La enfermera del CEO
Capítulo 143

Capítulo 143:

«Deberíamos llamarlo», sugiero de repente, sintiendo la necesidad de compartir este logro con mi abuelo.

«Mmm, pero más tarde, todavía es de madrugada en Texas», responde Patrick con calma.

Pensar en mi abuelo me recuerda el juicio contra la empresa fabricante de la silla eléctrica que se lleva a cabo hoy.

Aunque delegué la responsabilidad de manejarlo a otros, todavía siento la inquietud de no estar presente como demandante.

Mi abuelo tampoco me ha llamado para informarme sobre cómo van las cosas, ni sobre el tema de Jennifer.

He intentado apartar estos pensamientos para concentrarme en mi recuperación, pero no puedo ignorarlos por completo.

Especialmente cuando viene a mi mente Madison.

«Muy bien, continuemos entonces», digo, decidido a seguir adelante con mi rehabilitación.

Doy unos pasos, sintiendo cómo mis piernas tiemblan ligeramente.

Patrick hace un ademán para sostenerme, pero lo rechazo con un gesto de cabeza.

«No, tengo que lograrlo»

Afirmo con determinación.

«Está bien», responde Patrick, apoyándome en mi decisión.

A pesar de los desafíos, continúo con mis ejercicios, sintiéndome como un bebé que aprende a caminar de nuevo.

Llego al final de la barra antes de regresar a mi silla de ruedas, sintiendo una mezcla de agotamiento y satisfacción por los logros alcanzados.

Después de un rato, nos dirigimos a la cafetería del hospital para almorzar.

Las noticias positivas sobre mi recuperación me llenan de esperanza y entusiasmo por el futuro.

«Son excelentes noticias, Patrick. La doctora dijo que todo en mi cuerpo está respondiendo bien. Solo dos semanas más aquí y podré irme», comparto con emoción mientras disfrutamos del almuerzo en el hospital.

«¿Por qué tanta prisa por volver? Este lugar es tan hermoso. No quisiera irme nunca», admite Patrick, dejando su plato en la mesa.

«Sabes que he dejado cosas sin resolver allá. Si me quedo, parecería que estoy huyendo de mis problemas», respondo con sinceridad.

«Es cierto, lo cual me recuerda que no hemos llamado a tu abuelo», señala Patrick.

Sus palabras me hacen recordar la importancia de informar a mi abuelo sobre el juicio.

Rápidamente, busco mi teléfono y lo llamo.

Después de tres tonos, contesta.

«Abuelo, ¿Cómo estás? ¿Cómo va lo del juicio?», pregunto con ansiedad.

«Hola, Patrick. ¿También me acusas de no confiar en ti?», responde sarcásticamente.

«No me has llamado para informar», replico.

«¿Acaso no confías en mí? Ya te dije que todo está bajo control. El juicio empieza en una hora, pero ya estamos aquí en el juzgado»

Asegura mi abuelo.

«¿De verdad no me necesitan?», inquiero, sintiendo un poco de alivio al escuchar que mi ausencia no es crucial para el proceso.

«Tu declaración ya fue hecha, no haces falta. Además, el juez ya sabe que estás en Sulza haciendo tu recuperación. No te preocupes, el hecho de que estés allá ayuda un poco al caso en realidad», explica mi abuelo.

«Me gustaría poder verlo», confieso, deseando estar presente para apoyar a mi abuelo y seguir de cerca el desarrollo del juicio.

«Céntrate en tu recuperación. ¿Cómo va?»

Cambia de tema mi abuelo.

«Ya puedo caminar, poco, pero puedo moverme por mí mismo», respondo con una sonrisa en los labios.

Escucho la sorpresa y felicidad en la voz de mi abuelo ante mi progreso. Sin embargo, su tono cambia cuando le pregunto por Jennifer.

«Ah, bien. Tus abogados y los suyos no hemos llegado a un acuerdo, así que iremos a juicio. Ya está fijada la fecha, será el veintinueve de diciembre», informa mi abuelo.

«¿Qué? Eso es en dos semanas», exclamo sorprendido.

«Tranquilo, yo lo solucionaré», intenta tranquilizarme.

«No, estaré allí para ese día. De todos modos, la recuperación habrá acabado para entonces», afirmo con determinación.

Mi abuelo parece contradecirme, pero mi atención se desvía cuando escucho claramente la voz de Madison al fondo de la llamada.

Mi corazón se acelera al pensar en las posibilidades.

¿Por qué está ella en el juzgado?

De repente, recuerdo que ella estuvo conmigo ese día.

Tiene sentido que mi abuelo la haya llamado para servir como testigo, pero no se me había ocurrido esa posibilidad.

«¿Me escuchaste?», pregunta mi abuelo, sacándome de mis pensamientos.

«Abuelo, ¿Quién está ahí contigo?», pregunto con urgencia.

“Ah, nadie. Tengo que colgar, ya me está llamando Viktor. Todo saldrá bien, no te preocupes», responde mi abuelo antes de colgar abruptamente.

Patrick ha estado mirándome con intriga todo el rato, en especial cuando me quedé en shock.

…

POV Madison

«¿Todo bien?», pregunta con preocupación.

«No lo sé, necesito verificar algo», le respondo mientras busco mi declaración jurada.

Ni mi padre ni Liam están de acuerdo con que yo haga esto, pero ya tomé mi decisión y debo cumplirla sin importar nada más.

Aunque no me apoyen, decidieron acompañarme al menos hasta donde los dejen pasar.

Tuve que hacer una rápida búsqueda en internet para saber cómo debería vestirme para algo así. No creo haberlo hecho muy bien, pero es lo mejor que pude lograr en pocas horas.

Me pone nerviosa pensar que tendré que enfrentarme a un montón de desconocidos que seguramente me mirarán con ojos juzgadores debido a las infamias de esa mujer.

Tampoco sé si Alec se aparecerá.

Su abuelo nunca me dijo qué está haciendo o dónde está, y eso también me pone bastante nerviosa.

Los tres bajamos del taxi frente al imponente edificio de estructura solemne y antigua.

Una gran cúpula cubre la torre más alta, donde se alza la bandera del país y la de Texas.

Trago en seco, mis manos sudan y realmente estoy nerviosa por el resultado de hoy. Aunque el abuelo me haya dicho que le conviene perder, no sé si eso me tranquiliza.

Caleb por suerte se quedó en el colegio, así que mi padre está conmigo. Tendrá que irse más temprano de todos modos, para poder recogerlo.

«¿Estás lista?», pregunta Liam tomando mi mano.

«Sí», respondo, aunque sigo preocupada por lo que descubrí en la llamada de mi abuelo.

Subimos las escaleras hasta dentro, donde hay un montón de personas.

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