón a Alec. Si él me ama como dice, no puede negarse a que yo me proteja con esa cláusula.»

“Abuelo, ¡basta ya! Vete por favor,» ordena Alec.

Vuelvo a ocultarme tras la pared del vestíbulo.

No era mi intención enterarme de todo esto, pero ahora que lo sé, creo comprender más las cosas.

Ahora veo que Liam tenía razón.

Sí había segundas intenciones tras mi contratación, tras esa suma astronómica por cuidarlo.

¿Cómo podría seguir trabajando con él después de esto?

Tan solo fui un peón en el plan de esta maquiavélica mujer para engañar a su marido y quitarle el dinero.

Si yo fuese una mala persona, diría todo lo que sé a Alec, pero veo en sus ojos el amor que siente por ella, lo destrozaría si supiera la verdad.

Él nunca le será infiel por mucho que ella lo desee.

No obstante, sé que no puedo decírselo.

He guardado el secreto mucho tiempo y ahora no sé qué hacer.

Los tres discuten un poco más, pero yo no me quedo a escuchar el resto de la conversación.

He hecho suficiente daño.

Vuelvo al auto y pretendo que me he quedado ahí todo el rato.

A los pocos minutos vuelve el abuelo más enojado que antes. Se sube y me mira esperando a que yo le diga algo.

“¿Te quedarás o te irás?», pregunta.

“Es mi día libre, volveré a la fiesta de mi hijo,» respondo.

“Muy bien, te llevaré de vuelta.»

“No es necesario, creo que tomaré un taxi,» digo mientras me bajo antes de que él insista.

Cuando cierro la puerta, él me llama.

“Madison.»

Volteo a mirarlo a través de la ventana.

“Mi nieto no lo ve, pero sé que usted le hace mucho bien, confía en usted. ¿Cree que pueda hacerlo entrar en razón?»

“¿Disculpe? No comprendo a qué se refiere.»

“Tal vez no me haga caso a mí, pero a ti sí,» dice encogiéndose de hombros.

“Creo que subestima la influencia que tengo sobre su nieto, le aseguro que no va a escucharme más de lo que lo escucha a usted.»

“Quizás, creo que ni tú misma te das cuenta de ello. Me hubiera gustado que se conocieran antes, tal vez ahora estaría contigo y no con esa mujer.»

Me sorprendo al escuchar esas palabras.

¿De verdad su abuelo me ve como un prospecto de pareja para su nieto?

“¿Qué?»

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