La enfermera del CEO -
Capítulo 157
Capítulo 157:
Dejo que Tania comience a hacer el trabajo de dama de honor, es decir, peinarme y maquillarme. Ella misma se había ofrecido gustosa.
No le puse objeciones porque sé que lo hace muy bien.
La escucho hablar y hablar durante la hora que demora arreglándome, sin embargo, es como si mi cerebro no pudiera procesar nada de lo que me dice.
“Madison, ¿Madison? ¿Estás bien? Pareces catatónica.”
“¿Ah?”
“No te ves nada bien, estás pálida y eso que te acabo de poner rubor.”
“Lo siento Tania, es que…” suspiro.
“… no puedo hacerlo.”
No quiero llorar porque ella ha hecho un gran trabajo con el maquillaje y no deseo arruinarlo. Intento contener el llanto, pero me es muy difícil.
Tania se arrodilla frente a mí y toma mis manos.
“Es normal tener miedo antes de un gran paso como este, no te preocupes. Ya verás que todos esos nervios se te pasarán cuando estés en el altar y hayas dado el sí.”
“¿Y si eso no es lo que quiero? ¿Y si estoy cometiendo un gran error?”
No se me olvida que Liam me mintió anoche, es obvio que oculta algo, pero, aunque eso no sea motivo suficiente, no puedo vivir toda mi vida buscando excusas para eludir mis responsabilidades.
Por una vez en mi vida debería poder ser capaz de pensar en mí y no en los demás, tal y como me dijo Alec hace un tiempo.
“¿No quieres casarte con él?”
“No lo sé. Creo…”
Antes de que pueda terminar de hablar, el timbre de su casa suena. Me pide que la espere ahí y se va. No necesito salir a ver quién es, porque cuando abre la puerta, escucho la voz de la madre de Liam afuera.
Ya ha llegado.
¡Demonios!
¿Cómo puedo cancelar todo a última hora cuando ya están aquí?
Me trago mis ganas de llorar y pongo mi mejor sonrisa, esto es lo que escogí y debería continuar hasta el final.
Busco el hermoso vestido blanco que compré y empiezo a vestirme.
Tania regresa a la habitación y me ayuda con el cierre. No dice nada más porque al verme vistiendo, asume que ya estoy mejor.
Una vez lista, salgo a la sala donde la madre de Liam me ve y de inmediato sonríe.
Es una buena señora, un poco subida de peso, y con una sonrisa encantadora. Me abraza inesperadamente y sujeta mis mejillas.
“Te ves hermosa».
“Gracias señora Neeson».
“Espero que mi hijo y tú puedan ser felices. Te voy a ser sincera, no estaba muy convencida de esa relación, pero él ya es adulto y sabe lo que hace».
No sé si eso es una aceptación o un reproche, de cualquier forma, me alegra que al menos intente llevar la fiesta en paz.
Sin darme cuenta, la hora llega.
Un auto especial viene por nosotras para llevarnos a la iglesia, y realmente me doy cuenta de que ya no hay marcha atrás.
El lugar ya está casi lleno con todos los invitados.
No son demasiadas personas.
Espero ver al menos a Patrick, porque le envié una invitación, pero no está, imagino que debe encontrarse en el juzgado con Alec.
Mi padre y mi pequeño hijo están muy lindos con sus smokings. Caleb corre a darme un abrazo al verme y me dice que estoy muy hermosa.
“Tienes que esperar en esta habitación, y Liam estará dentro en el altar», indica Tania.
Esto no lo ensayamos, pero no debería ser tan difícil ¿O sí?
Cometo el error de asomarme por la rendija de la puerta. El altar, el padre listo para dar la ceremonia y los invitados, todo esto no es lo que quiero.
De pronto siento que me falta el aire y comienzo a hiperventilar.
Busco sentarme en una silla, pero lo mucho que llego es a apoyarme en la pared. Intento calmarme, contar del uno al diez, sin embargo, nada me funciona.
Un torrente de lágrimas escapa de mis ojos sin que las pueda contener. No puedo hacer esto, no quiero casarme con Liam.
Escucho que la puerta se abre detrás de mí, mas, no volteo a ver de quién se trata.
“Madison».
“Liam, ¿Qué haces aquí?» pregunto sin mirarlo. Si me ve así, le romperé el corazón.
“Tengo que hablar contigo».
Levanto la cabeza e intento limpiarme un poco las lágrimas antes de que me vea. Al voltear, él se sorprende de verme así.
“¿Qué ocurre?»
“¿Qué quieres decirme?»
«Antes de hacer esto, tengo que decirte la verdad. No puedo casarme contigo si sé que te estoy mintiendo».
Liam, desconcertado, pregunta:
«¿Qué?».
Toma un gran suspiro y se sienta frente a Madison, extiende su mano para que lo acompañe a su lado.
Primero limpia las lágrimas de Madison y le regala una sonrisa.
«¿Recuerdas que me dieron de baja?» pregunta.
Asiento y no digo nada, espera a que continúe.
«Te mentí en las razones. No fue por problemas con la autoridad local, en realidad yo…»
Las manos de Liam comienzan a temblar y tiene que sujetarse a sí mismo para controlarse.
Lo miro con la duda reflejada en su semblante, sabía que le estaba mintiendo, pero no así.
«¿Qué sucede? ¿Qué hiciste?», pregunto.
Liam explica.
«No quiero buscar justificaciones, pero allá en la guerra se ven cosas horribles, necesitaba algo para borrar eso de mi mente, aunque fuese un rato, y yo… Bueno, me dieron de baja porque me atraparon consumiendo.»
«¿Dr%gas?», pregunté, incrédula.
«Sí», responde Liam.
«Liam, no sé… no sé qué decirte» dije consternada.
«No me digas nada, sé que soy una decepción para ti y para todos”, admite Liam avergonzado.
«No, no lo eres» lo contradigo..
«Sí lo soy, porque no solo te mentí en eso. También en las razones por las que adelanté tan rápido la boda. Antes de irme le quedé debiendo a un tipo muy peligroso.»
«¿Gibso?», pregunta Madison temiendo la respuesta.
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