La boda del heredero -
Capítulo 78
Capítulo 78:
“En primer lugar porque no es el único que tiene oídos en todas partes; y en segundo porque todos estos cuestionamientos vienen marcados por una variante… ¿Cómo podrían cultivarse en suelos más arenosos? Si me permites… Creo que tiene planes de experimentar en otras tierras y todos esos nombres que dices que tienes en tu nómina… Son empleados de ese proyecto, solo que es difícil deducir dónde quiere probar suerte”
Escuchar aquella teoría en boca de otra persona en lugar de Adrien, Irina y yo… fue vergonzoso, por primera vez en mi vida realmente me sentía avergonzado de ser un Lefebvre.
“California” dije finalmente tras una fuerte respiración; el silbido de Hugo no me hizo sentir mejor.
“Napa Valley, ¿Eh? No, definitivamente no es ningún tonto. Pero ¿Cómo lo sabes?”
Le acerqué la carpeta que llevaba en las manos, que contenía la copia que había pasado a buscar a la oficina esa mañana con la lista de cuentas que transferían sus fondos a D’vine.
“Reconozco a unos cuantos, pero los demás no tengo idea… No son gente del pueblo, eso te lo puedo asegurar” dijo después de un rato tras leer toda la lista.
“¿El nombre de nuestro amigo de allá está en esa lista?”
“Curiosamente… No, pero te puedo decir dónde viven los demás” Le pasé una pluma para que lo anotara, sintiendo que no cabía en mí de la furia que me estaba dominando. “No entiendo qué pretende entonces… La mayoría de estos chicos apenas si saben que el vino se saca de la uva, ¿Por qué utilizar mano de obra así para iniciar su cosecha? Allá puede conseguir gente mejor, ¿No?”
“Probablemente la tenga, estos de aquí solo son una fachada, nombres ante el banco… Están sacando dinero de Lefev’s para financiar una nueva empresa en California”
“Joder… ¿Tu hermano está robando a la empresa familiar? Creí que solo intentaba hacer algo por su cuenta”
“No tengo certeza de que sea Damien” respondí de inmediato.
“¿Quién más si no? Él es quien trata de controlar todo por acá”
“No tengo certeza de que sea solo él”
Admití con pesar, haciendo que Hugo quedara perplejo.
“Vaya, Emmett… Lo siento, tu padre trabajó tan duro para…”, murmuró en voz baja, pero sus palabras se fueron apagando, confirmando lo que yo venía pensando, mi familia era un maldito asco.
“Lo sé, pero te aseguro que llegaré hasta el fondo de esto. Mi padre no puso su vida en estas tierras y en la empresa para que yo deje que la destrocen”
“No, ciertamente no lo hizo”
Me quedé en silencio, mirando hacia las vides…
Extensiones plantadas que se perdían en el horizonte, recordé cada momento vivido ahí, cada charla con mi padre…
Descubrí entonces que tenía el sueño de crear momentos así con Elliott, pensar que alguien me lo quería arrebatar me enfureció aún más.
“¿Por qué Irina no sabía nada de esto?” pregunté un minuto después, extrañado por la situación.
“Llegué a comentárselo, cuando todo empezó, pero tú aún no estabas estable, hablaban de trasladarte a París… ella no tenía demasiada cabeza para nada, se lo dijo a Damien y pues… él vino, intentó intimidarme, me amenazó para que dejara de ‘meterme en temas que no me conciernen’, según él, así que lo dejé estar, porque yo amo estas tierras tanto como tu padre, Emmett, pero amo mucho más a mi hija, y jamás la dejaré en segundo plano, así que callé… como sea no había nadie que pudiera ayudarnos”
“¿Qué te dijo? Sobre Irina”
Gruñí, sintiendo que aquella era la última gota que desbordaría el vaso, lo último que necesitaba para olvidar que aquel infeliz era mi hermano.
“Pues, realmente en la reunión no fueron muy específicos, pero me dijeron que no olvidara que Irina era uno de ellos ahora, que Elliott llevaría tu apellido, y que ellos tenían la ley en sus manos para torcerla a su gusto, que lo mejor era que me dedicara a cosechar uvas”
Sonrió con ironía.
“¿Fueron?”
Un sentimiento gélido se apoderó de mi pecho, temiendo lo que saldría de su boca después de eso.
“Fui llamado a la mansión ese día, Emmett…”
“¿Mi mamá estaba ahí también?” siseé empezando a sentir vértigo.
“Estaba toda la familia, incluida la señorita Paulette”
Cerré los puños y me sentí más traicionado que nunca, lo esperaba de mamá y Emmett, pero lo de Paulette me dejaba fuera de lugar; podía recordarla ese fin de semana jugando en el departamento de París con Elliott, aparentando quererlo tanto… sentí náuseas de inmediato.
“Gracias por aclararlo” murmuré, sintiendo que esa visita a la mansión que había querido evitar… indiscutiblemente se daría ahora, y haría retumbar los cristales del lugar.
“Señor Emmett, no sabíamos que vendría”
Me recibió Juliet cuando me vio entrar a la mansión.
Pasé por alto la prepotencia de la mujer al incluirse en la frase, como si ella fuese parte de la familia y yo le debiera algún tipo de obediencia.
“No avisé porque no pretendía venir, solo iba a resolver un asunto en los viñedos”
“¿Vino hasta Obernai y no visita a su madre?” preguntó escandalizada.
“¿Dónde está mi madre?” pregunté ignorando su entrometido comentario.
“No se encuentra, ha salido al club” Aquella respuesta casi me hace olvidar que era una mujer de edad y que yo era un caballero.
¿A qué diablos venía tanto drama unos segundos antes si igual mi madre no estaba en casa?
Cuando empezaba a lamentar la ausencia de mi mamá y meditaba si debía o no ir hasta el club a confrontarla.
Recordé entonces que mi problema ya no era solo con ella.
“¿Dónde está Paulette?”
“La señorita está en la piscina, ¿Quiere que…?”
“No, ya puedes retirarte” le corté mientras empezaba a caminar hacia el jardín.
“¡Pero seguro no quiere que…!”
“No, Juliet; no quiero que hagas nada. Tengo cosas que hablar con mi hermana y te quiero lejos de la piscina, ¿Lo entiendes?”
Ladré girándome hacia ella y haciendo que se detuviera con un respingo.
La mujer se quedó muda y simplemente asintió.
La dejé en el salón y salí hasta la piscina, ahí encontré a Paulette, nadando despreocupadamente entre semana en horas de trabajo.
De pronto su falta de responsabilidades se me hizo inaceptable, y el hecho de que justamente ella formara parte de la escena que me había descrito Hugo, me parecía desvergonzada de su parte…
Tenía en mente que al menos debías tener alguna parte en juego para lanzarte en aquellos asuntos, mi hermana en realidad tenía una dependencia que iba en un solo sentido en aquella familia.
Me detuve a la orilla de la piscina y esperé a que se fijara en mi presencia; cuando eso ocurrió nadó en mi dirección y salió a flote, lo suficiente para apoyar sus codos sobre los azulejos a mis pies.
“Hola, gruñón… No avisaste que venías, ¿Qué haces por aquí?”
Saludó alegremente.
‘Tratando de destapar y desmantelar su plan de crear otra empresa robando dinero de Lefev’s’, respondí mentalmente, cayendo en cuenta de que las probabilidades de que ella estuviese involucrada en aquella artimaña aumentaron luego de hablar con Hugo.
“Tenía asuntos que discutir con Hugo, es todo… Pasé a conversar un momento con mamá, pero ya que no está, y tú no pareces tener nada más productivo que hacer un martes a mediodía… Quizás me venga bien charlar contigo un momento”
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