La enfermera del CEO -
Capítulo 135
Capítulo 135:
“Nada, solo yo,» toma aire y vuelve a exhalarlo, aprieta los puños por un momento y después de calmarse, me mira.
“Tuve problemas con las autoridades locales de allá, y también me atraparon incumpliendo algunos protocolos de seguridad. Pero te juro que lo hice por una buena razón.»
“Las razones no importan, ¿Por qué creíste que tenías que ocultármelo?»
De pronto, Liam comienza a sollozar. No me esperaba que tomaría esa actitud. Ahora me siento aún más terrible por querer usar esto como excusa.
“No quería decepcionar a nadie. Ni a ti, ni a Caleb, ni a mis padres. Sabes que para mi papá el que yo esté en el ejército es su orgullo. Él es un militar condecorado. Cuando se entere de esto, no volverá ni a mirarme a los ojos.»
“¿Y así quieres mudarte a su condado?»
“Pensé que si nos casamos y llevamos a Caleb, tal vez se les despierte el cariño de abuelos. Además, tendremos nuestros propios hijos.»
Abro los ojos hasta el límite cuando dice eso.
Ni siquiera se me había ocurrido pensarlo.
“¿Qué pasará ahora?”, pregunto.
“Tendré que ir a esta citación. Es algo administrativo, por fortuna no me pusieron una corte marcial o estaría en más problemas. Tal vez deba pagar una multa o algo así”.
Liam se pone de pie y toma mis manos entre las suyas.
“Madison, por favor, no tomes decisiones apresuradas por esto. Dime que todavía quieres casarte conmigo”.
Mis labios titubean ligeramente antes de responder:
“Claro que sí”.
Por otro lado, a Alec le ha sido imposible sacar a Madison de su cabeza, no importa lo que haga.
No puede dejar de pensar en ella y el encuentro con su prometido.
No pasó por alto que notó ese gran anillo en su dedo.
Al parecer, la pedida de mano va muy en serio.
Tenía la esperanza de que la visita de su hijo la hiciera reflexionar, quizá pensar en lo que en verdad quiere, sin embargo, ya han pasado un par de días desde ese encuentro y no ha sucedido nada.
Creo que es mejor que abandone sus esperanzas y se concentre en resolver su futuro.
“¡Alec!”
Llama su abuelo, que está sentado a su lado mientras hablan con el abogado.
“¿Ah?”
“Te pregunto si piensas hacer algo al respecto con los directivos de la empresa. Cuando la recuperemos, podríamos cambiar a todos los que nos traicionaron, empezando por Leone”.
“Ah, sí, por supuesto”.
“En cuanto a las exigencias que ella mandó con sus abogados, ¿Qué respondo?”, pregunta Viktor.
“Nada todavía, hazle largas, no sé, retrasalos todo lo posible”, dice su abuelo.
Ambos lo miran con incertidumbre. Es obvio que se trae algo entre manos.
“¿Qué es lo que te traes?”
“No puedo contártelo todavía, ya te lo dije. Solo ten paciencia, ¿Puedes retrasarlos?”, responde mirando al abogado.
“Lo intentaré, pero como le dije a su nieto, ellos van a presionar más fuerte, querrán irse a juicio”.
“Y si te piden eso, acepta, esto hay que llevarlo hasta las últimas consecuencias”
Su abuelo tiene esa mirada de fuego en sus ojos, como cuando estaba seguro de que un negocio le resultaría.
Alec se muere de la intriga por saber qué es lo que se trae entre manos, pero no se lo dirá hasta que sea algo cien por ciento confirmado.
“Por cierto, ¿Cómo vas con la demanda de los fabricantes de la silla de ruedas?”
Su abuelo hace una especie de gruñido ronco cuando menciona el tema.
“Oh, bueno, están haciendo las investigaciones correspondientes a la silla que encontraron, nuestra gente también, así que todavía no hay nada concreto”.
“¿Tanto se demoran?”
“El juicio será dentro de una semana”.
“Bien, estaré ahí para entonces”.
Salen de la oficina de Viktor, su abuelo lo acompaña hasta abajo donde Patrick lo espera para tomar el auto.
Antes de llegar al auto, su abuelo se detiene y se da la vuelta para mirarlo.
“Sé que estás pasando por algo demasiado estresante y horrible, pero no puedes negarme que estás mucho más distraído de lo usual”.
“Lo siento abuelo, es que tengo una idea dándome vueltas en la cabeza desde hace un par de días”.
“¿De qué se trata?”
“¿Recuerdas de aquel tratamiento del que me hablaste?”
“Sí, por supuesto que lo recuerdo. Si fuiste muy claro en que no volveré a insistirte sobre ello”.
“He estado pensando que tal vez sí debería intentar probarlo”.
Su rostro se ilumina con una gran sonrisa.
“¿Lo dices en serio?”
“Sí”.
“¡Es la mejor noticia que he escuchado en estos días!”
Exclama dando un brinco de felicidad. Alec no puede evitar reírse un poco por su reacción.
“Es solo una idea, tampoco he dicho que sí”.
“No, no, has dicho que sí”.
“Bueno, bueno… está bien”.
“Ya mismo te enviaré el número del doctor. Es el mejor en su clase, te aseguro que con ese tratamiento volverás a caminar de nuevo, Alec, recuperarás tu vida”.
“No creo que pueda hacer eso, mi vida hace mucho que se ha convertido en un desastre”.
“¡Bah! No te preocupes por esa arpía, mientras yo viva, no dejaré que nos destruya. Llama al doctor, prepara todo para viajar a ponerte el tratamiento, yo me encargo de todo aquí mientras no estás, solo debes firmarme un poder. Es más, volvamos ahora con Viktor”.
Alec lo ve tan agitado, hablando a una velocidad increíble.
Se echa a reír de nuevo.
“Espera, espera. No puedo irme ahora, tengo que solucionar primero todo este problema con Jennifer”.
“No pongas más excusas, no pierdas más tiempo Alec. Vete ahora”.
“¿A dónde dijiste que tengo que viajar?”
“A Suiza”.
“¡¿Qué?! ¡¿Suiza?!”
“Es el mejor lugar para que te lo hagas, ahí fue donde se originó el tratamiento”.
“Pero, ¿Viajar a Suiza ahora? No lo sé”
Su abuelo retoma el andar y lo empuja hacia el auto.
“No esperes más, no lo dudes más. Si ya has tomado la decisión, debes hacerlo. Patrick te acompañará”.
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