La enfermera del CEO -
Capítulo 141
Capítulo 141:
«¿Testigo?»
«Solo tendrás que decir lo que pasó. Que estabas con él cuando la silla perdió el control y cayó al vacío. Nada más», explica el abogado.
«Pero ¿Siguen pensando que fue un accidente?»
Los dos se miran a la cara cuando pregunto eso.
Sé que el abuelo sospecha de que no ha sido así, creí que iba a dirigir la investigación hacia otro lado.
«Sí, ese es el enfoque con el que estamos”.
Miro al abuelo de Alec con ganas de decir todo lo que pienso, pero no sé si sea prudente hacerlo ahí frente al abogado.
Él se da cuenta de mi mirada y niega levemente con la cabeza.
«No sé si yo sea la más indicada para declarar, con todo esto que pasó».
«Lo sabemos, pero tú has sido la única testigo presencial del hecho»
Insiste el abogado.
«Yo te llamaré para que testifiques lo que pasó, no mencionaré nada del otro tema. Sin embargo, puede que el abogado de la empresa quiera sacarlo a la luz. Intentaré objetar si quiere desviar las preguntas para favorecerlo, no te preocupes».
«Él es el mejor abogado de Austin, te aseguro que no sucederá nada malo. Dime por favor que lo harás, debemos presentar los papeles para que estés como testigo oficial en el juicio, sin eso no tendré muchas opciones», suplica Thomas.
«¿Y qué hay de Alec? Él es el principal testigo, ¿No?»
Se me acelera el corazón solo de pensar que voy a tener que volver a verlo.
“Alec no va a estar disponible por el momento. Todo lo manejaremos Viktor y yo».
Me muero de ganas por preguntarle el motivo.
Pero no quiero parecer desesperada.
Ni demostrar que me importa demasiado saber de su paradero. Me pregunto si la verdadera razón es porque estoy yo aquí.
«Quizá no quiera ni volver a verme y yo estoy como una tonta pensando en que le ha pasado algo malo».
“Bueno, en ese caso, está bien. Acepto».
“¡Excelente! Viktor te hará fimar unos documentos y te va a explicar más o menos cómo será la declaración. Estarás frente a un jurado, pero no te preocupes, todo va a salir bien».
Por alguna razón eso no me tranquiliza en lo absoluto.
Nunca en mi vida he pisado una corte, mucho menos he estado en un estrado declarando ante un jurado.
Solo de pensarlo, me da un miedo terrible.
Tal y como dijo el abuelo, Viktor me hace firmar unos papeles y me explica grosso modo sobre cómo será el juicio.
La verdad es que lo escucho hablar, pero no entiendo ni una sola palabra de lo que dice. Asiento a todo, aunque no haya comprendido nada.
Cuando termina, Thomas se ofrece a acompañarme a la salida.
“De nuevo, te doy las gracias por haber venido, y también quería pedirte disculpas en nombre de la familia por todo lo que pasó con Alec y esa mujer».
“Gracias, la verdad sí ha sido duro, pero quiero dejar eso en el pasado».
De pronto, se acerca a mí y pone una mano en mi hombro.
“Para serte honesto, yo todavía creo que eso de la silla no fue un accidente», susurra.
«Pero Alec no tiene idea de eso, y si en el juicio la empresa logra probar que fue manipulada de alguna forma, eso nos conviene para abrir una investigación diferente».
“No lo entiendo, ¿Por qué no va de frente con ese enfoque entonces?»
«Porque todavía no ha salido el análisis de la silla y ya todo está muy avanzado para cambiarlo. Sé que podríamos perder este juicio, pero quizá me ayude para lo demás».
“¿Lo demás?»
“Oh sí, es verdad que no lo sabes. Jennifer y Alec irán a juicio. Ella quiere quitarle la empresa y más del cincuenta por ciento de su fortuna, pero como que me llamo Thomas John Fairchild Page, no dejaré que esa mujer se quede ni siquiera con un centavo».
“Aprovechando eso, quisiera disculparme yo también», le digo.
Eso provoca que voltee a mirarme con sorpresa.
«Indirectamente tengo culpa de que ella ahora esté haciendo todo eso. Se aprovechó de una foto sacada de contexto, además, yo sabía que ella estaba intentando hacer todo eso y no dije nada. Es mi culpa», confieso.
«¿Tú lo sabías?»
«En las primeras noches que entré a trabajar, fui testigo de que ella metió a una mujer a la casa para tomarse fotos con Alec mientras él estaba inconsciente».
“¡¿Qué?!”, exclama bastante alto.
«Creí que Alec se lo había contado».
«No, esa parte la omitió».
“Además también la vi con un amante y…».
«Mmm, eso no me sorprende»
Asegura ya más tranquilo.
Parece que el abuelo también sabe sus cosas.
«¿Viste de quién se trata?»
“No, pero Alec me dijo de quién sospecha”.
“¿Quién?”, pregunta.
Nos detenemos en la entrada del bufete.
Me quedo en silencio, no sé por qué Alec no le dio toda esta información a su abuelo.
Es extraño.
«Por favor, dilo, cualquier información es de utilidad para poder vencer a esa mujer».
«Él cree que es Mason».
“¿Mason? ¿Mason Rees? ¡Vaya! Eso sí que no me lo esperaba. ¿Qué le hace pensar que es él?”
“No lo sé, eso no me lo dijo”.
“Gracias, Madison, no te imaginas cuánto me has ayudado hoy. Con esta nueva información, creo que podré hundir a esa mujer de una vez por todas”.
La mirada maquiavélica en sus ojos me hace estremecer.
No quisiera tener a este señor de enemigo nunca.
Nos despedimos y cada uno toma su lado.
Me pone nerviosa saber que tendré que declarar en un juicio dentro de dos días, pero creo que es un favor que le debía a Alec y su familia.
Tomo un taxi para volver a Blanco, por hoy creo que han sido suficientes emociones.
Lo de esta mañana se siente tan lejano, como si hubiera ocurrido en otro momento de mi vida.
Por un lado, voy a casarme, pero por el otro, estoy aún involucrada con Alec Fairchild.
No sé si a Liam le gustará la idea de que haga esto; no obstante, ya me comprometí, no puedo darles la espalda ahora, no mientras cuenten conmigo.
…
El viaje de vuelta se me hace rapidísimo, incluso creo que me quedo dormida en algún punto.
Cuando llego a la casa, veo las luces encendidas.
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